El ALBA desea encerrarse en “su verdad”
LA HABANA, Cuba. – Cualquiera diría que los dirigentes de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de las Américas (ALBA), así como los partidarios de la izquierda Castro-chavista en general, son discípulos aventajados de Joseph Goebbels, aquel político alemán que se desempeñó como ministro de Propaganda e Información en el gobierno de Adolfo Hitler.
Goebbels utilizó todos los recursos a su disposición para inculcar en el pueblo alemán la idea de que Hitler era una especie de Dios, y que Alemania estaba destinada a gobernar el mundo. Lo anterior apoyado en su máxima favorita: Una mentira mil veces repetida se transforma en una verdad.
Entonces, y emulando a su maestro, los personeros del ALBA se han dado a la tarea de buscar la verdad que les conviene a ellos. En ese contexto, y como parte de los debates en la recién concluida XVI Cumbre del ALBA celebrada en La Habana, el boliviano David Choquehuanca, secretario general de ese mecanismo de integración, abogó por una “verdadera estrategia comunicacional, que se reúnan los intelectuales del ALBA y los ministros de Comunicación, para discutir las estrategias de cómo enfrentar la mentira con la verdad”.
Curiosamente, el propio periódico Granma publicó no hace mucho un artículo del teólogo brasileño Frei Betto acerca de las causas que habrían incidido en la derrota electoral del Partido de los Trabadores de Brasil ante el candidato Jair Bolsonaro. En ese escrito Betto les reprocha a los gobiernos de Lula Da Silva y Dilma Rousseff, el no haber llevado a cabo una campaña de alfabetización política entre el pueblo de esa nación sudamericana.
No es necesaria demasiada sagacidad política para percatarnos de que el señor Betto clama por un “lavado de cerebro” entre las masas, con el fin de que las personas cambien su manera de pensar, y asimilen las “nuevas verdades” trasmitidas por los gobernantes de izquierda.
Paralelo a la referida Cumbre del ALBA se celebró la XIX Reunión de la Comisión Intergubernamental entre Cuba y Venezuela, en la que quedó aprobado por ambas partes el Plan anual de cooperación 2019, integrado por 22 proyectos que abarcan nueve sectores. Entre esos proyectos destaca uno para la “Profundización de la Política Educativa en el marco del Segundo Plan Socialista 2013-2019 y la revolución del conocimiento, la ciencia y la tecnología en el Subsistema de Educación Básica Venezolano”.
O sea, que los colaboradores cubanos en la patria de Bolívar se aprestan a incrementar su trabajo ideológico en este 2019, en especial entre la juventud venezolana, en aras de captar simpatizantes que defiendan las “verdades” del régimen de Nicolás Maduro.
No hay dudas de que, no obstante, los reveses sufridos últimamente por esa izquierda castrochavista, su pretensión de trastrocar los valores espirituales de la democracia la torna sumamente peligrosa. Sobre todo, si algún político de esa afiliación ideológica, aprovechando las bondades de la alternancia en el poder que ofrecen las sociedades democráticas, intentase llevar a la práctica semejante política.
