Editorial – El Venezolano: No fue tan al garete
No fue tan al garete. Venezuela no tenía electricidad y la tuvo. Venezuela era monexportadora y se diversificó. Venezuela no tenía universidad y las tuvo. Venezuela no tenía telefonía y la tuvo.
Venezuela pasó desde 1920 a 1980 de tener el ingreso per cápita más bajo del hemisferio a tener el segundo más rico, incluso por encima del de Canadá. Los 60 años de crecimiento económico de Venezuela en ese periodo son superiores a los del boom chino de esta época. Pasó de ser el país con peor conectividad de la región, a tener las mejores vías de comunicación. De tener la menor cantidad de puertos a tener los mejores. El estado Bolívar era un terreno hermoso pero bastante vacío, que pasó a tener uno de los mejores complejos hidroeléctricos del mundo, además de empresas de hierro, acero y aluminio. Venezuela llegó a ser uno de los países con mayores reservas forestales, parques nacionales y zonas protegidas por kilómetro cuadrado del mundo.
Venezuela eliminó, el polio y la malaria antes que muchos países desarrollados. La escuela primaria se hacía en los grupos escolares, colegios públicos, como “El Libertador” de Chacao y o el “Jesús Enrique Lossada” de Chapellín, que no tenían que envidiarle a los colegios de nuestros hijos y nietos en EEUU y Europa, el colegio público tenía dentista y la comida era excelente.
Y Venezuela, aquella Venezuela, se cuidó de nunca condecorar a Pinochet, Venezuela promovió la expulsión de Cuba de la OEA, Venezuela creó el grupo de Contadora, base de la pacificación y democratización de centro América. Hubo errores, muchos, pero muchos se denunciaron dentro del sistema. Muchos fueron investigados por los medios libres. El Consejo Supremo Electoral, participó con mucha fuerza en las primeras elecciones sin Franco en España, así como en las elecciones de Guatemala, Nicaragua, Panamá, Honduras y El Salvador. Algunos de los jóvenes que escapaban de la recluta por la guerra de Vietnam en este país terminaban en Caracas. Venezuela es un gran país, siempre lo ha sido y lo volverá a ser. Somos tan seres humanos como los demás. Y merecemos que las cosas buenas también nos pasen.