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Dos mujeres de camino al Palacio Nacional de México

El 2 de junio del próximo año será una fecha clave en la historia de México. Dos candidatas se disputarán la presidencia en representación de los únicos bloques políticos que, de momento, tienen posibilidades reales de poder en ese país. Se da por hecho que el más alto mando de la república mexicana tendrá, por primera vez, una mujer al frente.

Ellas son, la Dra. Claudia Sheinbaum, candidata de la izquierda, sucesora del presidente Andrés Manuel López Obrador, y la Ing. Xóchitl Gálvez, en representación de la coalición de derecha, el Frente Amplio por México, integrada por los partidos Acción Nacional (PAN), partido Revolucionario Institucional (PRI) y el partido  Revolución Democrática (PRD).

La Dra. Sheinbaum, científico de 61 años de edad y exalcaldesa de la ciudad de México, fue la más votada en el proceso de encuestas realizada por el partido Morena. La exalcaldesa logró en promedio 39,4% de las preferencias, casi 14 puntos porcentuales arriba del exsecretario de Relaciones Exteriores Marcelo Ebrard, que quedó segundo lugar, con 25,8% y quien además daba por sentado su designación como sucesor de López Obrador. La Ingeniero Xóchitl Gálvez, senadora y empresaria de origen indígena, fue ungida por la coalición de partidos opositores, antes mencionada y fue, desde el inicio, la favorita en esa coalición.

Ese proceso preelectoral no pasó desapercibido en Morena, ya que abrió una fisura en el oficialismo, que hasta días antes de la designación, lucia monolítico en el entorno de López Obrador. Una muestra de ello es que horas antes de anunciarse los resultados de las encuestas, el exsecretario Ebrard pidió repetir las encuestas, al denunciar inconsistencias en 14% de los formularios, así como el despliegue de propaganda en zonas donde los encuestadores se disponían a recabar información.

Vale señalar que el mecanismo de consultas a los miembros de Morena incluyó una encuesta principal entre 12.500 personas y cuatro complementarias que ratificaron la preferencia por la Dra. Sheinbaum.

Morena es el partido favorito para ganar los comicios generales de junio de 2024. Morena tiene la mayoría en el congreso y detenta las gobernaciones en 23 de los 32 estados mexicanos. Varios analistas políticos mexicanos señalan que la posición adoptada por Marcelo Ebrard es más para justificar su salida de Morena, toda vez que no tenía posibilidades de ganar, además de que tanto la Dra. Sheinbaum y la Ing. Gálvez siempre fueron las favoritas en el proceso preelectoral.

Por ahora, sin un tercer candidato en el horizonte, será la primera vez que dos mujeres, en México, disputen la presidencia de un país azotado por la violencia del narcotráfico, la corrupción, una plaga de feminicidios y con larga tradición machista.

México ha sido un país agobiado por el machismo, cuyos resultados actuales indican que diariamente se producen 10 feminicidios. Lo que nos indica, también, que tener dos candidatas a la presidencia es un indudable paso adelante hacia el establecimiento de una sociedad más igualitaria. Corroborado por la aceptación, que han tenido esos resultados, por parte de la población.

Sin embargo, en mi opinión, no se trata solo de una simple y acostumbrada contienda electoral entre dos aspirantes a alcanzar la primera magistratura del país, sino que estamos ante una competencia entre una coalición opositora con una figura femenina a la cabeza, y el Estado mexicano. Además, estas elecciones, también podrían determinar si México se encuentra en la puerta de entrada, de nuevo, a un sistema de partido dominante, similar al que el país experimentó con el Partido Revolucionario Institucional (PRI), un partido que alguna vez fue hegemónico y gobernó durante 71 años ininterrumpidos, hasta el año 2000.

Quien sea que llegue al poder tendrá que agarrar fuerte las riendas de un país que sigue desbocado en las estadísticas de pobreza y violencia, que es un dueto que deja más de 100.000 muertes al año, pero además deberá definir una política migratoria como país corredor de la migración hacia Estados Unidos, así como el manejo de la relación bilateral con ese país en el que cerca de 50 millones de mexicanos habitan, con tres mil 180 kilómetros de frontera común, y por supuesto, los intercambios económicos y comerciales, teniendo en cuenta que el 80% de las exportaciones mejicanas tienen como destino Estados Unidos.

En este punto recuerdo las palabras de Don Porfirio Díaz Mori, quien gobernó México de 1876 a 1911: “Pobre México, tan lejos de Dios y tan cerca de Estados Unidos”.

A lo anterior habría que agregarle el accionar de las bandas del narcotráfico, ya de alcance transnacional, que están jugando un rol político en algunos lugares de México, como por ejemplo, tomar decisiones que les competen a las autoridades locales o influir sobre los altos niveles políticos, policiales, judiciales y quizás en las fuerzas armadas por medio de las enormes sumas de dinero que manejan. Es como para decir en puro español mexicano: “Ni modo que lo diga, se requieren ovarios para gobernar ese país”.

Hay otro punto, no menos importante en el escenario político mexicano: la empresa de consultoría e investigación de mercados CID Gallup en su publicación más reciente dio a conocer la “Calificación Positiva de la Labor Presidencial”; la encuesta fue realizada en los meses de mayo y junio de 2023, siendo que la clasificación está liderada, con un gran margen, por el presidente de El Salvador Nayib Bukele con un 90% de popularidad, seguido por el presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador con un porcentaje de aprobación de 75%. Ello significa que el presidente López Obrador no abandonará la política con ese margen de apoyo del que goza y será un referente obligado en las decisiones que se tomen en el futuro.

No es poco el logro de contar con dos mujeres para decidir quién gobernará un país tremendamente machista. Si nada se tuerce, México sentará en la silla presidencial, a una mujer por primera vez en su historia, e ingresará en un club del que muchos países occidentales pertenecen, pero ¿está México preparado para tener una mujer como presidente?

 

Luis Velásquez

   Embajador

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