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Edith Stein y la Europa posible

Los jerarcas nazis se vengaban de la carta pastoral difundida por los obispos neerlandeses en contra de las deportaciones de judíos al Este. Comenzaba la «solución final»

Edith Stein, la profundidad espiritual, filosófica y heroica de una santa  para nuestro tiempo | Teología y espiritualidad de la Iglesia

El domingo 9 de agosto de 1942, la hermana Teresa Benedicta de la Cruz fue asesinada, junto a su hermana Rosa y varios centenares de judíos, muchos de ellos católicos, en el campo de Auschwitz-Birkenau. Los jerarcas nazis se vengaban de la carta pastoral difundida por los obispos neerlandeses en contra de las deportaciones de judíos al Este. Comenzaba la «solución final». Su nombre original era Edith Stein. Fue canonizada el 11 de octubre de 1998 por el papa Juan Pablo II en Roma.

Había nacido en 1891 en Breslau en una familia judía. Practicó el judaísmo hasta que muy joven cayó en el ateísmo. Dedicó su vida a la búsqueda de la verdad y lo hizo a través de una intensa vocación filosófica. Fue discípula y colaboradora directa de Edmund Husserl, el fundador de la fenomenología, con quien trabajó en Friburgo y Gotinga. Se convirtió en una de las figuras más destacadas del movimiento fenomenológico. Su libro más importante es Ser finito, ser eterno. Ensayo de una ascensión al sentido del ser, un extraordinario ensayo de diálogo entre la filosofía de Tomás de Aquino y la fenomenología, en el que ya es patente el camino recorrido desde esa escuela filosófica al catolicismo. Su último trabajo fue Ciencia de la cruz, espléndido estudio de la obra de san Juan de la Cruz.

Pero acaso lo más relevante no sea simplemente esa evolución del judaísmo al catolicismo a través de ateísmo, sino el hecho de que existe un camino natural, que ella recorrió, desde la filosofía fenomenológica al catolicismo, lo que evidentemente no significa que todo fenomenólogo haya de ser religioso ni, concretamente, cristiano. La búsqueda afanosa de la verdad, el ideal de la vida dedicada al conocimiento y la concepción personalista del hombre es normal que puedan conducir a la verdad revelada del cristianismo. Edith Smith, devota de santa Teresa de Jesús, ingresó en el Carmelo de Colonia en 1933 y murió carmelita.

Al terminar el horror de la primera guerra mundial con la catástrofe total de Alemania, se sintió obligada a la participación política. Anteriormente ya se había destacado por su defensa de los derechos de las mujeres y, concretamente, por su derecho al voto. Colaboró con el partido demócrata de centro, de orientación liberal y opuesto tanto al socialismo como al nacionalismo. Apreciaba la democracia, pero no ignoraba la facilidad con la que podía corromperse. Una advertencia merece la pena destacar. Escribió: «Por ejemplo, si en un Estado de constitución parlamentaria y por la alternancia de los partidos políticos, se llega sucesivamente a marcar el rumbo según diferentes teorías acerca del Estado, por un camino legal y sin quebrar sistemáticamente las leyes, es posible estar contribuyendo a la destrucción del Estado».

Todo lo que escribió procedía de su propia experiencia vital. Consideraba sus trabajos como condensaciones de lo que le había ocupado durante su vida, ya que estaba hecha de tal modo que no podía dejar de reflexionar. La filosofía aspira a aclarar la cuestión fundamental: cómo se llega al saber y a la verdad. Ella lo logró y por eso es Maestra de Europa. En su libro fundamental declara que llegó a la convicción de que toda su vida es «una perfecta conexión de sentido a los ojos de Dios, que todo lo ven». Su maestro, Husserl, afirmó que la sustancia de Europa es filosófica, y que, sin la filosofía, Europa necesariamente declina. Y esta es la causa principal de la crisis europea que se vivió como nunca en el terrible siglo XX. Pero no hay que olvidar que, junto al horror, el siglo pasado conoció un desarrollo de la filosofía como no se había conocido desde hacía siglos. Auschwitz pertenece al siglo XX, pero hay en él mucho más que Auschwitz. Edith Stein es, junto a otros, la encarnación de la Europa posible.

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