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David Brooks: El Partido Materialista

Donald Trump y los demás populistas en todo el mundo han transformado la política de tres maneras gigantescas. Primero, poseen una narrativa diferente. Su historia central es que la gente buena y decente, del corazón rural de la tierra, está siendo amenazada por inmigrantes, extranjeros y otros forasteros, mientras que las élites corruptas no hacen nada.

En segundo lugar, Trump y los otros populistas han revocado las normas morales tradicionales sobre cómo se supone que deben comportarse los líderes. Ha desafiado las normas básicas de honestidad, decencia, compasión y conducta moral. Desvergonzadamente, Trump explota las grietas de la sociedad americana.

Tercero, han dado paso a una nueva discusión. En el siglo XX el gran debate era el gran gobierno contra el gobierno pequeño. Ahora, como muchos han notado, el debate central es abierto versus cerrado. ¿Favorece usted la apertura básica, la diversidad y el pluralismo, o favorece el nacionalismo étnico cerrado?

Sobre la marcha, Trump ha desafiado la identidad básica de Estados Unidos como una nación de inmigrantes. Ha desafiado el orden internacional de posguerra liderado por los Estados Unidos.

En resumen, Trump y los demás populistas han transformado el partido Republicano y han lanzado un desafío cultural, moral e ideológico.

Esta elección es la primera oportunidad que tienen los demócratas de oponerse a un Partido Republicano completamente trumpificado. Es una oportunidad notable para reorientar al electorado, ya que las encuestas muestran continuamente que la ciudadanía que compra el nacionalismo étnico de Trump está en un 40%.

Entonces, ¿cómo han respondido los demócratas en este momento crucial de la historia?

«Los tres temas principales de este año son el cuidado de la salud, el cuidado de la salud y el cuidado de la salud», dijo a CNN J.B. Poersch, del Comité de Acción Política (PAC) «Mayoría en el Senado», alineado con el partido Demócrata.

El  «Wesleyan Media Project» (Proyecto Wesleyano de Medios de Comunicación) estudió recientemente el panorama político y publicó un informe llamado «2018: La Elección sobre el Cuidado de la Salud» ( “2018: The Health Care Election.) Descubrió que la mayoría de los anuncios políticos recientes pro-demócratas destacaban los servicios de salud. Sesenta y uno por ciento de los recientes anuncios de dicho partido, en las elecciones a la Cámara de Representantes de Estados Unidos, han sido sobre la atención de la salud.

Los candidatos demócratas como la senadora Claire McCaskill están insistiendo en el mismo punto en los debates. Los republicanos trataron de quitarle la cobertura a las llamadas «condiciones preexistentes».

En tiempos normales, hay una buena razón para competir basados en este tema. Millones de familias están sufriendo una inadecuada cobertura de seguros. Si usted está tratando de ganar un votante indeciso en Arizona, es un tema obvio, que tiene atractivo.

Pero la campaña demócrata es inadecuada para el momento actual. No ofrece ninguna contra-narrativa a Trump, pocos argumentos morales en contra de su comportamiento, ningún tema unificador frente al nacionalismo étnico. En política no se puede vencer a algo con nada. Los demócratas no notaron el auge del mensate trumpiano porque mientras la sociedad se dividía en tribus culturales, pasaron de 2008 a 2016 centrándose en el cuidado de la salud. Ahora que el auge ha ocurrido, todavía están enfocados en la atención de la salud.

Peor aún, la estrategia demócrata simplemente revive el viejo libro de tácticas de 1980-2008. Son promesas de gastos demócratas contra recortes de impuestos republicanos. Este conocido argumento ortodoxo empuja a la izquierda y a la derecha de nuevo a sus categorías normales. Destruye cualquier posibilidad de reorientación.

Hemos aprendido algunas cosas sobre el Partido Demócrata. Primero, sigue siendo fundamentalmente un partido materialista. El desafío de Trump es principalmente un desafío moral y cultural. Pero los demócratas se sienten más cómodos hablando de cómo usar el gasto federal para extender los beneficios. Algunos demócratas quieren gastar mucho más (servicios de Medicare para todos, educación universitaria gratuita) y otros quieren gastar menos, pero su instinto básico es que los problemas nacionales se pueden resolver con más dinero federal. Su instinto político básico es que usted gana votos ofreciendo beneficios materiales.

En segundo lugar, hemos aprendido que cuando los demócratas plantean un argumento moral, tiende a ser de la variedad de «guerreros de la justicia social». El argumento central en esta modalidad es que las estructuras opresivas de la sociedad marginan a las mujeres, a las minorías y a los miembros de las comunidades L.G.B.T.Q. ( lesbiana, gay, bisexual, transgénero, y «queer’). 

Resulta que si tu lógica básica es que los distintos grupos de identidad están amenazados por una sociedad opresiva, es muy difícil defender esa sociedad de un ataque autoritario, o incluso articular cualquier noción de lo que une a esa sociedad. Se puede apelar a las mujeres como mujeres y a los grupos étnicos como grupos étnicos, pero es muy difícil hacer un llamamiento universal a los estadounidenses como estadounidenses, o defender las normas básicas estadounidenses que Trump pone en duda. Es una vulnerabilidad en su mensaje que los demócratas se han impuesto a sí mismos.

Los demócratas aún parecen tener posibilidades de ganar la Cámara de Representantes, porque Trump es muy eficaz ahuyentando votantes. Pero los demócratas están arruinando la oportunidad política de su vida. Parece que están teniendo poco crecimiento en los estados republicanos y pueden terminar perdiendo terreno en el Senado. En lugar de atraer a los votantes descontentos con el G.O.P., parecen estar empujando a los republicanos de vuelta a Trump.

Ahora se ha hecho evidente que los republicanos son mejores politizando los asuntos culturales y los demócratas son mejores ofreciendo beneficios económicos a aquellos que están teniendo problemas. Si usted piensa que el comportamiento electoral está motivado principalmente por apelaciones materiales, la estrategia demócrata es correcta. Pero si piensa que está motivado por la identidad cultural, el deseo de respeto, el sentido de lo que es correcto, la lealtad a una historia común, la estrategia demócrata deja mucho que desear.

Hoy en día, la cultura es más importante que la economía.

David Brooks ha sido columnista de The New York Times desde 2003. Es autor de «The Road to Character» y del próximo libro «The Committed Life:When You Give Yourself Away.”

Traducción: Marcos Villasmil


NOTA ORIGINAL:

The New York Times

THE MATERIALIST PARTY

David Brooks

Donald Trump and the other populists around the world have transformed politics in three gigantic ways. First, they told a different narrative. Their central story is that the good, decent people of the heartland are being threatened by immigrants, foreigners and other outsiders while corrupt elites do nothing.

Second, Trump and the other populists have overturned the traditional moral standards for how leaders are supposed to behave. He’s challenged basic norms of honesty, decency, compassion and moral conduct. He unabashedly exploits rifts in American society.

Third, they have ushered in a new conversation. In the 20th century the big debate was big government versus small government. Now, as many have noticed, the core debate is open versus closed. Do you favor basic openness, diversity and pluralism, or do you favor closed ethnic nationalism?

Along the way Trump has challenged America’s basic identity as a nation of immigrants. He’s challenged the American-led postwar international order.

In short, Trump and the other populists have transformed the G.O.P. and thrown down a cultural, moral and ideological gauntlet.

This election is the Democrats’ first opportunity to push back against a thoroughly Trumpified Republican Party. It is a remarkable opportunity to realign the electorate, since polls continually show the percentage of the country that buys Trump’s ethnic nationalism is in the low 40s.

So how, at this crucial moment in history, have the Democrats responded?

The top three issues this year are health care, health care and health care,” J.B. Poersch, of the Democratic-aligned Senate Majority PAC, told CNN.

The Wesleyan Media Project recently surveyed the political landscape and came out with a report called “2018: The Health Care Election. It found that a majority of recent pro-Democratic political ads featured health care. Sixty-one percent of recent pro-Democratic ads in U.S. House races have been on health care.

Democratic candidates like Senator Claire McCaskill are hammering home the same point in debates. Republicans tried to take away coverage for pre-existing conditions.

In normal times, there’s good reason to run on this issue. Millions of families are plagued by inadequate insurance coverage. If you’re trying to win a swing voter in Arizona, it’s a bread-and-butter issue that has appeal.

But the Democratic campaign is inadequate to the current moment. It offers no counternarrative to Trump, little moral case against his behavior, no unifying argument against ethnic nationalism. In politics you can’t beat something with nothing. Democrats missed the Trumpian upsurge because while society was dividing into cultural tribes, they spent 2008 through 2016 focusing on health care. Now that the upsurge has happened, they are still pinioned to health care.

Worse, the Democratic strategy simply revives the old 1980-2008 playbook. It’s Democratic spending promises versus Republican tax cuts. This familiar, orthodox argument pushes left and right back into their normal categories. It destroys any possibility of a realignment.

We’ve learned a few things about the Democratic Party. First, it’s still fundamentally a materialist party. The Trumpian challenge is primarily a moral and cultural challenge. But the Democrats are mostly comfortable talking about how to use federal spending to extend benefits. Some Democrats want to spend a lot more (Medicare for all, free college education), and some want to spend less, but their basic instinct is that national problems can be addressed with more federal money. Their basic political instinct is that you win votes by offering material benefits.

Second, we’ve learned that when Democrats do raise a moral argument, it tends to be of the social justice warrior variety. The core argument in this mode is that the oppressive structures of society marginalize women, minorities and members of the L.G.B.T.Q. communities.

It turns out that if your basic logic is that distinct identity groups are under threat from an oppressive society, it’s very hard to then turn around and defend that society from authoritarian attack, or to articulate any notion of what even unites that society. You can appeal to women as women and to ethnic groups as ethnic groups, but it’s very hard to make a universal appeal to Americans as Americans, or defend the basic American norms that Trump calls into question. It’s a messaging vulnerability that Democrats have imposed upon themselves.

Democrats still seem likely to win the House, because Trump is so effective at driving away voters. But Democrats are blowing the political opportunity of a lifetime. They seem to be getting little traction in red states and now may end up losing ground in the Senate. Instead of drawing disaffected voters away from the G.O.P., they seem to be pushing Republicans back to Trump.

It has now become evident that Republicans are better at politicizing cultural issues and Democrats are better at offering economic benefits to those who are struggling. If you think voting behavior is primarily motivated by material appeals, the Democratic strategy is fine. But if you think it’s motivated by cultural identity, a desire for respect, a sense of what’s right, loyalty to a common story, the Democratic strategy leaves a lot to be desired.

These days, culture is more important than economics.

David Brooks has been a columnist with The Times since 2003. He is the author of “The Road to Character” and the forthcoming book “The Committed Life: When You Give Yourself Away.”

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