Cuenta atrás para una renuncia de Biden digna: un torrente de demócratas le pide que se jubile

Una dura batalla se está librando en el Partido Demócrata. Un cada vez más reducido círculo de fieles rodea al presidente Joe Biden, enrocado en una resistencia numantina, mientras el cerco de los demócratas que van pidiendo abiertamente su dimisión como candidato a la reelección es cada vez más amplio y amenazante. La Casa Blanca estaba este viernes fantasmagórica, con luces apagadas y pasillos vacíos. El presidente está aislado en una de sus casas en Delaware por el coronavirus. Mientras, al otro lado de Washington, en el Capitolio, se iba urdiendo la conjura para librarse de él.

Una treintena de diputados y senadores ha pedido públicamente su marcha. La señal de que se están coordinando en un goteo incesante para desgastar al presidente es que casi todos acaban empleando la misma expresión: «debe pasar la antorcha». En este año de Olimpiadas, hacen referencia al relevo para poner de relieve que lo que quieren es un traspaso pactado, voluntario, que garantice una continuidad. Vamos, lo que vienen a decir es que es necesario un relevo aparentemente voluntario para poder mantener el poder en la Casa Blanca y recuperarlo en todo el Capitolio.

Los comunicados y declaraciones se han sucedido tras el desastroso debate del 27 de junio en Atlanta, donde Biden estuvo incapaz de hilar una frase y confuso. La presión privada ha sido formidable y las filtraciones, incesantes. Hasta este viernes, 25 diputados y tres senadores han pedido abiertamente su marcha, y muchos más lo han filtrado anónimamente a medios estadounidenses. Tras ellos, una mujer que durante décadas ha tenido y sigue teniendo gran poder en Washington, continúa tramando y presionando. Se trata de Nancy Pelosi, que fue presidenta de la Cámara de Representantes.

Pelosi ha dicho a su bancada en la Cámara que está convencida de que el presidente será convencido pronto de que no puede ganar en noviembre, por lo que su dimisión de la candidatura es inminente. Según filtró el ‘Washington Post’, Pelosi llamó a Biden y fue clara sobre lo mal que le va en las encuestas. Las mejores reflejan que Trump tiene tres puntos más en intención de voto general. Cuando Biden mencionó otras encuestas, Pelosi exigió: «Póngame a Donilon, y que me enseñe esas encuestas».

Donilon es Mike Donilon, consejero de Biden, una de las personas en su círculo más cercano, que integran su familia y un pequeño número de viejos socios. A estos los culpa el partido de ocultarle al presidente la dura realidad de la campaña y los sondeos, y de esconder lo mucho que se ha deteriorado su salud en los últimos meses. Desde hace medio año, Biden ha aparecido más confundido, menos alerta, propenso a todo tipo de errores. El último, olvidarse en una entrevista del nombre del jefe del Pentágono, al que llamó «el tipo negro» (se llama Lloyd Austin).

El promedio de las encuestas nacionales ahora da a Trump una ventaja de entre dos y tres puntos porcentuales sobre el presidente Biden, y representa un pequeño cambio a su favor desde el debate. Pero una encuesta de CBS/YouGov publicada el jueves deja a Trump con un 52 por ciento y a Biden con un 47 por ciento, la mayor ventaja de Trump en toda la campaña. Hace cuatro años, a estas alturas, Biden iba por encima 9 puntos. En los estados clave, y alguno demócrata, Trump va por delante.

La campaña del presidente, sin embargo, se mantiene desafiante. La directora de esta, Jen O’Malley Dillon, dio una entrevista este viernes por la mañana en la cadena MSNBC para afirmar que «absolutamente, el presidente se mantiene en la candidatura». Tanto ella como los portavoces demócratas y en la Casa Blanca están en pleno frenesí de desmentidos, criticando a la prensa, denunciando la proliferación de rumores, demonizando al mensajero.

Uno de esos portavoces habló anónimamente con el diario ‘The New York Times’ esta semana para decir lo que se piensa en el cuartel general de Biden sobre esta campaña: todos esos líderes demócratas que ahora maquinan a la sombra, con Pelosi y Barack Omaba a la cabeza, son los mismos que en 2016 obligaron a Biden a apartarse para que se pudiera presentar Hillary Clinton, que perdió. Biden ganó en 2020. «Esa es la misma gente que nos regaló la presidencia de Trump», dijo esa fuente.

De forma también inesperada, en esta crisis ha amainado la protesta por el apoyo a Israel en su ofensiva en la franja de Gaza. Los más críticos con el presidente por ese apoyo, la izquierda del partido, son ahora quienes más encarecidamente le defienden. La diputada Alexandria Ocasio-Cortez, en especial, ha dicho que está con Biden hasta el final. El jueves dio en redes sociales un largo discurso en que detalló los gravísimos problemas que, a su entender, provoca la marcha de Biden, que abriría un periodo de incertidumbre.

La izquierda del Partido Demócrata ha tratado de mantener a Biden a raya con asuntos como el del apoyo a Israel, pero en otros ha obtenido victorias muy contundentes, como la ampliación del crédito tributario por hijos, la inclusión de medidas que pidieron los progresistas en el paquete de infraestructura y la implementación de políticas más ambiciosas para combatir el cambio climático.