Desde hace meses La Moneda está preparando una serie de actos para conmemorar los 50 años del golpe de Estado.
La fecha se ha transformado en un hito clave para el Presidente Gabriel Boric, quien ha buscado instalar un relato en torno a la conmemoración que le permita retomar la agenda en medio de un momento complejo para el Gobierno.
El relato del Ejecutivo, sin embargo, ha sido errático. Desde la oposición han acusado intentos por instalar una verdad oficial, lo que ha complicado la aspiración del Mandatario por tener una conmemoración limpia.
La salida de Patricio Fernández como coordinador de la conmemoración de los 50 años tras la dura arremetida del Partido Comunista, o la condecoración al cuestionado juez Baltazar Garzón en Europa, son parte de las polémicas que ha debido enfrentar el Ejecutivo en este tema.
Cumbre Internacional
Con todo, La Moneda sigue empujando una agenda de actividades para relevar el tema, no sólo a nivel interno, sino también en el plano internacional.
Este viernes radio Biobío, informó la suspensión de un acto cultural que se realizaría el 9 de septiembre. Sin embargo, el Ejecutivo estaría enfocado en una ceremonia que se llevará a cabo el mismo 11 de septiembre y donde La Moneda espera realizar un hito que incluya a líderes y presidentes internacionales.
Fuentes de Gobierno y de la diplomacia, aseguran que en Palacio se lleva trabajando varios meses para traer a invitados internacionales, y que en la lista figuraban el Presidente de Francia Emmanuel Macron, su par de España, Pedro Sánchez, o incluso el secretario general de la ONU, António Guterres, además de otros líderes latinoamericanos.
En varias embajadas chilenas en Europa, de hecho, se le encargó a los funcionarios sondear la disponibilidad de que representantes de esos países pudieran venir al acto.
Problemas internos y el Caso Convenios
Si bien el concepto original del Gobierno es que fuera un acto grande, con varios invitados internacionales, por ahora se han debido bajar las expectativas, apostando a un acto más acotado con líderes de la región.
Las situaciones internas que enfrentan Macron y Sánchez en sus respectivos países habrían alejado la posibilidad de que pudieran venir a Chile, mientras Guterres deberá estar centrado en la Asamblea General de la ONU, que se realizará el 19 de septiembre.
En algunos círculos diplomáticos señalan, además, que el caso convenios ha frenado la intención de algunos países de participar, por los problemas que implica asistir a un acto oficial, en momentos en que el gobierno atraviesa problemas de corrupción en sus filas, como lo ha reconocido el propio Presidente
En este contexto, fuentes de Palacio aseguran que hasta ahora el acto contaría con la confirmación principalmente de líderes de la región.
Los que sí vendrían
Entre quienes ya habrían confirmado, aseguran en el Gobierno, estarían el Presidente de México, Andrés Manuel López Obrador; el Presidente de Argentina, Alberto Fernández; el ex presidente de Uruguay, José Mujica; y el ex presidente de España, José Luis Rodríguez Zapatero.
En Argentina algunos medios ya han informado que Fernández estará en Chile el 11 de septiembre como parte de una gira de despedida por el término de su mandato. En tanto, para invitar a AMLO, se habría utilizado los vínculos con Chile de la canciller de ese país, Alicia Bárcena Ibarra, quien hasta antes de su nombramiento era embajadora de México en Chile.
Otra posible visita es la del Primer Ministro de Portugal, António Costa, quien según fuentes de Gobierno, ya habría confirmado sus asistencia.
En el Gobierno también se esperaba invitar al Presidente de Brasil, Luiz Inacio Lula da Silva, sin embargo, la tensión que se ha generado en el último tiempo entre Boric y el líder de ese país, tendría en duda la llegada de Lula. Además, el mandatario brasileño también estará enfocado en el consejo general de la ONU.
A este acto de carácter internacional, se espera, además, la realización de algunas actividades conmemorativas en Nueva York, en el marco de la asamblea genera de la ONU.
Con todo, en el Gobierno advierten que aún están tratando de sumar más invitados y que la visita de jefes de Estado siempre está sujeta al contexto y a situaciones de última hora.