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El embargo contra el pueblo cubano: un error que rectificar

Turistas visitan la Habana Vieja en el 2016, tras el alivio a las restricciones a los viajes a Cuba. Joe Raedle Getty Images

El tiempo para abrir a Cuba es ahora. Hay un tiempo para odiar y otro para perdonar. Nuestro momento como cubanoamericanos es hoy.

Ante la insistencia de mi hijo menor y después de una ausencia de más de 50 años visité a Cuba. Él me aseguró que sería seguro, pero esperaba ser arrestado y encarcelado al minuto de aterrizar. Para mi sorpresa, fui bienvenido a casa.

Después de mi primera visita me convertí en misionero y durante los últimos 4 años he instalado sistemas de agua potable en las iglesias cubanas, los cuales proporcionan dan servicio de 300 a 2,000 personas diarias. Personas de buen corazón en los Estados Unidos donan los fondos para comprar los equipos y los misioneros son todos voluntarios. Tenemos 60 sistemas operando en la isla y 12 en tránsito desde los Estados Unidos.

Aprendí mucho, pero lo más importante es que después de más de 50 años de comunismo el espíritu cubano ha sobrevivido. No hay espíritu de revolución en la gente. El grito de guerra de los cubanos es “hay que inventar y resolver”. Aman a sus familias, son amistosos, trabajadores, educados, aman la música, se burlan de lo que no pueden cambiar o no les gusta y anhelan lograr sin violencia una reforma económica y política.

Pero mi descubrimiento más sorprendente y conmovedor ha sido que aquello para lo que nosotros, los cubanoamericanos, hemos trabajado tan duro para mantener efectivo ha mantenido a la facción de los Castro en el poder durante los últimos 25 años.

“Cuando la vida te entrega un limón, haz limonada”. Fidel Castro hizo limonada del embargo porque es el chivo expiatorio de todos sus problemas económicos y políticos en Cuba. También es la amenaza que se utiliza contra las facciones en el gobierno cubano que buscan reformas.

Personalmente considero que busco el mismo objetivo que los cubanoamericanos que quieren mantener el embargo: una Cuba libre y democrática. Pero el embargo es el problema y no la solución. No impidió a Fidel intervenir en Venezuela a pesar de la pérdida de subsidios de la Unión Soviética con el embargo vigente. Pero sí le dio una excusa para su economía fracasada y la falta de libertad.

No podemos permanecer de brazos cruzados mientras nuestras familias sufren por unos cuantos políticos, cuya aparente obsesión es el fallido embargo cubano.

Es el momento de convertirse en embajadores de la esperanza y dar a las familias cubanas las herramientas para construir un futuro libre y próspero para todos.

 

El ingeniero cubanoamericano Gabriel (Gabe) Ferrer, republicano, es candidato a la Cámara de Representantes del Congreso de los Estados Unidos por el Distrito 27 de La Florida.

www.electgabeferrer.com

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