Democracia y PolíticaEconomíaÉtica y Moral

Cristina Casabón: España es pobre porque es comunista

«La clave es si preferimos una economía dinámica al dirigismo mal administrado»

España es pobre porque es comunista

      Alejandra Svriz

 

 

Tenemos una España cada vez más pobre. Y a los socialistas no sabemos qué les pasa, se ponen a hacer retórica de la justicia social y se olvidan de la realidad de la vida y la verdad del pueblo, que es una verdad muy básica: no somos altruistas incansables, nos gusta vivir bien. Ya ven, tenemos esa mala costumbre.

Por nuestros gustos y preferencias, los españoles estamos hechos para vivir no espléndidamente, pero sí de manera confortable. Yo diría que las clases medias aún tenemos una mezcla de moral cristiana con cierto gusto aspiracional. Es más, aquí el currante, el proletario, también tiene costumbres de señorito. Así estamos, que cada vez cuesta más reservar mesa y la cosa se pone imposible.

Sabemos que aquellos políticos que están tan comprometidos con el estado del bienestar nos están acercando al crecimiento cero, al estado de cierto malestar que se nota en la cartera a finales de mes. Pero ¿y qué dice el Gobierno? Lo cierto es que si atendemos a las estadísticas de Sánchez, aquí en todas partes nos ponen un diez, que ya somos los más demócratas, los más emprendedores, los que más crecemos y la aldea gala de la resistencia. Los datos macro, tristemente, no casan con la vida real de millones de españoles, se pongan como se pongan.

Yo respeto a los idealistas mientras sus ideales no me arruinen. Últimamente, cuando oigo la palabra solidaridad de boca de algún sociata me llevo la mano a la chequera que no tengo. La clave es si preferimos una economía dinámica al dirigismo burocrático mal administrado, a propuestas tan absurdas como una agencia de vivienda de tinte comunista, donde el propietario de su vivienda será el Estado. La última propuesta de Sánchez, que por supuesto sería un nuevo nido de corrupción.

«El presidente propone a las comunidades blindar de forma indefinida la calificación de las viviendas con protección pública», dice la nota de la Moncloa. En resumidas cuentas, Sánchez anunciaba el pasado viernes que las viviendas serán siempre del Estado, crearía así un sistema de vivienda paralelo y externo al mercado. Es otra forma de crear ciudadanos dependientes del Gobierno, ciudadanos que ya no pueden tener objetivos de mejorar en la vida. Que no podrían vender la casa en la que viven para optar a una vivienda con mejores condiciones, por ejemplo. Ciudadanos que son clientes del Estado, dependientes de por vida.

Solo una entidad viva puede tener objetivos o generarlos. Y es solo un organismo vivo el que tiene capacidad de acción autogenerada. Si esto lo trasladamos a la ciudadanía es idéntico, el ciudadano vivo es el que no depende del Estado para vivir, ni se ve constreñido por el Estado para ser autosuficiente o para prosperar en la vida. Para evitar que esto ocurra, hay que fomentar la propiedad privada y crear leyes que la protejan.

«La ‘ética’ del socialismo promueve una letárgica indiferencia hacia la ética del esfuerzo y del trabajo»

El modelo de sociedad que nos proponen es la división de los ciudadanos en animales sacrificables o beneficiarios de sacrificios ajenos, una sociedad de altruistas que viven para pagar impuestos, por un lado, y de ciudadanos dependientes del Estado, receptores de ayudas y bonificaciones, incluida la vivienda, por otro. Esto no produce bienestar, ni tampoco progreso, la URSS o el propio Reino Unido, en Europa, pueden certificarlo. La desigualdad natural es mucho más justa que un sistema creado mediante la ingeniería social.

A nivel psicológico, la «ética» del socialismo promueve una letárgica indiferencia hacia la ética del esfuerzo y del trabajo, quiere que todos estemos en la misma altura, o sea piojos para todos, como decía Camus. De modo que mucho cuidado con el que confunde la perniciosa igualdad de resultados con la justicia social. Esta ética nos la quieren cambiar por la moral del esfuerzo y el gusto aspiracional, los dos ingredientes que explican el verdadero progreso de las economías. Los españoles no debemos conformarnos con morar bajo un techo: hemos de aspirar a que el esfuerzo se valore, el crecimiento se normalize y la gente pueda tener su propia casa.

 

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Botón volver arriba