LA HABANA, Cuba. – La zafra chica reveló las grandes dificultades existentes para la contienda de 2023-2024. Comenzada el 5 de diciembre por el Central “14 de julio”, de Cienfuegos, con lentitud tuvo incorporados 10 trapiches hacia finales de diciembre, cuando debía estar concluyendo esa tradicional etapa. En enero, tendrán que completarse los 23 ingenios anunciados por la empresa AZCUBA para producir 400.000 toneladas de azúcar, por debajo de las 500.000 toneladas requeridas como mínimo para el mercado interno racionado.
El 4 de enero comenzó a entregarse la sexagenaria libreta de abastecimiento, cuya permanencia el Gobierno prometió solemnemente, y que pudo estrenarse con la compra de una libra de azúcar en algunos lugares. En otros, aún se deben las cuotas de cuatro libras mensuales o fracciones de otros meses porque dependen de las producciones de los ingenios locales, con excepción de La Habana que es abastecida por otras provincias.
La zafra azucarera 2023-2024 difícilmente cumplirá el plan. En la zafra 2021-2022, 36 centrales produjeron 480.000 toneladas de azúcar, inferior a las 462.968 toneladas de 1855. La zafra 2022-2023 solo alcanzó 350.000 toneladas, 100.000 toneladas menos que lo planeado, lo cual demandó importación para cubrir la venta racionada a la población, y explica las dificultades en el abastecimiento durante el pasado año y el inicio del actual.
Este año, 10 centrales producirán meladura fundamentalmente con caña quemada para la producción de ron, aguardientes y otros derivados. Las 43 medidas adoptadas para el sector empresarial agropecuario y las 93 medidas para el sector agroindustrial azucarero no demuestran efectividad, a pesar de que Julio García Pérez, presidente del Grupo Empresarial Azucarero (AZCUBA), aseveró que existen potencialidades durante su participación en la Mesa Redonda del pasado 30 de noviembre.
El propósito de “salvar la industria azucarera”, anunciado por el Gobierno, parece destinado a salvar la cara por haber destruido la fuente de cubanidad, cultura, consumo interno y exportaciones. Los problemas no se resuelven, y se asignan muy pocos recursos para lograrlo. Las inversiones han caído sostenidamente, pero lo destinado a las construcciones turísticas continúa creciendo.
Mientras tanto, los directivos de AZCUBA y los centrales afrontan el déficit de maquinaria, equipos, transporte, insumos, piezas de repuesto y combustible. En los campos, hay un alto nivel de enyerbamiento, las siembras son muy deficientes con vacíos de plantas, faltan los herbicidas y los fertilizantes, y hay quema excesiva. El personal calificado para las reparaciones y la molida, así como la fuerza de trabajo para las labores de siembra, corte y tiro son muy escasos, debido al éxodo hacia otros lugares del país y al extranjero.
En la zafra anterior solo se garantizó el 18% del financiamiento necesario de los insumos para la producción. Según García Pérez, entre las principales estrategias para dinamizar el sector están la aprobación de un nuevo modelo de negocios, que permite obtener el 84% de las divisas para comprar insumos para la caña, como herbicidas y fertilizantes; la introducción de empresas mixtas y exportadoras en la cadena de valor; las negociaciones con inversiones extranjeras y los vínculos con países del BRICS.
En la Mesa Redonda citada el directivo concluyó que la caída de la producción tuvo un impacto económico negativo y creó la insatisfacción del pueblo, y que la situación no puede volver a repetirse en la próxima zafra. Veremos si puede cumplir su promesa.
Recientemente, el gobernante Miguel Díaz-Canel expresó que “con el Período Especial la escasez de insumos llevó a un proceso de involución tecnológica. Las reparaciones cada vez fueron más incompletas, más malas, y (ahora) estamos en un momento en el que casi no reparamos bien ningún central, casi ninguno tiene balance de recursos, (pero a pesar de ello también) seguimos con un voluntarismo tremendo, tratando de hacer una zafra que desde que la planificamos sabemos que es imposible cumplir”.
Todo ello se debe a los caprichos y la autosuficiencia de Fidel Castro, antes, durante y después de su propósito de realizar la fallida Zafra de los Diez Millones de toneladas de azúcar, así como el desmantelamiento de los 176 centrales existentes, sin proteger las maquinarias y los campos de caña para este paupérrimo “período de continuidad”.