Pocos ponían en duda hasta fecha reciente el pronóstico de las Naciones Unidas de que cerca de 11 millardos de personas poblarán el planeta a fines de este siglo, hasta que las investigaciones de nuevas instituciones, apoyadas en otras metodologías, arrojaron conclusiones diferentes, incluso antagónicas, que suscitan polémicas en el campo de la demografía, más bien aburrido. Incremento poblacional La revista NATURE destaca la seriedad de pasados pronósticos de la ONU, habiendo proyectado en 1968 que la población global sería en 1990 de 5.44 millardos, apenas a 2.% de la cifra real de 5.34 millardos y que en 2010 sería de 7 millardos, muy cercanos a los cálculos de la organización de 6.8 a 7.2 millardos, pero remite al Instituto Internacional para el Análisis de Sistemas Aplicados, en Viena, y el Instituto para Medición y Evaluación de la Salud de la Escuela de Medicina de la Universidad de Washington, según los cuales la población global alcanzará los 9.7 millardos al horizonte de 2070 y entonces comenzará a descender. La discrepancia no es en modo alguno académica pues plantea un cúmulo de problemas para los gobiernos y los agentes económicos al momento de invertir recursos financieros cada día más escasos y concebir estrategias para sus planes de desarrollo y la preservación del medio natural. Tren en Bangladesh Para comenzar, se ha avanzado en la concepción de métodos más eficaces para determinar cuántos somos en la actualidad a fin de realizar con mayor exactitud algo tan crucial como la vacunación contra el Covid-19 u organizar la red de institutos educativos y centros sanitarios a escala de los respectivos países; una preocupación tan antigua como la civilización, pues ya motivaba al Imperio babilónico hace la friolera de cuarenta siglos. China y los Estados Unidos han divulgado sus respectivos censos de 2020 que revelan records de crecimiento poblacional y permiten seguir casi en tiempo real los flujos humanos, pero, como sucede normalmente con las simulaciones, las predicciones resultan más imprecisas según el horizonte se dilata más allá de los venideros veinte o treinta años. Multitud. Foto Pixabay Incluso éstas se hallan expuestas a impactos como la ominosa pandemia, que al añadir un número inusual de muertes en un periodo relativamente corto se refleja ya en una baja en la expectativa vital y entorpece el flujo migratorio que contribuye al crecimiento poblacional. Los cambios en la tasa de fertilidad son fundamentales y son enfocados de modo distinto por cada uno de los tres modelos, cuyas virtudes son subrayadas por sus respectivos inspiradores en detrimento de los restantes, abriendo así la vía a una polémica, acre por necesidad. El control poblacional es todo un reto. Pixabay Y esto es así porque al rebasar los límites exclusivamente científicos, las predicciones rozan delicadas aristas políticas y pueden estimular iniciativas de países en particular hacia otro rumbo, precisamente para salirle al paso a una eventualidad que estiman inconveniente. ¿Se dispararán los índices de natalidad en China, Corea, Singapur, Grecia y España en el próximo lustro, como la ONU vaticina a partir de criterios que demógrafos rivales consideran poco confiables? Sólo el tiempo ofrecerá la respuesta, mientras el organismo intensifica su búsqueda de nueva y mejor data en países específicos para agiornar sus registros históricos, afinando la confiabilidad de los modelos y permitiendo actualizaciones más regulares. Es un tono agrio que ha inducido a marginarse a un sector profesional que apunta con ironía que lo único cierto sobre las proyecciones poblacionales es que siempre se han revelado erróneas y se centran menos en el futuro que en el presente para optimizar la información disponible. Diez mil bañistas en La Haya, Holanda. Prescinden, paradójicamente, del tradicional conteo y utilizan, en cambio, algo tan original como el monitoreo de las comunicaciones por teléfonos móviles, que permitió a un equipo de investigadores sueco-coreanos seguir los movimientos de la población de Haití tras el devastador terremoto de 2010; otra experiencia, sobre la malaria en Namibia, cuyos resultados indicaron que el país se hallaba más próximo a eliminar la enfermedad de lo que se había pensado, o el empleo de fotos satelitales y software de reconocimiento facial para establecer sin error el número de residentes en un área o región determinada, reforzando censos oficiales llevados a cabo en Colombia, Zambia y Burkina Faso. Varsovia, octubre 2021