Crean índice para medir el pulso de la economía cubana
La publicación económica Cuba Standard, con sede en Miami, y un equipo de economistas cubanos dirigidos por Pavel Vidal lanzaron este mes un nuevo índice económico mensual que aspira a recoger el desempeño de la economía cubana “a través una medición independiente”, según anunció el boletín en un comunicado.
El Cuba Standard Economic Trend Report (CSETI) llenaría “el déficit de información” sobre este tema, pues actualmente los únicos datos sobre el Producto Interno Bruto y el desarrollo de la economía cubana se hacen públicos dos meses al año durante sesiones de la Asamblea Nacional o en los reportes parciales de la Oficina Nacional de Estadísticas e Información (ONEI), que aparecen casi siempre con meses de retraso.
El índice—que aspira a ser una herramienta de análisis para inversores, académicos y otros interesados—contemplaría 28 variables, pero se centraría en aquellas relacionadas con la balanza de pagos, por su correlación directa con el PIB. Las cinco categorías principales son las importaciones, las exportaciones, los términos de intercambio, el financiamiento externo y una categoría adicional para medir la dependencia de Cuba con respecto a Venezuela.
Según los primeros cálculos utilizando esta metodología, de estas categorías, solo los términos de intercambio –que indica la relación entre los precios de las exportaciones y los precios de las importaciones– mostró una mejoría en el 2014, debido al aumento de los precios del níquel y los del azúcar. Una proyección del valor del CSETI para septiembre de 0.03, sugeriría que la economía cubana rebasó su peor momento este año, pero según Cuba Standard, todavía no podría hablarse de una recuperación. El crecimiento del PIB más probable según este modelo sería de 0.8% para este año.
Los cálculos para confeccionar el índice estarían basados en datos disponibles públicamente, como los precios de los bienes y materias primas en el mercado internacional, las operaciones reportadas por los socios comerciales de Cuba y las estadísticas de organismos internacionales.
“Cuba es un lugar muy particular para hacer negocios”, dijo el editor deCuba Standard, Johannes Werner en conversación con el Nuevo Herald.
“En casi cualquier país existen mediciones para conocer cómo está yendo la economía gracias a la disponibilidad de información confiable y regular. Estamos tratando de hacer estas mediciones por vías inusuales, para poder hacer ese pronóstico”, añadió.
Como todos los datos a utilizar provienen de fuentes externas –excepto la llegada de turistas a Cuba, única serie mensual reportada regularmente por la ONEI–, los valores se encuentran en divisas, como dólares o euros, por lo que la dualidad monetaria en Cuba no afectaría los cálculos, “lo cual es una ventaja”, destacó a el Nuevo Herald Pavel Vidal, profesor de la Universidad Javeriana en Colombia y antiguo economista del Banco Central de Cuba.
Sin embargo, Werner comentó que el índice es menos preciso que medidas similares en otros países porque existen datos sobre la agricultura, las manufacturas o las inversiones que no pueden obtenerse sino a través de los organismos cubanos. “Trataremos de sortear estos vacíos y que el índice sea tan confiable como sea posible en este contexto de déficit de información”, declaró.
Desde Colombia, Vidal explicó que aunque algunas variables no estén disponibles, se pueden hacer estimaciones indirectas a partir de otras indicadores fundamentales cuyo funcionamiento sí se conoce, lo que permitiría capturar “las tendencias”.
Los términos generales de los financiamientos que recibe Cuba de los bancos extranjeros pueden obtenerse a partir del análisis del LIBOR (las siglas de London Interbank Offered Rate, una tasa diaria de referencia basada en los tipos de interés interbancarios) y la tasa de riesgo que se le impone a Cuba –es decir, el sobreprecio que debe pagar para financiarse en los mercados–, explica Vidal.
Pero la información sobre acuerdos preferenciales con socios como China, Rusia y Venezuela es restringida, aunque sí es posible conocer el volumen del intercambio comercial con esos países. “Si hay más importaciones que exportaciones, es posible suponer que Cuba está recibiendo algún tipo de financiamiento”, señaló.
“Esto lleva un procesamiento estadístico bastante complejo que realizan usualmente los bancos centrales de los países y la Reserva Federal en Estados Unidos. La ONEI tendría más capacidad para construir un índice como este, pues tiene todos los datos, pero no se manejan de manera pública”, lamentó Vidal.
Según Werner, el nuevo índice ya ha suscitado el interés de algunos inversores.
[En la imagen: Obreros trabajan en una planta de procesamiento de piedra Jaimanitas en Mariel, a unos 50 km al este de La Habana.ADALBERTO ROQUE/AFP/GETTY IMAGES]