Cristina Casabón: España cañí
Ya era hora de que la derecha se concienciase con el rearme de ideas
Tú no sabes lo que te quiero, España del alma mía… Soy cañí porque así me hizo Dios. Mi rubí es la luz de mi amor». ‘España cañí’ era un pasodoble que le puso hilo musical a España y que hoy podría ser el pasodoble o el doble paso en una nueva etapa política. Dentro del modelo federal y plurinacional de la izquierda española es imposible que se articule un proyecto definido de país. Este es su punto débil, porque si no hay proyecto de país no hay futuro y tampoco se piensa en los jóvenes. Con los socialistas España va a la deriva, no tiene ni entraña ni destino. Han hecho del Estado su cortijo.
Este era un país cañí, con unos políticos y una moral cañí y unas señoras cañí, como la señora Ayuso. «No he inventado nada. He dejado a Madrid ser lo que es», dijo la presidenta a mi amigo Salvador Sostres el otro día en ABC. Este es el temperamento de personas que quieren preservar las esencias, las costumbres y la cultura. En Madrid, ya ven, tenemos respeto ritual a la herencia común y las tradiciones, pero al mismo tiempo somos emprendedores y abiertos. Somos la única capital europea de derechas (con excepción de los primos de Hungría), Madrid es una ciudad cosmopolita y abierta con un aire muy cañí.
Ahora se observa un nuevo rearme ideológico, y en las librerías hay cola para llevarse una buena provisión de pensamiento tradicionalista español. En Madrid las librerías de viejo son los búnkeres de papel que amontonan autores desclasificados. Entre los libreros hay buenos lectores y asesores. He ido a ver si me rearmaba para la columna, y veo a una mujer comprando uno del Pemán político. Ya era hora de que la derecha se concienciase con el rearme de ideas. No basta con estar maduro políticamente y dar la batalla cultural en Twitter, que España está ya que se cae de madura y las redes cancelan a los que se pasan de listos. Hay que ir al rearme de ideas.
La gente, en cuanto oye hablar de rearme ya cree que se va a liar la cosa. Para los polemistas del maniqueo inventado o de la caricatura, aclararé que el rearme de ideas es solo una primera fase de la batalla cultural, lo siguiente es que la oposición derogue todas las leyes que tienen un claro sesgo ideológico o son resultado de una cultura de la administración pública que es un mercadeo y de unas instituciones clientelares, a repartir entre los socialistas y sus socios.
España arrastra una serie de lacras que, de no eliminarse, harán que la oposición y el gobierno sean la misma cosa. Si el PP y el PSOE se diferencian hoy se debe, sobre todo, a que Sánchez se ha alejado del PSOE y de la izquierda moderada, y no a que el PP y el antiguo PSOE marquen diferencias de fondo. Hay que ir al rearme de las ideas y después, derogar. Parece que la derecha moderada ya habla de derogar la ley de memoria, la ley de educación y la ‘ley trans’. Esperamos que una bruma gallega no se trague estas promesas. Sin embargo, aún hay mucho tecnócrata que vive en el crepúsculo de las ideas y no cree en nada.
CRISTINA CASABÓN (Madrid, 1988), es profesora en la Universidad Carlos III. Articulista en medios y revistas especializadas.