EEUU prepara un marzo de máxima presión sobre el régimen de Maduro
En los últimos días Donald Trump se ha reunido con dos actores latinoamericanos clave.
Los días de amenazas pasaron. Ya no es John Bolton hablando de una invasión inminente como método psicológico para lograr el quiebre del chavismo. Ahora es el propio Donald Trump, en tono enigmático, quien deja ver poco a poco que los esfuerzos de Washington por lograr una transición democrática en Venezuela no han cesado.
Al contrario de un vociferante año 2019, que tuvo como vocero principal de Washington a Bolton, al menos mientras estuvo como consejero de Seguridad Nacional, en este 2020 la Administración Trump parece haber subido su apuesta: el joven líder y presidente reconocido por más de 50 países, Juan Guaidó, tuvo una agenda de encuentros en Washington como cierre de una gira internacional de casi tres semanas.
En las dos décadas de chavismo en Venezuela, la gira de Guaidó ha sido el movimiento diplomático más importante que haya hecho cualquier dirigente de la oposición democrática venezolana. Trump, en las últimas semanas, de forma parca pero clara ha dicho que EEUU seguirá apostando al cambio democrático para poner fin al régimen de Nicolás Maduro.
Al contrario de las ruidosas declaraciones de 2019, en los últimos días Trump personalmente se ha reunido con dos actores latinoamericanos clave. Se trata de los presidentes de Colombia, Iván Duque, y de Brasil, Jair Bolsonaro. Todos han sido parcos tras las reuniones, dejando en claro que un tema principal en la agenda era Venezuela.
«Estamos ante algunos indicadores de que se están tomando o planificando algunas medidas en el corto y mediano plazo que requieren la cooperación y/o coordinación con estos dos socios (Colombia y Brasil) de suma importancia», comenta a DIARIO DE CUBA desde Buenos Aires el analista en Seguridad y Defensa Andrei Serbin Pont.
Resalta Serbin, director del Coordinadora Regional de Investigaciones Económicas y Sociales (CRIES), que en este contexto resulta simbólica la visita de Bolsonaro al Comando Sur, en el estado de Florida, tras reunirse privadamente con Trump, en la residencia de este en ese estado.
«Hay algún nivel de coordinación, se ha hablado de un bloqueo naval. Me cuesta ver cómo sería tal medida, pero si hubiese un plan de un bloqueo naval el único país que podría realmente ejecutarlo es Estados Unidos», sostiene Serbin.
Por su parte Ana Milagros Parra, politóloga y analista venezolana, asegura a DIARIO DE CUBA que viene analizando el desarrollo de la crisis venezolana y el papel de Washington bajo la teoría de los juegos, el dilema del prisionero.
Dado que un incentivo del chavismo para perpetuarse en el poder es el dinero, según Parra, se le viene presionando desde diversos frentes para que dejen de actuar como grupo y busquen los beneficios individuales.
«Se prevé un incremento de la presión, Trump ha dicho que habrá máxima presión en este mes de marzo», recuerda la analista de IURISCORP, una firma de consultoría corporativa.
Desde Washington, el Center for a Secure Free Society también espera una mayor acción de Trump, por ahora, en el campo de las sanciones. Como precedentes del incremento este centro menciona que las sanciones hayan alcanzado en semanas atrás a la principal aerolínea estatal venezolana, Conviasa, generándole problemas logísticos a la jerarquía del chavismo que se moviliza en dichos aviones, y lo último incluir a la petrolera rusa Rosneft en la lista negra de empresas por seguir comercializando el petróleo venezolano objeto de sanciones por Washington.
Volviendo al escenario de un bloqueo naval, develado por el diario español ABC el pasado 23 de febrero, el director del CRIES asegura que tal medida sería al menos controversial en la región: «Son pocos los países que le darían un abierto apoyo a una iniciativa que pueda ser catalogada de cambio de régimen en Venezuela».
Según Serbin Pont, sobre un eventual bloqueo surgen además interrogantes sobre qué se busca en concreto. Si lograr que integrantes de las Fuerzas Armadas entreguen sus armas, se pregunta el analista.
En la versión de ABC se insiste en la tesis de terminar de ahogar financieramente al régimen de Maduro para quebrarlo y obligarlo a desalojar el poder.
Para Serbin es difícil predecir cuál sería la respuesta del alto mando militar venezolano, que hasta ahora, ha jurado lealtad al chavismo.
«Debe lograrse que para este grupo sea más barato salir del poder, dejar el poder, que seguir en el poder», sostiene por su parte Parra al analizar la política de Washington hacia Caracas.
También recuerda Parra que la política de presión para tener éxito debe ser multilateral. A su juicio Trump no solo debe buscarse aliados naturales como Brasil y Colombia, que al ser países fronterizos con Venezuela tienen particular preocupación por el devenir de la crisis, sino que también EEUU debe alinear acciones con el Grupo de Lima y la Unión Europea.
Un último elemento, pero no menos importante en lo que vendrá desde EEUU en relación con Venezuela estará en atención con el panorama electoral estadounidense, en un año en el cual Trump busca la relección.
Algunos analistas internacionales vieron un claro mensaje electoral en la decisión de Trump de sancionar a la rusa Rosneft: trataba de dejar en evidencia que puede ser duro con Moscú, un asunto que se le cuestionado con frecuencia.
«Está por ver si Venezuela pasa a tener un papel relevante en la campaña de Trump, eso se pondrá o no agenda dentro de EEUU dependiendo cual sea el candidato demócrata», sostiene Parra, y para ello todavía restan algunos meses.
Entretanto, faltan aún varias semanas de este marzo, y está también por verse en qué consistirán las acciones de Washington en lo que entiende como «máxima presión» sobre Maduro.