Cuba paga el doble por sus pelotas de béisbol a un italiano cercano a un hijo de Fidel Castro
Cada bola cuesta 12 dólares, mientras las Grandes Ligas compran la Rawlings por poco más de cinco dólares
El matancero Renner Rivero lanzando una pelota TeamMate. (Jit)
La Federación Cubana de Béisbol (FCB) está pagando las pelotas a más del doble de lo que cuestan las bolas oficiales de las Grandes Ligas de Estados Unidos. La Isla pagó 12 dólares por cada unidad de la marca italiana TeamMate en 2020, según cifras del tesorero de FCB, Luis Daniel del Risco, mientras que las que fabrica la empresa Rawlings para las Grandes Ligas desde 1977 cuestan poco más de cinco dólares.
Como es habitual en el oficialismo, Del Risco culpó al bloqueo del sobrecosto de la pelota por lo que tuvieron que ser «compradas en China y que con el concepto de transportación» les salió entre 5 y 7 dólares más de su valor. «Aquí las pudiéramos adquirir por ese precio sin embargo tenemos que buscarlas en lugares bien alejados y se encarece bastante su compra», argumentó.
Desde hace cinco años, la industria deportiva de la Isla presenta serias dificultades para la producción de pelotas. Según el funcionario, por la «falta del cuero para la pelota, la falta de hilo y el pegamento adecuado» se incumplió con la entrega de 100.000 pelotas (70.000 sintéticas y 30.000 de cuero) anuales para cubrir la necesidades de 16 equipos de la Serie Nacional y otras 8 categorías en 547 centros deportivos.
Cuba eligió a TeamMate para tratar de salvar la crisis. Se trata de una empresa italiana con sede en San Marino y vinculada a Riccardo Fraccari, presidente de la Confederación Mundial de Béisbol y Softbol (WBSC). Este italiano es cercano a Antonio, hijo de Fidel Castro, el hombre que mueve los hilos de la pelota en Cuba.
Según Radio y Televisión Martí, en 2021 la web de noticias de San Marino Libertas.sm desveló que Fraccari y la WBSC eran investigados por presunto lavado de dinero. En la publicación se indicaba que la federación deportiva de Panamá se quejó del precio de las pelotas proporcionadas por la Confederación.
Una inspección fiscal dejó claro que «el dinero que se pagó por las pelotas de la marca TeamMate, era muy superior al valor real de mercado», subrayó el medio. «Se incautaron dos millones de euros en la sede de la WBSC en Lausana, Suiza», aunque luego fue revocada y se redujo a la cantidad de 258.000 euros, que se ha mantenido hasta la fecha por la acusación de lavado de dinero.
Haití, separada de Cuba por el estrecho paso de los Vientos, llegó a ser considerado entre 1969 a 1990 como el principal proveedor de pelotas de béisbol en el mundo, cuando en el país no existe identidad por este deporte. En esta región caribeña se establecieron varias empresas dedicadas a maquilar con mano de obra barata miles de bolas. Las compañías McGregor y Rawlings fueron de las beneficiadas de este modelo de explotación impulsado por el dictador haitiano Jean-Claude Duvalier, señaló a The New York Times, Josh DeWind, coautor de Aiding Migration: The Impact of International Development Assistance on Haiti.
Escudándose en la inestabilidad política de Haití, Rawlings cerró la planta que tenía en Puerto Príncipe en 1990, donde laboraban alrededor de 1.000 haitianos. Mudó su producción a Turrialba (Costa Rica), donde producen 2,4 millones de pelotas al año.
La empresa paga 1,6 dólares la hora y los trabajadores cubren jornadas de hasta 10 horas. Allí dan forma a los «centros de corcho y hule, la piel de vaca Holstein de Tennessee y la fibra de lana de Nueva Zelanda que integran las pelotas que son enviadas libres de impuestos a la fábrica», publicó Reuters.
Rawlings también abastece de pelotas a la Liga Mexicana de Béisbol. En 2020, acordó un precio de 64,40 dólares por 12 bolas. Es decir, cada pieza cuesta 5.33 dólares, menos de la mitad de lo que Cuba desembolsó por cada bola TeamMate.
El precio de TeamMate supera también a las de la marca Franklin Sports de EE UU, del mismo nivel que la marca italiana, que ofrece a ligas nacionales un precio promedio de 12 bolas por 52 dólares.
Los directivos de TeamMate explicando el por qué del retraso de los uniformes en la Isla. (Jit)
Las pelotas de la marca italiana TeamMate empezaron a circular en 2020 en la Isla, sustituyeron a la japonesa Mizuno 200, y estas a su vez relevaron a la llamada «sosa» Conexión, una «bola de producción nacional y con un bote bastante pobre», publicó Cubalité.
En los primeros 40 juegos de la temporada 60 de la Serie Nacional, la pelota de TeamMate causó polémica debido a que el bateo de largo metraje fue más frecuente que de costumbre en Cuba. «Desde su instauración, los cuadrangulares llueven más de lo normal y muchos ya se empiezan a preguntar si vamos camino a establecer una nueva marca de vuelacercas o de frecuencia de jonrones», señaló la misma publicación.
La polémica sigue de cerca a la empresa italiana TeamMate. Después de quedar mal con el suministro de uniformes, lo cual provocó que la Liga Élite se retrasara en octubre pasado, estos días se ha sabido que sólo ha entregado la mitad de las pelotas necesarias para la actual Serie Nacional. Así, la liga tuvo que recurrir a las de la marca Batos, que «no es hecha en Cuba, sino adquirida a un proveedor en el exterior que accedió a ponerle ese nombre», subrayó Cubadebate.