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El amor permanente de Nicola Upson por Josephine Tey

Agatha Christie, obviamente.

Dorothy L Sayers, probablemente. Margery Allingham, posiblemente. Pero, ¿cuánto tiempo le llevaría a usted llegar a Josephine Tey si le pidiera que nombrara a los principales escritores de la era dorada de la ficción policíaca? De hecho, ¿mencionaría a Josephine Tey?

No es que la novelista y dramaturga escocesa haya sido olvidada, ni mucho menos, sino que ha sido un tanto descuidada en comparación con sus contemporáneos más famosos. Las novelas policíacas de Tey fueron muy populares en los años 30 y 40 y merecen ser vistas como clásicas del género, pero, en parte porque su trabajo no ha sido mantenido vivo por el cine y la televisión de la misma manera que las novelas de Christie, Sayers y Allingham, se ha desvanecido en la memoria colectiva.

Hay otras razones para la relativa falta de estatus de Tey: escribió mucho menos que sus contemporáneos (sólo hay ocho novelas en comparación con las 66 de Christie, por ejemplo). Además, no siempre se atuvo a las reglas y convenciones de la ficción policíaca – para empezar, sus novelas no incluyen a un detective excéntrico con monóculo o bigote (su detective Alan Grant es un inspector de policía muy ordinario) y en uno de sus libros, ni siquiera hay un asesinato-. Y mientras Christie estaba obsesionada con las complejidades del rompecabezas, Tey estaba más interesada en la psicología; no era el momento de violencia lo que la excitaba, ni siquiera quién lo había hecho, sino sus efectos.

Todos estos elementos de la obra de Tey pueden ayudar a explicar por qué no ha perdurado tanto como la repetible y coleccionable Christie, pero para la novelista Nicola Upson, también son motivos para admirar a Tey. Tan intensa es la admiración de Upson que desde 2009 ha estado escribiendo una serie de novelas de detectives con un giro sorprendente: Josephine Tey es la heroína y detective.

 

 

La primera de las novelas de Tey fue An Expert in Murder («Una experta en asesinatos»), la última es London Rain («Lluvia londinense«), y todas ellas presentan una versión en parte ficción y en parte verdadera de Tey. Es un truco literario inusual – hacer de un exponente principal de un género un personaje del mismo – pero Upson lo hace porque su amor por Tey la ha llevado a querer contar la historia de la escritora. Sólo cuando se dio cuenta de que no había suficiente material sobre la muy privada Tey para una biografía, cambió de táctica y la colocó en la ficción.

A lo largo de los años, el proceso de escribir esas novelas sólo ha intensificado el interés de Upson por la autora y la ha hecho más decidida a ayudar a restablecer el estatus de Tey como miembro del panteón de los grandes.

«No creo que la trama fuera el punto fuerte de Tey como lo es con Christie, y ella no es la escritora elegante que es Sayers«, dice Upson, hablando desde su casa en Cambridge. «Pero con ella, se trata de personajes, y de sentido del lugar y de la complejidad moral, y en especial sobre ella;  por eso empecé estos libros, porque me encantaba su trabajo. Es su voz, esa voz cálida, irónica, inteligente, sarcástica, ligeramente severa».

La novela favorita de Upson de Tey es «The Franchise Affair», publicada en 1948, que relata una investigación policial sobre una madre y su hija que han sido acusadas de secuestrar a una joven. A Upson le encanta por sus inusuales heroínas, pero también por su detective: El inspector Alan Grant.

«Para mí fue el primer detective de ficción creíble«, dice Upson. «No era Lord Wimsey o el pequeño genio belga y no era el tipo de policía que se encuentra a menudo en Christie, que es algo tonto – era sólo un hombre común y corriente. Recuerdo que hablé con PD James sobre esto – Grant también allanó el camino para los Dalglieshes y los Wexfords – ordinarios, inteligentes pero muy interesantes para el lector. Tey fue pionera en ese sentido».

Pero, ¿habría aprobado lo que Upson está haciendo ahora con sus propias novelas: poner a Tey, una persona real, en un mundo ficticio? Tey dijo una vez que escribir ficción sobre hechos históricos es casi inadmisible, así que la respuesta podría ser no, pero Upson cree que Tey tendría algún respeto por hacer algo diferente, porque eso es lo que hizo en su propia vida. Nació en Inverness (Escocia), pero nunca se sintió cómoda con lo que ella veía como la mentalidad de un pueblo pequeño, y resueltamente no trató de adaptarse. Upson también piensa que Tey fue gay en un momento en que era difícil serlo en un pueblo pequeño, o en cualquier otro lugar.

Upson descubrió estas partes ocultas de la vida de Tey mientras investigaba la biografía, que nunca escribió. «Tuve la suerte de que muchas de las personas con las que Tey trabajaba y sus amigos íntimos seguían vivos en ese entonces. Hablé con personas como [el legendario actor] John Gielgud, por ejemplo, que me contó historias maravillosas que poco a poco filtré a través de los libros, pero no había suficiente información para que yo pudiera hacer una biografía. Pero lo que quería hacer era capturar la voz de Josephine Tey».

¿Así que Upson sigue intentando llegar a la verdadera Tey a través de las novelas o se lo está inventando? «Un poco de ambas situaciones, en realidad. A medida que avanzan los libros, ella desarrolla su propio ímpetu: ahora es un personaje en estas novelas y se comporta en el contexto de la historia de ficción». Upson también cree que la no ficción no es necesariamente mejor que la ficción para llegar a la verdad. «Puedes tener la mejor biografía del mundo», dice, «pero un personaje surge de la página de una novela mucho más.»

Sin embargo, el hecho de que el personaje de Tey en las novelas de Upson sea gay ha causado cierta controversia. No hay pruebas documentales disponibles públicamente de que Tey fuera lesbiana, así que, ¿ha dado Upson un salto adelante para que lo sea en sus novelas? «No es un salto«, dice; «esa es mi conclusión a partir de la gente con la que he hablado y de los diversos diarios y cartas que he leído de mujeres que eran amigas íntimas, y de las entrevistas que he escuchado. Estoy absolutamente convencida de ello».

«Además, en cierto modo, no se puede ganar, porque recuerdo que cuando salió «An Expert in Murder», la primera crítica que apareció fue negativa porque le había dado a Tey un amante masculino durante la Primera Guerra Mundial en lugar de convertirla en lesbiana, lo que obviamente era. Ahora, luego de varios libros he explorado su sexualidad de una manera que creo que es fiel – hay mucha gente que se opone a ello y dice completamente lo contrario. Pero la gente con la que he hablado eran amigos suyos-«.

London Rain («Lluvia londinense»), la última novela, presenta un nuevo triángulo amoroso para el personaje, pero su cualidad más fuerte es la atmósfera de su escenario: la coronación de Jorge VI en mayo de 1937. Parte de la historia transcurre en las calles de Londres mientras la multitud se reúne, pero otra parte se desarrolla en la entonces nueva Broadcasting House, mientras la BBC se prepara para el gran día.

Le digo a Upson que con todos los detalles curiosos y a veces excéntricos de cómo funcionaba la BBC, la novela se siente como la serie de comedia W1A [Nota del traductor: W1A es una serie de comedia de la BBC sobre la BBC, transmitida entre 2014-2017], pero ambientada en la década de 1930. «Es exactamente igual que W1A», dice, «y es increíble lo mucho que sigue siendo relevante: el sexismo, la discriminación por edad y la reducción de la calidad de los programas. Por otro lado, en la BBC de la década de 1930 hubo algo realmente pionero y revolucionario. Había una verdadera confianza en la gente creativa».

La víctima en London Rain es el principal locutor de la BBC, Anthony Beresford, que es ficticio, pero también hay muchas muertes reales. Es poco conocido que entre las grandes celebraciones de la coronación de 1937 hubo misteriosas tragedias: una mujer muerta fue encontrada envuelta en papel en una tienda de muebles en Islington, por ejemplo, y el hecho de que Upson haya incluido eso en la novela, junto a otros pequeños detalles macabros, le da un poco de autenticidad extra.

Lo que Upson espera es que London Rain y sus otras novelas de Tey hagan algo para revivir su importancia en la ficción policíaca, pero también espera que otros compartan el intenso amor y admiración que ella siente por la escritora escocesa. «Lo que le falta a Tey en relevancia lo compensa la intensidad de lo mucho que la gente la valora», dice Upson. «Casi se puede predecir lo que otros escritores de crímenes habrían escrito, pero es casi imposible predecirlo de Josephine Tey

 

 

Traducción: Marcos Villasmil


NOTA ORIGINAL:

Nicola Upson’s enduring love for Josephine Tey

Mark Smith – The Herald (Scotland)

Agatha Christie, obviously.

Dorothy L Sayers, probably. Marjory Allingham, possibly. But how long would it take you to get to Josephine Tey if I asked you to name the leading writers of the golden era of detective fiction? Indeed, would you get to Josephine Tey at all?

It’s not that the Scottish novelist and playwright is forgotten – far from it – but she is somewhat neglected compared to her more famous contemporaries. Tey’s detective novels were massively popular in the 1930s and 40s and deserve to be seen as classics of the genre, but, partly because her work has not been kept alive by movies and television in the way the novels of Christie, Sayers and Allingham have, she has rather faded in the collective memory.

There are other reasons for Tey’s relative lack of status: she wrote much less than her contemporaries (there are only eight novels compared to Christie’s 66 for example). She also didn’t always stick to the rules and conventions of detective fiction – for a start, her novels don’t feature an eccentric detective in a monocle or a moustache (her detective Alan Grant is a very ordinary police inspector) and in one of her books, there isn’t even a murder. And whereas Christie was obsessed with the intricacies of the puzzle, Tey was more interested in the psychology; it wasn’t the moment of violence that excited her, or even who did it, it was the aftermath.

All of these elements of Tey’s work may help explain why she has not endured quite as much as the repeatable, collectable Christie, but for the novelist Nicola Upson, they are also reasons to admire Tey. So intense is Upson’s admiration in fact that since 2009, she has been writing a series of detective novels with a surprising twist upon a twist: Josephine Tey is the heroine and detective.

The first of the Tey novels was An Expert in Murder, the latest is London Rain, and all of them feature a semi-fictionalised, semi-true version of Tey. It is an unusual literary trick to pull – making a leading exponent of a genre a character in that genre – but Upson did it because her love of Tey made her want to tell the writer’s story. It was only when she realised there wasn’t enough material around on the very private Tey for a biography that she switched tactics and put her into fiction instead.

Over the years, the process of writing those novels has only intensified Upson’s interest in the author and made her more determined to help reinstate Tey’s status as one of the greats.

«I don’t think plot was Tey’s strong point as it is with Christie and she’s not the elegant writer that Sayers is,» says Upson, speaking from her home in Cambridge. «But with her, it’s about characters and sense of place and moral complexity and it’s most of all about her, and that’s why I started these books because I loved her work. It’s that voice, it’s that warm, wry, intelligent, sarcastic, slightly forbidding voice.»

Upson’s favourite novel of Tey’s is The Franchise Affair, which was published in 1948 and relates a police investigation into a mother and daughter who have been accused of kidnapping a young woman. Upson loves it because of its unusual heroines, but also because of its detective: Inspector Grant.

«For me he was the first credible, fictional detective,» says Upson. «He wasn’t Lord Wimsey or the little Belgian genius and he wasn’t the sort of policemen you often get in Christie who are a bit thick – he was just an ordinary man. I remember talking to PD James about this – Grant also paved the way for the Dalglieshes and the Wexfords – ordinary, intelligent but very interesting for the reader. Tey was groundbreaking in that way.»

But would she have approved of what Upson is doing now with her own novels: putting Tey, a real person, into a fictional world? Tey once said that to write fiction about historical fact is very nearly impermissible so the answer might well be no, but Upson believes Tey would have a grudging respect for doing something different because that’s what she did in her own life. She was born in Inverness but was never quite comfortable with what she saw as its small-town mindset and she resolutely did not try to fit in. Upson also believes Tey was gay at a time when it was hard to be so in a small town, or anywhere else for that matter.

Upson uncovered these hidden parts of Tey’s life while she was researching the biography-that-never-was. «I was lucky that many of the people Tey worked with and her close friends were still alive then — I spoke to people like John Gielgud for example who told me wonderful stories which I gradually filtered in through the books, but there wasn’t enough information for me to do a biography. But what I wanted to do was capture that voice of Josephine Tey.»

So is Upson still trying to get to the true Tey through the novels or is she just making it up? «A bit of both really. As the books have gone on, she gets her own momentum – she’s a character in these novels now and she behaves in the context of the fictional story.» Upson also believes non-fiction isn’t necessarily better than fiction at getting at the truth. «You can have the best biography in the world,» she says, «but a character springs off the page of a novel much more.»

The fact that the Tey character in Upson’s novels is gay has caused some controversy, however. There is no publicly-available documentary evidence that Tey was a lesbian, so has Upson taken a leap in making her so in her novels? » It’s not a leap,» she says, «from the people I’ve spoken to and the various diaries and letters I’ve read from women to each other who were close friends, and from interviews I’ve listened to, that is my reading of it. I’m absolutely convinced of it.

«Also, in a way, you can’t win, because I remember when An Expert in Murder came out, the very first review tore it apart because I’d given Tey a male lover during the First World War rather than make her a lesbian, which she obviously was. Now she’s a few books on and I’ve explored her sexuality in a way that I think is faithful – there are lots of people who take exception to it and say completely the opposite. But the people I’ve spoken to were friends of hers.»

London Rain, the latest novel, features a new love triangle for the character, but its strongest quality is the atmosphere of its setting: the coronation of George VI in May 1937. Some of the story is set in the streets of London as the crowds gather but much of it is set in the then-new Broadcasting House as the BBC prepares for the big day.

I tell Upson that with all the curious and sometimes eccentric detail of how the BBC worked, the novel feels like the comedy series WIA, but set in the 1930s. «It’s exactly like W1A,» she says, «and it’s amazing how much of it is still relevant – the ageism, the sexism, the dumbing down of programmes. On the flip side of that, there was real pioneering and groundbreaking stuff at the BBC in the 1930s. There was a real trust in the creative people.»

The victim in London Rain is the BBC’s leading broadcaster Anthony Beresford, who is fictional, but there are plenty of real deaths in there as well. It is little known that among the big coronation celebrations in 1937, there were mysterious tragedies: a dead woman was found wrapped in paper in a furniture shop in Islington for example, and the fact that Upson has put that, and other small macabre details, into the novel lends it a bit of extra authenticity, even if you don’t know it.

What Upson hopes is that London Rain and her other Tey novels will do something to revive Tey’s prominence in detective fiction, but she also hopes others will feel the intense love and admiration for Tey that she does. «What Tey lacks in prominence she makes up for in the intensity of how much people value her,» says Upson. «You could almost predict what other crime writers would have gone on to write, but it’s almost impossible to predict what Josephine Tey would have written.»

London Rain by Nicola Upson is published by Faber & Faber, £12.99

 

 

 

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