Con la violencia no se juega
Abascal debe rectificar cuanto antes, pues ni siquiera desde la oposición más contundente a la deriva del presidente, como la que mantiene y mantendrá ABC, se pueden tolerar apelaciones a la violencia, tampoco como un recurso retórico
Se queja recurrentemente Santiago Abascal de los clichés que la izquierda les atribuye a él y a su partido. Pero es el propio presidente de Vox el que se empecina en asumir y cumplir esos estereotipos de radicalidad. Este domingo, no tuvo mejor idea que afirmar en una entrevista en el diario argentino ‘Clarín’ que «habrá un momento en que el pueblo querrá colgar de los pies a Sánchez». Unas declaraciones de una gravedad extrema que apelan a la violencia física contra un adversario. Abascal debe rectificar cuanto antes, pues ni siquiera desde la oposición más contundente a la deriva del presidente, como la que mantiene y mantendrá ABC, se pueden tolerar apelaciones a la violencia, tampoco como un recurso retórico. En un momento tan delicado, donde desde el propio Gobierno se alienta la confrontación, cabe pedir una oposición firme, pero responsable e inequívocamente democrática.