Democracia y PolíticaElecciones

Cristina Casabón: Corrientes reaccionarias

Lo del 28M es un castigo a la política amoral, populista y empobrecedora

Chueca, barrio gay de Madrid

 

Esta desdichada España, que ha vuelto a ser la España del Buscón y que es la misma España que nos dejó retratada en sus lienzos el Goya inmortal, pide un cambio. Con los resultados del domingo pasamos de la España absolutista de Sánchez a la España de los pactos en la piscina del Parque Sindical. Esta fórmula es más democrática que el unipersonalismo pero también más caótica. La gente quiere un cambio de corriente, si es necesario unidos y revueltos. Lo razonable es que Feijóo capitanee la leal y furiosa oposición. El domingo todo el mundo estaba deseando tirar abajo la política corrupta e inmoral, poder recuperar nuestro nivel de vida y esa tranquilidad de playa veraniega de Levante. Los españoles estábamos de nuevo como en esas reconciliaciones de esposos o amantes que tienen una alegría melancólica. Ahora vemos que hay acercamientos y entendimientos promiscuos entre algunos pero, ay, en el gobierno no ha caído bien el cambio. Y han tardado poco en salir con la peor de las hipocresías publicitarias: el anuncio de las corrientes reaccionarias.

Sánchez perdió en aquello que creía volverle fuerte e invencible, profundo, porque violó las leyes de la moral, descuidando y despreciando la verdadera fuerza de esas normas, sus cualidades superiores. Se encontró despojado de su fuerza apenas entró por los caminos corrompidos de la política y así se lo hemos hecho saber. Ahora lanzan en eslogan ‘derechas o derechos’, pero ya han cambiado las tornas: los buenos son los malos y los malos son los buenos. Los buenos somos los nuevos pobres, con pelusilla en el bolsillo. Dice Pedro que en el extranjero nos van a acusar de homofobia, pero hasta en Chueca ha ganado el PP, jubilando así la política de las minorías que estos siguen utilizando como resorte.

Además, ya no podemos ni veranear en el extranjero, sino en la piscina del Parque Sindical, que es como una piscina de los chinos, como un pis caliente en pleno julio. La gente ya solo tiene pelusilla en el bolsillo y no puede pagar la hipoteca ni comprarse un bañador en rebajas. Y el madrileño de clase trabajadora iba a veranear a esa piscina en los 70, así que este año volveremos a lucir el moreno obrero, que es el colorcillo del ‘Charco del Obrero’, también conocido como la ‘Playa de Madrid’. Iremos en el autobús electoral, pasaremos por delante del Palacio de la Moncloa y diremos adiós al presidente saliente.

Tampoco se está tan mal en julio. Si uno sigue por la ruta del bus puede cenar en Casa Mingo con un riojita o un vino blanco. Luego vienen las turistas del extranjero con moreno de la Amazonía, que es menos bonito. Y el barrio echa a la calle todo el roperío de ancianos que viven de la jubilación (estos son los únicos que pueden viajar a la casa de la playa). Lo del 28M es un castigo a la política amoral, populista y empobrecedora. Si el eslogan del PP es ‘Sánchez o España’ y yo voto España, no me vengáis con remilgos y corrientes reaccionarias. Que solo somos el Chicago de los pobres.

 

 

Botón volver arriba