Cuba: Más allá del Comité Central
Varios de los miembros del nuevo Comité Central del Partido Comunista, anunciado al concluir su VII Congreso. (14ymedio)
Para muchos el Comité Central del Partido Comunista de Cuba (PCC) está constituido por personas fieles al sistema y no leen entre líneas nada respecto a su formación. Pero los 142 miembros que lo configuran no fueron elegidos al azar, como tampoco sacaron de su composición anterior por capricho a algunos integrantes del pasado Pleno que no se mantuvieron como miembros en este VII Congreso.
El Comité Central representa el 0,021% del total de integrantes del PCC, cuya cifra de militantes asciende a 670.000 militantes, lo que se corresponde, de forma aproximada, con el 6% de la población. No obstante, se dio a conocer de manera oficial que hubo entre los dos últimos congresos una disminución de la militancia debido a:
1.- La negativa dinámica demográfica, lo que significa que no hay apenas nacimientos, la población envejece y los jóvenes que pueden integrar las filas del PCC emigran del país.
2.- La política restrictiva de crecimiento desde el año 2004, de lo cual no se había hablado hasta el momento del Congreso. Se desconocía que se había limitado la entrada al Partido, incluso no se menciona a la Unión de Jóvenes Comunistas como fuente de crecimiento.
3.- Las insuficiencias en el trabajo de captación, retención y motivación del potencial de militantes –justificación que parece contradictoria con el hecho de que se estuvieran aplicando políticas de limitación de la extensión del número de militantes–.
Para nada se refieren al hecho de que el Partido es la fuerza dirigente superior de la sociedad y del Estado, que organiza y orienta los esfuerzos comunes hacia los altos fines de la construcción del socialismo
A pesar de que se reconoce la falta de incremento de la militancia y los errores que dieron lugar a esta situación, la resolución que aprueba el Informe Central, leído por Raúl Castro, identifica la mentalidad obsoleta como el principal obstáculo que conlleva a la inercia o a la falta de confianza en el futuro, junto a otras deficiencias que persisten, entre ellas la falta de preparación, exigencia y control y la poca previsión e iniciativa de los cuadros y funcionarios encargados de llevar a cabo estas tareas.
Para nada se refieren al hecho de que el Partido es la fuerza dirigente superior de la sociedad y del Estado, que organiza y orienta los esfuerzos comunes hacia los altos fines de la construcción del socialismo y el avance hacia la sociedad comunista y, por lo tanto, ha sido el que ha fallado en su tarea, encabezado por su dirección.
Como se insiste en que se va a «construir» un socialismo próspero y sostenible, habría que analizar quiénes han sido escogidos para ello a través de su participación en el Comité Central.
Todos los primeros secretarios de los comités provinciales son miembros del Comité Central –aunque hay que señalar que el Municipio Especial Isla de la Juventud no forma parte del mismo, ni siquiera con un simple militante de fila, de lo cual se puede inferir que no es un objetivo priorizado desde el punto de vista social, político y económico–.
Si se exceptúa la capital, donde están enclavados los ministerios, el Poder Popular, la dirección del Partido, etc., el número de miembros del Comité Central por provincias y lo que representan desde el punto de vista porcentual con relación al total, es el siguiente:
Como se puede apreciar, las provincias con mayor número de miembros son Pinar del Río y Camagüey, y las que representan menor importancia son Sancti Spíritus, Las Tunas y Granma.
De igual forma, pasaron a ser miembros del Comité Central seis primeros secretarios municipales, de Artemisa, San Miguel del Padrón (La Habana), Placetas (Villa Clara), Cienfuegos, Banes (Holguín) y Guantánamo. También se establecieron en esta instancia cuatro miembros profesionales de los comités provinciales del Partido ubicados en Pinar del Río, Mayabeque, Villa Clara y Santiago de Cuba.
Esto implica que 71 miembros del Comité Central proceden de los órganos de base provinciales y municipales, lo que constituye el 50%.
A ello se le pueden añadir 15 militantes dedicados al trabajo del Partido en el Buró Político, Secretariado y diferentes departamentos, lo que da un total de 86 asientos, el 60,6% de todo el Pleno. Esta cifra no deja dudas de que los que dirigen a nivel nacional el PCC a tiempo completo son mayoría en su Comité Central.
La UJC (Unión de Jóvenes Comunistas) como cantera del Partido también forma parte de este grupo y aporta tres militantes, lo que eleva el número de miembros dedicados a la política a 62,7%.
El Consejo de Estado y de Ministros está representado por cinco personas, mientras dos figuras históricas que también se cuentan entre los «agraciados» no están vinculadas a ningún cargo: Faure Chaumón Mediavilla y Antonio Enrique Lussón Batlle, este último recién defenestrado.
Los ministros y viceministros también están personalizados por 16 militantes, pero no así todos los ministerios: por ejemplo, no está el fiscal general de la República, mientras sí forma parte la fiscal jefa de la Dirección de Organización y Planificación de la Fiscalía General.
Las provincias con mayor número de miembros son Pinar del Río y Camagüey, y las que representan menor importancia son Sancti Spíritus, Las Tunas y Granma
Se incluyó a la presidenta de Etecsa (Empresa de Telecomunicaciones S.A.) y no al ministro de Informática y Comunicación, al igual que hay una directora provincial de Educación y no está el ministro del ramo, y hay rectores de universidades, decanos, metodólogos y hasta una profesora universitaria y quedó sin alistar el ministro de Educación Superior.
El ministro de la Agricultura tampoco forma parte, mientras sí lo hacen directores de empresas agropecuarias, presidentes de cooperativas y UBPC (Unidad Básica de Producción Cooperativa), especialistas de la industria azucarera y profesionales de institutos de investigaciones de la rama.
Abel Prieto Jiménez, que asesora en estos momentos al «Presidente» y dejó en manos de otro el Ministerio de Cultura, no le pasó la responsabilidad política que una vez tuvo, pues tampoco este ministerio está en la lista de los designados. No obstante, la cultura tiene presente una mujer de la compañía de danza Camagua.
Otros ministerios e instituciones del Consejo de Ministros que no están representados son: Comercio Interior, Construcción, Industria Ligera, Industria Básica, Justicia, Trabajo y Seguridad Social, Turismo, Industria Sideromecánica, Aeronáutica Civil, Instituto Cubano de Radio y Televisión (ICRT), Instituto Nacional de Deportes Educación Física y Recreación (Inder).
Mantienen lejos de los cargos políticos a Ricardo Cabrisas Ruiz, vicepresidente del Consejo de Ministros.
El Ministerio de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (Minfar) tiene asignado 10 puestos y de ellos solo dos jefes de Ejército: el Occidental y el Central. Por otra parte, el Ministerio del Interior (Minint) cuenta con tres asientos.
El Poder Popular a nivel nacional y provincial quedó representado por cinco militantes: Juan Esteban Lazo Hernández, presidente de la Asamblea Nacional; Ana María Mari Machado, vicepresidenta de la Asamblea Nacional; por Matanzas, Tania León Silveira, presidenta; por Santiago de Cuba, Reynaldo García Zapata, presidente, y Beatriz Johnson Urrutia, vicepresidenta.
Los que dirigen a nivel nacional el PCC a tiempo completo son mayoría en su Comité Central
Para no dejar de señalar la importancia que tiene Venezuela para la política del país, designaron dentro de los miembros del Comité Central al embajador de Cuba en esa nación, Rogelio Polanco Fuentes. Además, aunque fue destituido del Secretariado, mantuvieron en el Comité Central a Víctor Fidel Gaute López, jefe de misiones sociales cubanas en Venezuela.
Algunas organizaciones de masas y otras, clasificadas todas por el régimen como ONG (organizaciones no gubernamentales) hacen su aporte a las filas con 10 miembros, entre ellos los jefes de los CDR (Comité de Defensa de la Revolución), la FMC (Federación de Mujeres Cubanas), la CTC (Central de Trabajadores de Cuba), la Asociación de Combatientes de la Revolución, la UNEAC (Unión de Escritores y Artistas de Cuba) y la Sociedad Cultural José Martí.
Se reconoce en particular el sector de la salud con seis miembros vinculados a actividades médicas. Aspiran a que sea la representante de los trabajadores por cuenta propia una artesana de la Asociación Cubana de Artesanos y Artistas de Cruces, de Cienfuegos.
Una forma de completar el análisis sería conocer cuántos integrantes del Comité Central del VI Congreso dejaron de serlo en este último. En el Buró Político no están los nombres de Abelardo Colomé Ibarra y Ricardo Alarcón de Quesada; en el Secretariado, además de Gaute López, no se encuentra Misael Enamorado Dáger.
Otros cargos afectados, por diferentes motivos incluidos los fallecimientos, y que no forman parte del actual Comité Central son: Esperanza Recio Socarrás, directora provincial de la Oficina Nacional de Administración Tributaria en Guantánamo; Celis Álvarez Oliva, directora municipal de Educación en Holguín; el general de División José Julián Milián Pino, viceministro del Interior; el general de División Lucio Morales Abad, jefe del Ejército Occidental de las Fuerzas Armadas Revolucionarias; el general de División Rubén Martínez Puente, director general de la Unión Agropecuaria Militar de las Fuerzas Armadas Revolucionarias; Rolando Alfonso Borges, jefe del Departamento Ideológico; el general de Cuerpo de Ejército Sixto Batista Santana, secretario ejecutivo de la Comisión de Defensa y Seguridad Nacional; Jorge Luis Guerrero Almaguer, jefe de la Dirección de Cuadros del Estado y del Gobierno; Alina Belkis Cárdenas Díaz, funcionaria del Partido en la Misión Cubana en Haití; Sonia Virgen Pérez Mojena, primera secretaria en Granma; Olga Lidia Ramírez González, primera secretaria municipio Martí (Matanzas); Arairis Cardoso Figueredo, primera secretaria del municipio Esmeralda (Camagüey); Yamilet García Fernández, primera secretaria en el municipio Venezuela (Ciego de Ávila); Liudmila Álamo Dueñas, primera secretaria del Comité Nacional de la Unión de Jóvenes Comunistas; Aida Rosa Brown Ramírez, especialista de la Empresa de Suministros del Níquel en Moa, Holguín; Zoraida Medina Font, jefa de Brigada en la Unidad de Muebles de Oficinas (Retomed) en Santiago de Cuba; Oneida Ciprián Lazaga, especialista en la Batería de Fuel Oil en Chambas, Ciego de Ávila; Ana Bueno Guzmán, presidenta de la Cooperativa de Producción Agropecuaria Cuba Socialista en Madruga, Mayabeque; Yolexis Guerra Gómez, directora de la Empresa Azucarera Siboney en Sibanicú, Camagüey; Ramón Romero Pérez, presidente de la Cooperativa de Producción Agropecuaria Primer Soviet de América en Bayamo, Granma; Gustavo Cobreiro Suárez, rector de la Universidad de La Habana; Bárbara Tandrón Negrín, rectora de la Escuela Internacional de Educación Física y Deportes; Yadira Gázquez Camejo, directora general del Hospital Comandante Pinares en San Cristóbal, Artemisa; Annia Ladrón de Guevara Casals, médico especialista en el Hospital Juan Manuel Márquez, La Habana; Nayla Patterson Prieto, maestra de la Escuela Primaria Invasión a Las Villas en Güira de Melena, Artemisa; Adolfo Rodríguez Nodals, director del Instituto de Investigaciones Fundamentales de la Agricultura Tropical; Yolanda Ferrer Gómez, secretaria general de la Federación de Mujeres Cubanas; Orlando Lugo Fonte, presidente de la Asociación Nacional de Agricultores Pequeños; Jaime Crombet Hernández Vaquero, vicepresidente de la Asamblea Nacional; Rosa Amalia Castillo Salazar, coordinadora provincial de los CDR en Santiago de Cuba; Melba Hernández Rodríguez del Rey, y Jorge Risquet Valdés-Saldaña.
Abel Prieto, que asesora en estos momentos al presidente y dejó en manos de otro el Ministerio de Cultura, no le pasó la responsabilidad política que una vez tuvo, pues tampoco este ministerio está en la lista de los designados
Si usted puede asimilar, sin cansarse, tanta información que se desprende de este análisis, sacará sus propias conclusiones al respecto. Quizás tenga en cuenta que se ve sin mucho rebuscar el compromiso con personas que históricamente han estado al lado del régimen. Puede ser que piense que le falta representatividad a algunos sectores económicos y sociales. Pero mi conclusión es que el Comité Central del Partido Comunista de Cuba no es más que un grupo de personas que no se atreven a levantar la mano en contra de algo que se proponga, incluso ni osan replicar o cuestionar, por lo que da igual cualquier composición que tenga; no va a influenciar para nada en las decisiones que tome la dictadura y mucho menos en lo que haga el verdadero «gobierno tras las sombras«, que no necesita formar parte de este Pleno.
Pasarán de nuevo cinco años y vendrá otro Congreso, quizás con personas más jóvenes; pero si no hay un cambio que permita tener todos los partidos que se estimen crear, con sus correspondientes direcciones y se efectúen las transformaciones democráticas necesarias, será lo mismo para el pueblo, que envejece junto con sus dirigentes, sin esperanzas.
Si se han tenido que restablecer algunos derechos que les habían arrebatado a los cubanos, es que alguna brecha se ha encontrado por el camino. El endurecimiento del lenguaje durante y después del Congreso no es más que un síntoma de debilidad.
No importa que de nuevo saquen millones de personas a la calle: ese mismo pueblo que comprometido va desfilar el primero de mayo, en algún momento reaccionará ante tanto abuso de poder por parte de la gerontocracia. El cansancio se siente.