¿Con o sin CNE?
Establecida la fecha para la elección (el 22 de octubre) de la candidatura única de la oposición venezolana para los comicios presidenciales de 2024, se está ahora en la delicada etapa de conducir el barco hasta esa cita, que se antoja crucial para el rumbo de los partidos y su liderazgo que pretenden el cambio político, social y económico del país. Llegar a puerto fortalecidos y ensamblados hará renacer la esperanza por la construcción de la democracia para todos.
La Comisión Nacional de Primaria (CP), presidida por el reconocido constitucionalista Jesús María Casal, tiene sobre sus hombros una tarea formidable. Resulta imprescindible la cooperación de los partidos, sus líderes y sus bases, de las organizaciones civiles y de todos quienes, a pesar de las idas y venidas, se sumen al esfuerzo de hacer creíble una opción política sustancialmente distinta a la que ha desgobernado Venezuela por casi un cuarto de siglo.
La tarea es delicada porque tendrán que tomarse decisiones que deberán ser evaluadas en toda su complejidad. Una es sobre la participación o no del Consejo Nacional Electoral -lo que implica también el Plan República-, así como resolver los mecanismos para el voto de los venezolanos en el exterior.
Un grupo de venezolanos que ocuparon destacadas posiciones en los asuntos públicos del país tiene la respuesta para ambos temas: un rotundo no a la participación del CNE y un igual de rotundo sí al derecho a votar de los venezolanos en el exterior.
En la carta pública suscrita por Asdrúbal Aguiar, Antonio Ledezma, Enrique Aristeguieta Gramcko, Diego Arria, Carlos Blanco, Humberto Calderón Berti, Carlos Ortega, Henrique Salas Römer y José Rodríguez Iturbe se dice: «No se puede permitir que el régimen coloque a sus funcionarios civiles y militares a manejar un evento cuyo sentido es, precisamente, la búsqueda de los instrumentos para salir de este». También reclaman que se les garantice el derecho a votar «a los más de 7 millones de compatriotas (debe ser los que tengan edad para hacerlo) en el exterior».
La CP –que ha reivindicado su independencia y autonomía- no ha tomado una decisión al respecto. Cuenta con una Comisión Técnica Electoral para asesorarla en los asuntos técnicos de carácter logístico y electoral, formada por tres miembros con capacidades en la materia y ha pedido a los partidos políticos y candidatos que designen su representante para la consulta y análisis de esos puntos en debate y otros.
Lo que sí hizo la CP fue solicitar al CNE el pasado mes de diciembre el uso de los centros de votación, la tecnología y la organización de jornadas especiales de actualización del Registro Electoral, hasta el nivel de parroquias. El CNE aceptó designar una comisión técnica para evaluar esos y otros aspectos.
Casal, durante el acto de anuncio de la fecha de primaria, afirmó que la CP se asegurará de controlar el proceso, que se respete su configuración, se garantice la confiabilidad y se resguarde la identidad del elector en todo momento. «Si no es posible disponer de los centros de votación bajo esas condiciones, se organizará una primaria completamente autogestionada”, dijo.
El CNE ha participado antes en primarias de la oposición, incluido el muy exitoso proceso de 2012 en el que participaron más de 3 millones de electores. El país es otro, cierto. La desconfianza mayor. Pero para ganar la elección de 2024 habrá que pasar por el CNE.