Eduardo Fernández: Inclusión, Reconciliación.
Ha llegado el momento de trabajar por la inclusión, la reconciliación y la reconstrucción nacional.
Con motivo de la celebración de los cien años de la fundación del Colegio San Ignacio se ha celebrado un Congreso para abordar temas de interés nacional.
He sido invitado a participar en un Panel que tiene como título: Inclusión, Reconciliación y Reconstrucción Nacional. Tres temas que tienen una enorme actualidad. Después de un cuarto de siglo en el que ha prevalecido una política excluyente es bueno que hablemos de inclusión.
Después de tanto tiempo perdido por una política que divide a los venezolanos, debemos hablar de la reconciliación, de recuperar nuestro sentimiento de unidad nacional. Y después de tantos años de destrucción es bueno comenzar a hablar de la reconstrucción nacional.
Ha llegado el momento de trabajar por la inclusión, la reconciliación y la reconstrucción nacional.
El evangelio nos recuerda en Mateo 12,25 que Jesús dijo: -Todo país dividido en bandos enemigos, se destruye a sí mismo y una ciudad o una familia dividida en bandos no puede mantenerse-.
El socialismo del siglo XXI vino a dividirnos entre pobres y ricos; viejos y jóvenes; revolucionarios y contra revolucionarios. El resultado no puede haber sido más catastrófico.
La inclusión es la política que busca integrar a todas las personas en la sociedad, con el objetivo de que puedan participar y contribuir en ella y beneficiarse de ese proceso. Busca lograr que todos los individuos, que todos los ciudadanos, que todas las personas, puedan tener las mismas oportunidades para realizarse como individuos y, más todavía, como personas.
Hay exclusión por razones políticas, económicas y sociales. También por razones culturales o raciales o religiosas o de la más variada índole. El desafío que tenemos por delante es el de construir un orden social inclusivo e incluyente en el que todos podamos participar con iguales oportunidades.
La Reconciliación es la acción y la consecuencia de re-conciliar. De superar y dejar atrás una dialéctica de confrontación inútil e infecunda. Se trata de retomar el camino de la amistad cívica interrumpida por la polarización.
No se trata de que haya un pensamiento único. La democracia supone pluralismo de ideas y de propuestas.
Se trata de cultivar maneras civilizadas para dirimir las diferencias. De cultivar la tolerancia y el respeto a la opinión ajena.
De la Reconstrucción Nacional nos ocuparemos en próximo artículo.
Seguiremos conversando.