El efecto desestabilizador de la Primaria
“Si los catorce precandidatos inscritos en la Primaria se dedican a recorrer intensamente el país, denunciar al régimen, dar voz a los miles de agravios y demandas de los venezolanos, motivarlos para que se mantengan activos, se organicen y se movilicen, la Primaria podría terminar debilitando al régimen de manera significativa. Mientras más entusiasta, movilizadora y convergente sea la Primaria en cuanto a sus objetivos, más grietas se abrirán en las bases de apoyo del régimen”.
Los regímenes autoritarios tienen una extrema aversión a los eventos democráticos, ya que estos pueden desestabilizarlos y afectar el funcionamiento de sus órganos vitales. Mientras mayor sea la magnitud del evento, mayor la amenaza y el peligro que enfrentan. Por esa razón, suelen reaccionar de manera exagerada en su presencia. Los posibles efectos de estos eventos les generan pánico, lo que a menudo conduce a comportamientos erráticos.
Una elección primaria, ya sea para cualquier cargo público, es uno de los ejercicios más democráticos que puede haber. Implica la exposición y confrontación de ideas, la crítica y denuncia, las propuestas de un futuro mejor, la movilización y la agitación. Si se trata de una primaria para elegir un candidato de la oposición en un régimen autoritario, la carga democrática se vuelve aún más significativa. Por si sola se convierte en un elemento desestabilizador.
Ese es uno de los aspectos más importantes de la Primaria que lleva a cabo la oposición en Venezuela y que a menudo pasamos por alto. Tendemos a ver la Primaria como un puente que nos llevará a un momento decisivo en el futuro, cuando en realidad la Primaria puede ser en sí misma ese momento decisivo que estamos buscando. El desarrollo de la Primaria, dependiendo de cómo se lleve a cabo, puede ser el catalizador de los cambios que muchos esperan que ocurran a partir de sus resultados. En otras palabras, el proceso en este caso es tan relevante, o incluso más, que el producto que esperamos de él. El objetivo que buscamos con la Primaria puede gestarse y producirse durante su propia ejecución.
En nuestro caso, los efectos desestabilizadores de la Primaria sobre el régimen comenzaron a manifestarse rápidamente, apenas comenzó. En primer lugar, el gobierno de Maduro decidió implosionar el Consejo Nacional Electoral (CNE), a pesar de que ya tenía una mayoría y un amplio control sobre él, considerando esto insuficiente para garantizar su permanencia en el poder. Sintieron miedo. Luego vino el nombramiento de una comisión para estudiar la selección de los candidatos a nuevos miembros del organismo, en la que incluyeron nada menos que a la esposa de quien es, a su vez, uno de los candidatos en la contienda electoral del próximo año y además es el presidente de la República. El significado de este segundo movimiento es posiblemente aún mayor que el primero. No se puede subestimar. El régimen y el propio presidente Nicolás Maduro se sienten tan inseguros que necesitan que su pareja esté en el comité de selección de los jueces que arbitrarán la elección en la que él participaría. Imagínese, querido lector, que alguien acepte participar en una competencia solo si su cónyuge interviene en la elección de los árbitros.
Además de estos hechos, se suman todos los abusos y arbitrariedades para bloquear la movilización de los candidatos opositores por el país y sabotear sus eventos. Y más recientemente, las amenazas de inhabilitar a otros candidatos, así como a la propia primaria.
Estos primeros efectos nos indican que la Primaria está teniendo éxito y que sus impactos políticos son significativos, pudiéndose generar otros aún mayores, cuyo alcance no podemos prever. Por ello, de nuevo, debemos visualizar la Primaria como el mecanismo que tiene el potencial, en sí mismo, de derrotar al régimen.
Si los catorce precandidatos inscritos en la Primaria se dedican a recorrer intensamente el país, denunciar al régimen, dar voz a los miles de agravios y demandas de los venezolanos, motivarlos para que se mantengan activos, se organicen y se movilicen, la Primaria podría terminar debilitando al régimen de manera significativa. Por eso es importante que todos los candidatos tengan éxito en sus campañas, que cuenten con apoyo popular, y generen entusiasmo y esperanza. Todo esto se sumará, y aquel que en su momento lidere todo este movimiento contará con un respaldo más amplio de venezolanos, más motivados, organizados y comprometidos con el cambio. Con este fin, es conveniente que los candidatos eviten descalificarse mutuamente y concentren sus esfuerzos en denunciar al régimen, movilizar y organizar a la gente.
Finalmente, mientras más entusiasta, movilizadora y convergente sea la Primaria en cuanto a sus objetivos, más grietas se abrirán en las bases de apoyo del régimen. Surgirán preguntas sobre por qué ellos no tienen también una primaria. Es bien sabido, por ejemplo, que existe un chavismo que no apoya a Maduro. ¿No aspiraría ese sector a tener también una primaria?