Gente y Sociedad

El Gobierno italiano elimina la dura ley de inmigración de Salvini

«Queremos una Italia más humana y segura. Una Europa más protagonista», afirmó el líder del Partido Demócrata, que integra la coalición

Italia cambia su política inmigratoria. El Consejo de Ministros ha cambiado los dos decretos de seguridad adoptados en 2018 y 2019 por el entonces ministro del Interior, Matteo Salvini. Son tres los puntos fundamentales en la nueva legislación: el rescate de náufragos es una obligación constitucional e internacional, se prohíbe la repatriación de inmigrantes que puedan correr peligro de tratos inhumanos en su país y se amplía el derecho de la acogida e integración.

Un año después de la formación de gobierno, con el Partido Democrático (PD) y el Movimiento 5 Estrellas como fuerzas mayoritarias de la coalición, se han cambiado las reglas impuesta por el líder de la Liga. En el nuevo decreto de seguridad desaparecen las multas –entre 10.000 y 50.000 euros- y la confiscación de las naves de las ONG que actúan en rescates de inmigrantes en el mediterráneo, si violaban la prohibición de entrar en aguas territoriales italianas. Además, se plantea el rescate de vidas en el mar como una obligación constitucional e internacional. Solamente, se impondrán multas cuando haya «motivos de orden público y de seguridad o violación de las normas sobre tráfico ilícito de inmigrantes por vía marítima». En este caso, se aplicará la legislación del Código de Navegación, que prevé una multa entre 10.000 y 50.000 euros y pena de cárcel hasta dos años. Cabe destacar que en el nuevo decreto esta competencia recae en el ministerio de Transportes, mientras en el anterior gobierno fue Matteo Salvini, entonces vicepresidente y ministro del interior, quien asumió ese control.

Más protección y acogida

El nuevo sistema cambia la legislación sobre la protección humanitaria internacional y el permiso de residencia. Ahora se establece la prohibición de la expulsión a su país, en caso de que la repatriación conlleve un riesgo de tortura para el interesado. El decreto agrega a esta hipótesis el riesgo de que el extranjero sea sometido a tratos inhumanos o degradantes, prohibiéndose la expulsión incluso si hay riesgo de violación del derecho al respeto a su vida privada y familiar. En estos casos se prevé la concesión de un permiso de residencia para protección especial, con la posibilidad de transformarlo en permiso de trabajo.

En el nuevo «sistema de acogida e integración», los extracomunitarios ingresarán en centros , donde no podrán estar más de 90 días (hasta ahora el límite era de 180) y correrán el riesgo de ser arrestados y juzgados de inmediato en caso de daños en el centro. Hasta ahora esos centros, siempre masificados, se convertían en una especie de hotel, del que muchos se marchaban casi sin dejar rastro en busca de un trabajo en negro. Ahora se pretende que haya pequeños centros en todo el país, en los que se busque de inmediato la integración, con cursos de italiano y formación para los que soliciten asilo. Se les reconocerá el derecho de inscribirse en el registro civil de los municipios donde están acogidos.

El nuevo decreto sobre seguridad endurece la legislación con la llamada «norma Willy», para castigar la violencia que a veces conlleva la «movida». Se ha adoptado el nombre de Willy Monteiro Duarte, un joven de Cabo Verde de 21 años, brutalmente asesinado con una paliza por cuatro italianos. Ahora, el solo hecho de participar en una pelea cuando haya un suicidio lesiones personales, comportará la pena de prisión entre 6 meses y 6 años. El objetivo es alejar a los violentos de lugares de cómo discotecas, bares y locales nocturnos.

Adiós a la propaganda

Difícil ha sido la negociación entre el Partido Democrático y el Movimiento 5 Estrellas sobre el nuevo decreto de inmigración. Pero al final han conseguido cancelar y dejar atrás la política de Salvini sobre inmigración, que se centraba en un lema: «Puertos cerrados». El primer ministro, Giuseppe Conte, ha tratado de mediar entre las dos corrientes de la mayoría gubernamental –PD y M5E- y ha declarado: «Ni puertos cerrados ni puertos abiertos». Más rotundo ha sido el líder del PD, Nicola Zingaretti: «Las medidas de propaganda de Salvini ya no están. Queremos una Italia más humana y segura. Una Europa más protagonista». Dura ha sido la reacción de Matteo Salvini: «El gobierno abre los puertos a los clandestinos y traficantes de seres humanos».

 

 

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