El clamor ciudadano contra los indultos toma fuerza en Colón
La plaza de Colón volvió a ser ayer un clamor contra Pedro Sánchez y sus cesiones a los independentistas catalanes. La convocatoria de la plataforma cívica Unión 78 congregó a decenas de miles de personas en una mañana bajo un sol de justicia, con más de 30 grados en Madrid: fueron 25.000 manifestantes, según la Policía Nacional, y 126.000, según la Policía Municipal. Los políticos cedieron el protagonismo a los ciudadanos y se quedaron camuflados entre la muchedumbre, mientras miles de banderas de España poblaron la plaza y dejaron en la irrelevancia los pocos símbolos partidistas que llevaron algunos. El ‘no’ a los indultos a los condenados por sedición en Cataluña unió a todos más allá de colores políticos y cogió fuerza ante futuras protestas.
Como si de un partido de fútbol de alto riesgo se tratara, las ‘aficiones’ de cada partido ocuparon extremos diferentes de la plaza de Colón. Quedaron lo suficientemente lejos para que los líderes no se vieran las caras, y por tanto evitaran una foto de ‘alta tensión’ como la de febrero de 2019, que la izquierda ha utilizado sin pausa desde entonces para atacar al PP y a Ciudadanos y poner en duda su moderación.
Pablo Casado, acompañado de Isabel Díaz Ayuso, José Luis Martínez-Almeida y Teodoro García Egea, se acercó a Colón desde la sede nacional del PP, en Génova 13. Antes, el líder del PP pidió a Sánchez que mire a la cara a los españoles y diga por qué quiere «vender» la unidad de España para mantenerse en La Moncloa. Un espontáneo le interrumpió y le dijo: «Casado, nos has abandonado», algo que fue contestado por otros muchos asistentes con aplausos y gritos de apoyo. En el trayecto hasta Colón, los aplausos del público se repartieron entre Ayuso y el líder del PP, y no faltó algún insulto suelto dirigido a este. La comitiva se quedó a la entrada de la plaza, justo antes de llegar a la estatua de Colón, al no poder avanzar por la multitud, que se espació lo suficiente para tratar de guardar la distancia de seguridad obligada por la pandemia.
Lados opuestos
El punto de encuentro de Vox se halló en el lado opuesto de la plaza, junto a la estatua de Blas de Lezo. El líder de este partido, Santiago Abascal, denunció durante la concentración que el Gobierno está dispuesto «a pisotear al Tribunal Supremo y a la Constitución». «Es importante que todos los españoles, por encima de siglas políticas, estemos juntos en esta plaza de Colón a la que volvemos una vez más sin miedo y sin vergüenza a ningún tipo de foto», aseguró. Algunos simpatizantes de Vox llevaron banderas del partido. Desde la organización se les invitó a retirarlas, pues el compromiso era que en el acto no habría simbología partidista, pero varios se negaron. Las protestas que hicieron desde Ciudadanos y PP no sirvieron de nada.
En Ciudadanos, Inés Arrimadas y el líder del partido en Cataluña, Carlos Carrizosa, se quedaron bloqueados en otra esquina de la plaza, cerca de la escultura ‘Julia’, entre la calle de la Armada Española y el Paseo de Recoletos. Hubo aplausos para ellos, pero también algún insulto: «Traidora, fuera, te quedan dos telediarios». En declaraciones a la prensa, la presidenta de Ciudadanos subrayó que «no se puede ir a la campaña electoral mintiendo para ganar votos y, ahora, indultar a estos señores para ganar tiempo en Moncloa».
Con los tres líderes de los partidos de centro-derecha desperdigados por Colón, el protagonismo se centró en el escenario, ante la esperada lectura del manifiesto. Un problema con el generador retrasó todo el acto casi una hora, en la que la gente se entretuvo coreando lemas contra el «mentiroso» y «traidor» Sánchez, para no desfallecer ante el calor sofocante. Cada afición ‘partidista’ vivió la espera a su manera. En el grupo que rodeaba a Casado y Ayuso, el público parecía competir entre partidarios de uno y de otra, como si no estuvieran ambos bajo las mismas siglas. En realidad, se quedaron tan lejos del escenario que apenas pudo escucharse la lectura del manifiesto cuando se arregló el problema de sonido.
Unión 78 cargó contra el Gobierno «inepto, parasitario y autoritario» de Pedro Sánchez y gritó «¡basta ya!», para subrayar su oposición a los indultos, que considera un grave atentado contra la democracia, según remarcó Rosa Díez, quien avisó de que habrá más protestas: «No vamos a callar más». Según la ex líder de UPyD y cofundadora de Unión 78, si el Gobierno indulta a los «delincuentes», estará violando la Constitución. Antes de Díez tomaron la palabra el escritor Andrés Trapiello y el presidente de ‘S’ha Acabat’, Yeray Mellado. También tenían sus discursos preparados Íñigo Fernández Araoz y Manuel Miró, pero no hubo tiempo para más. La concentración acabó con un minuto de silencio por las víctimas del Covid, y con la interpretación que un trompetista hizo del himno nacional.