Democracia y PolíticaDiscursos y Documentos

Dos presidentes, una sola Cuenta

Esta Cuenta Pública, en realidad, solo vale la pena como cuenta regresiva ante un mal gobierno y un líder que, aunque tumbado sobre su espalda dura y con sus muchas patas pequeñas y vibrantes, no es consciente, como Samsa, de la metamorfosis que ha sufrido.

 

No me imagino la decepción de los militantes comunistas y del Frente Amplio al oír los primeros minutos de la Cuenta Pública del Presidente Gabriel Boric.

“Antes de entrar en materia –dijo el Mandatario-, quiero recordar a quien desde este mismo lugar se dirigiera a la nación en el período presidencial pasado: el ex Presidente Sebastián Piñera Echenique, fallecido trágicamente este verano, a cuya familia envío un gran abrazo”.

Y su reconocimiento no quedó ahí. Minutos después, el Jefe de Estado hizo mención al estallido social y a la forma en que un amplio arco de las fuerzas políticas, lideradas por el entonces Presidente Piñera, sellaron un acuerdo que devino en el proceso constituyente, destacando aquello como una acción de “la buena política”.

Luego, Boric recordó la llegada a Chile de la pandemia del Covid 19 y sus efectos, alabando las medidas impulsadas por la administración del fallecido mandatario para salvar vidas.

Como si se tratara de un nuevo Gregorio Samsa -el célebre protagonista de ‘La Metamorfosis’ de Kafka-, el Presidente de la República abjura de lo que el candidato Boric prometió: “Lo vamos a perseguir internacionalmente, señor Piñera, está avisado”, amenazó el entonces abanderado frenteamplista en junio de 2021.

Igual que un cuentacuentos, aquel personaje que se imposta y utiliza la retórica para encantar y atraer, el Presidente que se nos presenta en su tercera Cuenta Pública dejó de hablarle al 30% que aún lo apoya; le dio la espalda al PC y al FA.

Así, la primera parte de su discurso la dedicó a referirse a la seguridad, a condenar la violencia, a mencionar los avances legislativos en esta materia -olvidando, por cierto, que fue él y su sector quienes rechazaron en el Parlamento los proyectos promovidos al respecto por la administración anterior-, la disminución de la violencia en la macrozona sur, los esfuerzos por controlar la frontera norte ante la inmigración ilegal y, de paso, felicitó a los mismos carabineros y Fuerzas Armadas que en el pasado reciente insultó.

Incluso para referirse a la bullada polémica de las últimas semanas, la prometida condonación del Crédito con Aval del Estado (CAE), Boric hizo apenas un guiño a su “barra brava”, anunciando el envío de un proyecto de ley en septiembre próximo para modificar el sistema de financiamiento de la educación superior. Esto, eso sí, sin amenazar con la reforma tributaria como requisito previo para su aplicación.

Hasta ahí, junto a la cuidada barba, el correcto peinado y un impecable traje, las palabras del Presidente nos mostraban a un personaje muy distante del exlíder estudiantil.

Pero, entonces, reaparece Samsa, el Presidente transmuta y vuelve a mirar a la izquierda. Aborto libre fue el anuncio para aplacar el amargor que les estaba dejando la Cuenta Pública a aquellos sectores que, decepcionados por las decenas de promesas incumplidas del candidato Boric, se mantienen en el oficialismo con la esperanza de promover su ideología o mantener los miles de cargos públicos que ocupan en el aparato estatal.

¿Es suficiente ese guiño? Apenas un caramelo, diría yo, porque, tanto el Mandatario como sus adherentes, saben que detrás del anuncio no hay más objetivo que convertir la política actual en un campo de batalla ideológica, para cambiar el eje respecto de la crisis de seguridad y la crisis económica que vive el país. Es más, saben que no es solo la derecha la que se opone al aborto libre, sino que se trata de un amplio espectro político y social y, por tanto, saben que no tendrán los votos en el Congreso para impulsar un proyecto de esas características.

Ya lo hemos dicho: esta Cuenta, en realidad, solo vale la pena como cuenta regresiva ante un mal gobierno y un líder que, aunque tumbado sobre su espalda dura y con sus muchas patas pequeñas y vibrantes, no es consciente, como Samsa, de la metamorfosis que ha sufrido.

*José Carlos Meza – Diputado Republicano

Botón volver arriba