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Editorial / New York Times: La sordidez de Donald Trump

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Resulta que ahora hemos escuchado al candidato republicano a la presidencia de los Estados Unidos presumiendo de un asalto sexual reiterado.

La voz de Donald Trump – un hombre que aspira representar los más altos ideales de la nación ante sus conciudadanos y el mundo – se escucha en una grabación obtenida por The Washington Post hablando de cómo se impone sexualmente a las mujeres. Incluso podría meter mano entre sus piernas, se jactó.

«Cuando eres una estrella te permiten hacer eso», dijo.

En un comunicado publicado después de que la grabación se hiciera pública el pasado viernes, Trump trató de minimizar la conversación como «bromas de vestuario.» Como si el problema fuera sólo sus palabras en lugar de sus acciones.

«Me disculpo«, agregó, «si alguien se ha ofendido.«

¿Si? Bueno, tal vez es razonable que él muestre asombro. Se trata de un hombre que ha dicho muchas cosas escandalosas, después de todo, con un orgullo que viola todas las convenciones del discurso cívico,  ataques con lenguaje extremadamente ofensivo hacia las mujeres y los discapacitados, los inmigrantes y las minorías. Llegó a afirmar que el senador John McCain no era un héroe de guerra y que las mujeres gordas eran repugnantes.

Sin embargo, ese tipo de observaciones no han disuadido a los millones de estadounidenses que fervientemente lo apoyan. Y el establishment republicano se ha mantenido firmemente a su lado. Por lo tanto, es quizás bastante comprensible que el señor Trump se pregunte si alguien podría ser tan sensible como para realmente sentirse ofendido.

No obstante, finalmente ¿no ha ido demasiado lejos?

Gobernador Mike Pence: usted se enorgullece de ser un cristiano conservador. ¿Es este un hombre que usted querría invitar a cenar a su casa, o desearía verlo en la Oficina Oval?

Paul Ryan, portavoz de la Cámara de Representantes: usted no puede tener a Donald Trump como un modelo a seguir por sus hijos. ¿Por qué se disminuye a sí mismo instando al país a apoyarlo?

Senadora Kelly Ayotte: usted dijo esta semana, en su campaña de reelección en New Hampshire, que Donald Trump era un modelo a seguir por los niños. Luego afirmó que se había expresado mal,  pero que todavía planeaba votar por él, a pesar de que en realidad no lo respaldaba. ¿Continuará con contorsiones verbales de este tipo?

La grabación se hizo «hace muchos años», destacó Trump en su comunicado del viernes. Se hizo en 2005. Tenía entonces 59 años. Sería difícil para cualquier persona argumentar que el hombre que era entonces no es el hombre que es ahora.

Trump también señaló que Bill Clinton había «dicho cosas mucho peores sobre mí en el campo de golf.» ¿Quién sabe si eso es cierto, y por qué debería importarle a alguien? Clinton no es candidato a  presidente, y, al menos hasta ahora, los políticos republicanos no han tratado su comportamiento privado como el estándar por el cual deben ser juzgados.

Elegimos a nuestros presidentes con la esperanza de que realicen el mayor de sus esfuerzos por nosotros, incluyendo intentar – cualesquiera que sean sus defectos y los nuestros – representar lo mejor de nosotros. Para Donald Trump no hay tal esperanza.

Traducción: Marcos Villasmil


NOTA ORIGINAL:

THE NEW YORK TIMES

The Sleaziness of Donald Trump

And so we have now heard the Republican nominee for president of the United States bragging about repeated sexual assault.

Donald Trump — a man who aspires to represent the highest ideals of the nation to his fellow citizens and the world — is heard on a videotape obtained by The Washington Post talking about how he would force himself on women. He could even grab them between their legs, he boasted.

“And when you’re a star they let you do it,” he said.

In a statement released after the video became public on Friday, Mr. Trump tried to minimize the conversation as “locker room banter.” As if the problem were just his words rather than his actions.

“I apologize,” he added, “if anyone was offended.”

If? Well, maybe it’s reasonable for him to wonder. This is a man who has said many outrageous things, after all, proudly violating all conventions of civic discourse with gutter attacks on women and the disabled, immigrants and minorities. He said that Senator John McCain was not a war hero and that fat women were disgusting.

Yet, those kinds of remarks have not deterred the millions of Americans who fervently support him. And the Republican establishment has remained staunchly in his corner. So it is perhaps quite understandable that Mr. Trump might wonder whether anyone might be so sensitive as to actually be offended.

But has he gone too far, at last?

Gov. Mike Pence, you are proud to be a Christian conservative. Is this a man you would want at your dinner table, let alone in the Oval Office?

Speaker Paul Ryan, you couldn’t possibly want Donald Trump as a role model for your children. Why do you diminish yourself by urging him on the country?

Senator Kelly Ayotte, you said this week in your race for re-election from New Hampshire that Mr. Trump was a role model for children. Then you said you’d misspoken but you still planned to vote for him, even though you weren’t actually endorsing him. Will you continue to tie yourself in knots like this?

The tape was made “many years ago,” Mr. Trump noted in his statement on Friday. It was made in 2005. He was then 59 years old. It would be hard for anyone to argue that the man he was then is not the man he is now.

Mr. Trump also noted that Bill Clinton had “said far worse to me on the golf course.” Who knows if that is true, and why should anyone care? Mr. Clinton is not running for president, and, at least until now, Republican politicians have not treated his private behavior as the standard by which they should be judged.

We elect our presidents in the hope that they will do their best for us, including to try — whatever their flaws and ours — to represent the best in us. There is no such hope for Donald Trump.

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