Consejo Superior D. C.: La consulta popular y la Conferencia Episcopal
Comunicado No. 8:
LA CONSULTA POPULAR Y LA CONFERENCIA EPISCOPAL
El Consejo Superior de la Democracia Cristiana manifiesta su profunda preocupación por el agravamiento de la crisis social y humanitaria que estamos viviendo en Venezuela, la más devastadora que recuerda la historia de nuestra nación.
Sufre nuestro pueblo por la absoluta incapacidad de un sistema depauperado de salud para hacer frente a la pandemia del Covid-19, no obstante el heroico sacrificio de todo el personal de la salud cuyas pérdidas humanas han sido estadísticamente superiores a las de cualquier otro país.
Sufre nuestro pueblo con desesperación pues esta pandemia ha agravado la destrucción con la que el régimen usurpador de Nicolás Maduro ha destruido las instituciones de la república y castigado a Venezuela: hambre, desnutrición, hiperinflación, destrucción del salario real de los trabajadores, desempleo, criminalidad, desabastecimiento, falta de medicamentos esenciales, abandono de la infraestructura y servicios, escasez cada vez mayor de gasolina, gas, luz, y agua, entre otros, a lo que se une la destrucción de nuestro aparato productivo agrícola y pecuario, industrial y especialmente el petrolero.
El país todo está consciente de que el régimen nos lleva por un precipicio indetenible de miseria y desolación. Necesitamos un cambio político para mover las fuerzas productivas, internas e internacionales, así como impulsar iniciativas ético-culturales que podrían reconstruir el país y enfrentar con éxito la tragedia nacional de esta hora. “La gente, incluidos los chavistas, -nos dice el Padre Luis Ugalde en su artículo de El Nacional del pasado 14 de agosto- quiere cambiar, salir del régimen y de Maduro, que lo sostiene, para librarse de la pesadilla actual y volver a vivir”.
La Asamblea de Arzobispos y Obispos de la Iglesia Católica, en su Exhorto Pastoral del pasado 10 de julio manifestó: “Ante el deterioro progresivo de la situación política venezolana hemos señalado en nuestras recientes Exhortaciones de julio de 2019 y enero de 2020 que se hace necesaria la salida del actual gobierno y la realización de elecciones presidenciales limpias, en condiciones de transparencia y equidad…”. Y más concretamente, en la Exhortación Pastoral del 10 de enero pasado: “Ante la realidad de un gobierno ilegítimo y fallido, Venezuela clama a gritos un cambio de rumbo, una vuelta a la Constitución. Ese cambio exige la salida de quien ejerce el poder en forma ilegítima y la elección en el menor tiempo posible de un nuevo Presidente de la República (…) El referido cambio presidencial lo posibilitan los artículos 70 y 71 de la Constitución venezolana”.
En nuestro Manifiesto del 23 de julio rechazamos la farsa electoral auspiciada por la dictadura para el próximo 6 de diciembre –que, además de propiciar la división entre los venezolanos, en nada va a cambiar el deterioro creciente de la vida cotidiana-, y ratificamos que la única elección válida será la libre, garantizada y supervisada elección presidencial que ponga fin a la usurpación existente. El pasado lunes 11 de agosto, al referirse a la convocatoria a las elecciones parlamentarias de diciembre, el Alto Representante de la Unión Europea, Josep Borrell, declaró: “en estos momentos no se reúnen las condiciones para un proceso electoral transparente, inclusivo, libre y equitativo”.
Quienes creemos en la democracia y ante el reiterativo planteamiento de que “no participar no basta”, proponemos dirigirnos al soberano, al pueblo, para consultarlo sobre su deseo de poner fin o no al régimen que nos gobierna, y de convocar o no a elecciones que cuenten con todas las garantías necesarias, para renovar los poderes del Estado y darles la legitimidad democrática indispensable para enfrentar esta grave crisis.
Reconocemos las distintas iniciativas que en este mismo sentido ha tenido la sociedad civil venezolana: la llamada “solución humanitaria de carácter electoral”, promovida por ANCO y dirigida al Secretario General de la OEA; la propuesta “Al Pueblo de Venezuela” del grupo llamado Integración Ciudadana; y la de los Obispos de la Iglesia Católica. En palabras de Monseñor José Luis Azuaje en la instalación de la CXIII Asamblea, el pasado 7 de enero de este año: “… ha llegado la hora de apostar porque el pueblo decida por sí mismo lo que desea (…) expresando su voluntad inequívoca soberana por medio de una consulta vinculante como ya el Episcopado ha asomado la posibilidad o conveniencia”.
En línea con el reclamo generalizado recogido de éstas y otras instancias, exhortamos a la Asamblea Nacional, como representante de la soberanía popular, encabezada por su directiva, integrada por el Presidente Juan Guaidó y los diputados Juan Pablo Guanipa y Carlos Eduardo Berrizbeitia, para que en uso de la atribución conferida por el artículo 71 de la Constitución Nacional, concordante con el artículo 70 ejusdem, convoque a la brevedad posible al pueblo, lo que naturalmente incluye a los venezolanos que hacen vida fuera del país, para que exija el cese del régimen usurpador de Nicolás Maduro, el cese de la ilegítima Asamblea Nacional Constituyente, y la constitución de un Gobierno de Emergencia Nacional, designado por la misma Asamblea, que actuando con total autonomía e independencia partidista atienda con eficacia la severa crisis humanitaria que sufrimos, y que convoque en un plazo máximo de doce meses elecciones presidenciales y parlamentarias libres y supervisadas, justas y transparentes, en sintonía con lo planteado por la comunidad internacional.
Creemos fundamental solicitar desde ahora la participación de los organismos competentes y reconocidos en materia electoral de la OEA y la Unión Europea, y el apoyo de las Naciones Unidas, con el objetivo de que dicha consulta sea lo más impecable y transparente posible para certificarla y para comprometer el apoyo de la comunidad internacional en el cumplimiento de la decisión que el pueblo venezolano soberanamente adopte.
Reiteramos nuestro llamado a la Unidad de toda la oposición democrática, que pensamos puede manifestarse en este momento en apoyo a esta misma propuesta movilizadora, y en la constitución de un Comité de Reconstrucción Nacional que abra el camino para el reencuentro, la reconciliación y el renacimiento de una nueva Venezuela.
Pedro Pablo Aguilar, Oswaldo Álvarez Paz, Henrique Salas Romer, Humberto Calderón Berti, Andrés Caldera Pietri, José Curiel Rodríguez, Abdón Vivas Terán, Julio César Moreno León, Román José Duque Corredor, Maritza Izaguirre, José Rodríguez Iturbe, Gloria Capriles, Haroldo Romero, Nelson Maldonado, Ivonne Attas, Emilio López, Jesús “Chucho” Ganem, Guillermo Yepes Boscán y Enrique Naime.
Secretario Ejecutivo: Lorenzo Tovar.
Consultores: Gustavo Tarre Briceño y Asdrúbal Aguiar.
Por COPEI: Roberto Enríquez y Robert García.
Por PROYECTO VENEZUELA: Henrique Fernando Salas.
Por CONVERGENCIA: Biaggio Pilieri.