Editorial ABC: Maduro deberá pagar por sus crímenes
«Convocar una manifestación para intimidar a la que hace semanas había organizado la oposición es una provocación indigna de un gobernante democrático».
Las manifestaciones masivas de venezolanos de toda condición, pidiendo ayer democracia y libertad, confirman que lo que sucede en Venezuela es reflejo de los estertores del chavismo. El problema es que Nicolás Maduro es un perfecto irresponsable, empeñado en empeorar las cosas por su incapacidad para comprender que su tiempo y el de las estrafalarias ideas que defiende hace tiempo que pasó. Convocar una manifestación para intimidar a la que hace semanas había organizado la oposición es una provocación indigna de un gobernante democrático. Equipar a cientos de miles de civiles con armas de guerra es una irresponsabilidad criminal, porque puede ser la antesala de un baño de sangre.
Un gobernante que identifica como enemigos a los que no están de acuerdo con su ideología y cuyo entorno lanza constantemente amenazas contra la oposición; que inventa acusaciones y delitos con los que justificar la detención y condena de quienes piden elecciones; que ha arruinado uno de los países más ricos de la Tierra; que hace tiempo que ha perdido el sentido de la realidad, no puede seguir dirigiendo Venezuela. Por desgracia, la actitud de Maduro va a obligar a los venezolanos a pasar por estos momentos amargos del fin del chavismo, un triste y fracasado experimento que ha manchado el nombre de Bolívar solo por complacer las aspiraciones de una camarilla de incompetentes. No hay la menor señal de que Maduro tenga sensibilidad suficiente para darse cuenta de que su tiempo ya se ha terminado, y que ni siquiera usando la fuerza va a poder mantenerse en el poder. Seguirá causando víctimas y dolor, como en las manifestaciones de ayer, pero no logrará más que eso. Eso y cargar con una lista de crímenes por los que un día deberá responder.