Cómo funcionan los ataques de AMLO contra Xóchitl Gálvez
El presidente busca destruir la reputación de Xóchitl Gálvez. Frente a ello, la senadora debe responder de manera consistente con una narrativa propia, que se aleje de la que busca imponer el mandatario.
El rápido ascenso de Xóchitl Gálvez como una aspirante viable a la presidencia de México ha desatado una andanada de ataques de Andrés Manuel López Obrador. A pesar de que llevamos cinco años viendo al presidente usar a diario su poder para destruir reputaciones, parece que todavía no hay un entendimiento común de cómo funcionan sus ataques y, sobre todo, de cómo pueden neutralizarse. Ofrezco aquí algunas ideas, que desarrollo con mayor detalle en mi libro López Obrador: El poder del discurso populista.
Para entender los ataques de AMLO, primero debemos entender cómo el lenguaje sirve para activar marcos conceptuales que ya existen en la mente de las personas. Por ejemplo, si un familiar le dice: “reza mucho por mí, que mañana me pasan cuchillo en el IMSS”, el marco conceptual que está activando con las palabras “rezar”, “cuchillo” e “IMSS” es de peligro, desconfianza y temor. Si la misma persona le dice: “estoy contento, porque mañana al fin mi doctor me va a operar”, está describiendo exactamente el mismo evento, pero las palabras “contento”, “al fin” y “mi doctor” activan un marco conceptual de esperanza, sanación y optimismo.
El presidente sabe, de modo intuitivo, usar el lenguaje para activar marcos mentales. En el caso de Xóchitl Gálvez, AMLO sabe que, al vincular “senadora”, “funcionaria”, “empresa”, “contratos” y “millones”, se activa de inmediato el marco mental de corrupción, robo y abuso. Esto, porque la mayoría de la gente ya tiene muy arraigada en la mente la idea de que los políticos y altos funcionarios son corruptos y se roban millones mediante contratos para empresas de su propiedad.
Cuando Xóchitl Gálvez contesta en los términos de AMLO, lleva todas las de perder. Si argumenta que los contratos son absolutamente legales, los millones han sido ganados limpiamente, y que la empresa que fundó es honesta, gana AMLO. Si dice que está bien que una mujer que nació pobre se vuelva empresaria y gane millones, también gana AMLO. Cualquier político de oposición que se ponga a hablar de empresas, dinero, riqueza y contratos pelea en el terreno, con las armas y en el momento que el presidente ha elegido.
A los ataques de AMLO no hay que responder ni en sus términos, ni con su lenguaje. Quien repite el marco, refuerza el marco. Hay que salirse de inmediato del oscuro callejón en el que el presidente puede golpear sin reglas ni límites y llevar la pelea a otro terreno narrativo. En este caso, podría usarse el relato de David contra Goliat: un gobernante poderoso, tramposo, autoritario e iracundo arremete con violencia y mala fe contra una competidora que no tiene su poder, pero sí tiene fe, convicción y valor para decir las cosas como son y para seguir luchando por sus ideales, a pesar de los riesgos y los costos. Parece fácil, pero se requiere una gran disciplina en el mensaje para lograr que este marco de comunicación compita con el de AMLO.
Ante los ataques de AMLO, Xóchitl Gálvez ha respondido con una multiplicidad de mensajes. A veces responde con la idea de que el presidente detesta que la gente progrese y por eso la ataca. Otras, responde con humor y asegura que el presidente le tiene mucho miedo, o tiene un “crush” con ella. Luego, se pone seria, y dice que lo que hizo el presidente es un delito y por eso lo va a demandar ante tribunales. Otras veces lo tacha de misógino y machista. Y en otras se prosigue su defensa hablando de la empresa, los contratos y los millones, que es justo donde AMLO la quiere tener. Del otro lado, el mensaje sigue siendo uno solo, y muy claro: todos los políticos que se oponen a López Obrador están defendiendo su riqueza mal habida.
Una vez establecido el marco de su ataque, el presidente usa con intensidad tres armas para reforzarlo: desinformación, saturación y repetición. Desinforma al atacar sin pruebas y con dolo, repite el mismo mensaje incesantemente y –con ayuda de sus propagandistas en los medios y sus bots y trolls en redes sociales– satura el debate público. Lo hace ahora, porque es en este momento cuando Xóchitl Gálvez se está volviendo una figura política verdaderamente conocida a nivel nacional. Es como pisotear intencionalmente el cemento fresco que alguien acaba de aplanar.
¿Se puede contrarrestar un ataque tan alevoso y agresivo? Sí, pero se necesita una gran disciplina comunicativa. La desinformación no se combate con información, sino con una narrativa alternativa que debe repetirse y repetirse y repetirse de manera consistente. Ese relato alternativo debe enfatizar los valores de quien está siendo atacado (valentía, honestidad, integridad), los antivalores de quien agrede (prepotencia, ambición, odio) y por qué los ciudadanos debemos ponernos del lado de quien es atacado (justicia, juego limpio, evitar abuso de poder).
En conclusión: Xóchitl Gálvez no tiene el enorme aparato de propaganda que, con los recursos de los contribuyentes, el presidente ha creado para destruir la reputación de sus críticos y opositores. Pero tiene a su favor su carisma, su agilidad y su capacidad “todoterreno” para comunicar. Dado que los ataques de AMLO en su contra van a empeorar, le ayudaría mucho evitar la dispersión del mensaje y ser disciplinada para responder en sus propios términos narrativos, no en los términos que le dicta López Obrador. ~