Cuba es un Estado fallido y hay al menos 14 evidencias
Antes de 1959 la economía se ubicaba en la vanguardia de Latinoamérica, con un ingreso per cápita superior al de varios países europeos. Con el comunismo, se volvió parasitaria y sin subsidios extranjeros no puede sobrevivir.
Hace unos días vi una foto de un grupo de personas frente al Tribunal Superior de Londres, en apoyo a la demanda contra el régimen castristapor una deuda de 72 millones de euros. En la imagen destacaba un gran cartel que decía: «Cuba is a failed state» (Cuba es unEstado fallido).
¡Cierto!, esa es una de las más contundentes banderas patrióticas que los cubanos podemos enarbolar porque, a no dudarlo, el de Cuba hoy es un Estado fallido.
No importa que los académicos y politólogos aún no se hayan puesto de acuerdo sobre un concepto definitivo y universal de Estado fallido, ni que el único consenso hasta ahora para considerarlo como tal sean la ingobernabilidad, el caos, guerras civiles, o territorios en los que no hay presencia gubernamental. Algunos incluso emplean términos equivalentes como «Estados en crisis», «Estados vulnerables», «Estados en descomposición», o «Estados colapsados».
Tal percepción es, cuando menos, incompleta. Fallido es todo aquello que no funciona bien, o no funciona nada. En los diccionarios se lee: «frustrado»: «que no alcanza sus objetivos o falla en ellos», «que no funciona como debiera». Y es sinónimo de infructuoso, fútil, fracasado, fallido, ineficaz e ineficaz.
El propio Fidel Castro, fundador del nuevo Estado, confesó su fracaso
¿Funciona bien un modelo de Estado dictatorial cuyo propio fundador admitió públicamente que era ineficaz y no funcionaba? Así «se le fue» a Fidel Castro en una entrevista periodística en 2010: «El modelo cubano ya no nos funciona ni a nosotros».
Y «a confesión de partes, relevo de pruebas», reza un viejo axioma jurídico. Sin embargo, la comunidad internacional en general, y la izquierda en particular, ignoraron la confesión de Fidel Castro. Todavía hoy hablan elogiosamente de la «revolución cubana», y hasta la apoyan política y económicamente, muchos aún hipnotizados por el mito fidelista del pequeño David caribeño enfrentado al ogro estadounidense que lo «bloquea» e impide su desarrollo, etc.
Basta ya de «encantamientos» y fetiches irracionales, sobre todo luego del dramático empeoramiento de la crisis endémica en la Isla. El mundo normal (con democracia y economía de mercado) debió considerar como Estados fallidos a los regímenes comunistas que fueron sepultados en Europa tras la caída del Muro de Berlín, por su carácter contra natura, inservible, y criminal. Causaron la muerte de más de 100 millones de personas, e impidieron el gran desarrollo industrial y económico que sí lograron sus vecinos capitalistas luego de la II Guerra Mundial.
De acuerdo con el criterio generalizado entre los expertos, un país comunista no clasifica como Estado fallido porque el Gobierno ejerce su autoridad en todo el territorio del país, y tiene fuerzas suficientes para poner orden y hacer respetar la ley.
Y cabe preguntarse qué diferencia hay entre un Estado que no controla bien el país, los ciudadanos son sometidos por grupos delincuenciales armados, y otro que lo monopoliza todo como el Big Brother de la novela 1984, y es el propio Estado el que abusa, empobrece, mata, y hambrea a la población. ¿Es esa la función del Estado-Nación moderno?
La definición de Estado-Nación surgió en Europa a mediados del siglo XVII, al terminar la Guerra de los 30 Años (1648) entre las grandes potencias europeas, y maduró con la Revolución Francesa y la independencia de los Estados Unidos, que pusieron fin al viejo orden feudal con reyes, príncipes y terratenientes que ejercían el poder a sangre y fuego, sin leyes que protegieran a sus habitantes.
El de Cuba es un Estado en franco proceso de descomposición
Y eso es lo que hoy sucede en Cuba, un Estado-Nación en descomposición en el que un grupo de mafiosos criminales, malversadores de los bienes públicos y ladrones de los privados, usurpan el poder, basado en el terror y la cárcel, con una administración pública a cargo de vividores incapaces que solo lo agravan todo cada día que pasa.
El modelo de «sociedad superior» diseñado por Karl Marx y luego llevado a la práctica para cumplir aquello de «La Tierra será un paraíso» que proclama el himno «La Internacional», fue una de las mayores desgracias de la historia humana. Y fracaso colosal como modelo social.
Pero se insiste en que un Estado es fallido si no controla totalmente el territorio nacional. Desde 2005 la organización Fund for Peace hace una lista anual de Estados fallidos. Menciona a Yemen, Siria, Afganistán, Sudán, Etiopía, Birmania, Niger, y otros 15 o 16 países devastados por guerras civiles y dominados por facciones delincuenciales que se disputan el poder. Pero nunca a Cuba, porque se controla muy bien el país. No obstante, aún en esa incompleta definición hay aspectos que encajan en el régimen castrista.
El término de Estado fallido fue utilizado por primera vez en 1992, en la revista Foreign Policy, por dos académicos estadounidenses, Gerald Herman y Steve Ratner, en un artículo titulado «Saving Failed States».
En ese artículo, reeditado el 15 de junio de 2010, ambos autores concluyeron que Estados fallidos son «aquellos gobiernos que han perdido la capacidad de controlar y brindar los bienes públicos necesarios a su población», y en los que se «cometen masivos abusos de los derechos humanos».
La organización Fund for Peace y los académicos Rory Steward, Olivier Nay y Sebastián Zapata concuerdan en que se trata de un término ambiguo, impreciso, carente de valor jurídico. William Zartman dice que un Estado «ha colapsado cuando ha dejado de atender sus funciones básicas».
La española Ana López Martín sostiene que el concepto de fallido sirve «para catalogar realidades no necesariamente parecidas». Para Robert Rotberg, los Estados fracasan cuando «han perdido legitimidad y la naturaleza misma del Estado-Nación, en particular, se vuelve ilegítima ante los ojos de sus ciudadanos».
Y la enciclopedia online Wikipedia afirma que el término Estado fallido es utilizado «para describir un Estado soberano que, se considera, ha fallado en garantizar el acceso a servicios básicos a su población».
De 18 condiciones, el castrismo tiene 14 para ser un Estado fallido
Basándome en las opiniones de los expertos hice una relación de 18 aspectos que pueden definir a un Estado fallido. Y 14 de ellos son aplicables a Cuba:
1) Incapacidad para suministrar servicios básicos; 2) crisis económicas, inflación y desempleo; 3) corrupción política e ineficacia judicial; 4) altos niveles de informalidad y pobreza extrema; 5) fuga de talento, con la emigración altamente calificada; 6) gran parte de la población viviendo en «asentamientos irregulares»; 7) vulnerabilidad frente a desastres naturales; 8) el fallo en el suministro de alimentos, el acceso a agua potable y la prevalencia de enfermedades y epidemias; 9) incapacidad para interactuar con otros Estados como miembro pleno de la comunidad internacional; 10) altos niveles de criminalidad, delincuencia organizada, e inseguridad ciudadana; 11) bajos porcentajes de personas con educación superior —en Cuba, una gran mayoría de los profesionales ha emigrado, está en trámites de hacerlo, o tiene como meta irse del país—; 12) necesidad de apoyo económico externo como préstamos o ayuda humanitaria; 13) incapacidad para proveer servicios esenciales suficientes como salud y saneamiento; 14) no poder asegurar las condiciones mínimas de bienestar y de funcionamiento de la actividad económica normal.
Los aspectos que no encajan en Cuba son: 1) sobrepoblación y contaminación; 2) altos niveles de terrorismo y narcotráfico; 3) gran parte de la población con la primaria o secundaria incompleta; y 4) pérdida de control físico del territorio o del monopolio en el uso legítimo de la fuerza.
Es decir, con el propio discurso actual se puede clasificar al Estado castrista como fallido. El fallo es fácil de encontrar. En el Estado cubano anterior a 1959 la economía se ubicaba en la vanguardia de Latinoamérica, con un ingreso per cápita superior al de varios países europeos. Con el comunismo se volvió parasitaria y sin subsidios extranjeros no puede sobrevivir. ¿No es eso un Estado fallido?
Así como organizaciones globales clasifican con puntos qué países tienen más o menos libertades y democracia, es hora de que clasifiquen con distintas gradaciones a los Estados que cumplen plenamente, a medias o nada, las funciones que les corresponden como Estado. Por ejemplo, si Afganistán acumulase 95 de100 puntos (malos), quizás Cuba podría totalizar 80 puntos, digamos. Pero ambos Estados serían considerados como fallidos, en mayor o menor grado.
En Cuba la mafia militar depredadora castrista es de hecho una banda delincuencial que se impone por su poder castrense. No le rinde cuentas al Gobierno y se apropia de las pocas riquezas que crean los ciudadanos y de las divisas que envía la diáspora cubana a sus familiares para que no pasen hambre o mueran por falta de atención médica o medicamentos.
En fin, este es un tema clave, pero de poca atención en el mundo. Por eso los cubanos debemos insistir, una y otra vez, en lo que escribió en su pancarta el manifestante ante el alto tribunal londinense: «Cuba es un Estado fallido».