El diplomático curioso
Las memorias de Jorge Dezcallar, exdirector del CNI y embajador, combinan análisis certeros de conflictos internacionales con anécdotas inéditas
Aunque ningún periódico se hiciera eco, España firmó la paz con Rusia a mediados de los noventa. La guerra se declaró en el siglo XVIII, después de que rusos y españoles se enzarzaran en una trifulca en el actual Estado norteamericano de Oregón, pero nadie se preocupó de ello hasta que el embajador ruso en Madrid se lo dijo al entonces director de Asuntos Políticos del Ministerio de Exteriores, Jorge Dezcallar, y este corrió a contárselo a su jefe, Javier Solana: “Ministro, va a pensar que estoy loco, pero parece que estamos en guerra con Rusia”. Un discreto canje de notas puso fin a un conflicto que, técnicamente, duró 250 años.
El anticuario de Teherán está repleto de anécdotas que servirían para completar la reciente historia de España. Tal vez no las páginas más señeras, pero sí su reverso, todo ese material entre líneas sin el cual es difícil entender el relato principal.
El segundo libro de memorias de Jorge Dezcallar (Palma de Mallorca, 1945) no es una autobiografía. Pudoroso como corresponde a quien dirigió el servicio secreto español durante cuatro años, nada cuenta de sí mismo. Salvo alguna pincelada, omite peripecias personales y sentimentales. Se trata más bien de un libro de viajes, en el que la hoja de ruta viene marcada por más de 40 años de carrera diplomática en puestos como los de embajador en Rabat, el Vaticano o Washington.
No sigue un orden cronológico, ni pretende hacer historia de la política exterior española. Combina análisis certeros de conflictos internacionales con episodios inéditos, como la detención en la Gran Vía madrileña de los primeros enviados de Mandela, confundidos con manteros; o un viaje a Teherán con un millón de dólares en efectivo para rescatar a un marino preso. A través de su mirada curiosa y escéptica es posible colarse en los reservados más selectos y conocer de primera mano a personajes como los papas Wojtyla y Ratzinger, los expresidentes Clinton y Obama o los protagonistas del conflicto de Oriente Próximo, de Sharon a Arafat. Aunque el más sabio de todos parezca el comerciante judío que da título al libro, un ejemplo de fe en el ser humano, más allá de culturas y fronteras.
