David Axelrod, contra la nostalgia: “La gente debe superar a Obama, los demócratas deben buscar algo nuevo”
El estratega jefe de las campañas de Barack Obama de 2008 y 2012 analiza para EL PAÍS la situación de los aspirantes demócratas este año
Nashua, New Hampshire, domingo, cuatro de la tarde. La cancha de baloncesto del instituto Fair Ground está a punto de acoger un acto de la senadora por Minnesota Amy Klobuchar dos días antes de las primarias de New Hampshire, la segunda parada de una carrera demócrata plagada de candidatos y de interrogantes. Un hombre del público se interpone en el camino de un asistente para saludar y le espeta algo así como: “Gracias por traernos a Obama”. Porque el tipo es David Axelrod, el popular estratega jefe de la campaña de Barack Obama de 2008, asesor presidencial después y, también, ideólogo de la reelección en 2012. The New York Times se refirió una vez a él como “el narrador de Obama”. Y, para muchos votantes demócratas, hechos hoy un mar de dudas, es algo así como un hacedor de milagros. Los efusivos saludos que recibe en el evento transmiten añoranza. Este 10 de febrero se cumplen 13 años desde que el primer presidente afroamericano de la historia anunció su candidatura. En entrevista con EL PAÍS, Axelrod, director del Instituto de Política de la Universidad de Chicago, advierte contra la nostalgia y hace balance de cómo está la carrera.
Pregunta. ¿Cree que hay motivos para temer un efecto Corbyn en los demócratas si Bernie Sanders gana la nominación?
Respuesta. Creo que Bernie Sanders tiene un núcleo duro de apoyo muy entusiasta y le está hablando a gente con el mismo sentimiento de desafección por el sistema que algunos votantes de Trump han sentido, aunque desde un punto de vista muy diferente, obviamente. Sanders puede conseguir más votos entre los trabajadores blancos que abandonaron el partido y atraer a más jóvenes que otros candidatos. Por otra parte, le puede ir peor en las zonas suburbanas, que es donde se ha producido el mayor crecimiento demócrata en los últimos tiempos. Así que la pregunta es cuál es el balance neto de eso. Y no tengo la respuesta.
P. ¿Es el mismo dilema entre girar a la izquierda o mantener el centro?
R. Sí. El mayor movimiento en la política americana del último ciclo se ha dado en las zonas suburbanas, donde gente que era republicana y demócrata ha migrado al lado demócrata. Hay que ver cómo estos perciben a un candidato que se llama así mismo socialista, o socialdemócrata -porque ellos no oyen la parte de demócrata, ellos solo oyen socialista- y qué les parecen sus propuestas en sanidad. Esa es una gran pregunta. Pero, como decía, no sé cuál es el balance neto.
P. ¿Cree que el concepto de elegibilidad [la centralidad de un candidato, que lo haga fácilmente elegible] aún tiene sentido? [Tras una victoria como la de Donald Trump].
R. Bueno, creo que la elegibilidad es muy importante para los demócratas porque hay una gran preocupación sobre Trump. Pero la elegibilidad suele estar en el ojo del espectador. Si un candidato te seduce, de repente parece mucho más elegible. Por eso nunca he puesto demasiado foco en eso. Y creo que la campaña de Joe Biden ha cometido un error al apostar demasiado a la baza de la elegibilidad, porque en el minuto en que pierdes unas primarias, la gente dice: ‘Bueno, pues no me pareces tan elegible’. La elegibilidad es un concepto muy escurridizo.
P. ¿Y qué puede hacer Biden, llegados a este punto?
R. Creo que su plan es ir a Carolina del Sur [Estado con un gran porcentaje de población afroamericana, entre la que el vicepresidente concita mucho apoyo] y tratar de recuperar su posición haciéndolo muy bien allí. La cuestión es si estas dos pugnas [los caucus de Iowa y las primarias de este martes en New Hampshire] tendrán un efecto corrosivo para su capacidad de ganar allí. Pero en este momento no estoy seguro de nada.
P. ¿Qué le ha pasado a la campaña de Elizabeth Warren?
«El plan de Warren era superar a Sanders como candidato de la izquierda, pero lo subestimó»
R. Yo creo que su plan original era superar a Bernie Sanders, convertirse en la candidata de la izquierda y luego moderarse. Pero creo que subestimó la fuerza de Sanders y cuando, de algún modo, trató de moderarse con el asunto de la sanidad [matizó su plan de eliminar la opción de seguros privados, recalcando que el plan sería muy gradual], mucha gente que estaba con ella regresó con Bernie porque, creo, sintieron que ella no era tan pura como él. Eso ha sido un reto para Warren.
P. Dicen que Pete Buttigieg es lo más parecido a Barack Obama en esta carrera. ¿Está de acuerdo?
R. Yo nunca le cuelgo esa descripción a nadie porque Obama fue una figura única. Era brillante, muy ágil intelectualmente, calmado. Puedo ver la analogía en muchos aspectos, pero Obama tenía un conjunto de cualidades y talentos especiales y siempre me cuido de atribuírselos a nadie.
P. ¿Cree que hay que superar a Obama?
R. Exactamente. Creo que la gente debería seguir adelante. Barack Obama es un tipo de político de los que hay uno en una generación y ahora los demócratas deben encontrar a alguien nuevo para sostener ese nivel y no va a ser alguien exactamente igual que Obama.