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El Gobierno sabía más de un mes antes que Delcy venía a Madrid

Policías adscritos al CNI informaron al control de Barajas el 16 de diciembre de 2019 y entregaron una foto de la vicepresidenta venezolana. Llegó el 20 de enero con una «exageración» de maletas que sacaron por la verja anexa a la terminal sin pasar ningún control

La comitiva venezolana en la que viajaba Delcy Rodríguez, con prohibición de pisar suelo de la Unión Europea, aterrizó en Barajas la madrugada del 19 al 20 de enero de 2020. Hasta ahora el Gobierno ha mantenido la versión de que se enteraron sobre la marcha y el entonces ministro de Transportes del gobierno de Pedro Sánchez, José Luis Ábalos, tuvo que acudir de urgencia para evitar el incidente y explicar a la entonces vicepresidenta de Nicolás Maduro que no podía ingresar en territorio nacional, donde sí estuvo.

Pero esta versión, la de la premura y la sorpresa, no cuadra con la realidad, dado que más de un mes antes de la llegada de Delcy, concretamente el 16 de diciembre de 2019, policías de la Brigada Operativa de Apoyo (BOA) acudieron a la terminal ejecutiva de Barajas y alertaron de la llegada inminente de la venezolana.

Según fuentes de la seguridad del Estado, creían que aterrizaría entre el 19 y el 20 de diciembre o, a lo sumo, unos días después. Pidieron a los policías que estuvieran «atentos a la venezolana», y entregaron una fotografía suya, porque era probable que acudiera con pasaporte falso. De hecho, al poner su pasaporte en el sistema, saltaba el chivato alertando de la prohibición de entrada en territorio europeo. El plan era detectarla y que se avisara al CNI a través de la BOA. La información se trasladó y quedó un reporte por escrito, pruebas documentales a las que ha accedido ABC.

La Brigada Operativa de Apoyo depende orgánicamente de la Dirección Adjunta Operativa (DAO) del Cuerpo Nacional de Policía, pero funcionalmente está a cargo del Centro Nacional de Inteligencia. Es decir, los policías de la BOA reportan al CNI. El Centro Nacional de Inteligencia, según la definición oficial, «es el organismo público responsable de facilitar al presidente del Gobierno y al Gobierno de la nación las informaciones, análisis, estudios o propuestas que permitan prevenir y evitar cualquier peligro, amenaza o agresión contra la independencia o la integridad territorial de España, los intereses nacionales y la estabilidad del Estado de derecho y sus instituciones». Al frente hay una directora con rango de secretaria de Estado, ahora Esperanza Casteleiro y entonces Paz Esteban (interina). La nombra el Gobierno a propuesta de la ministra de Defensa, Margarita Robles.

Finalmente, Delcy Rodríguez no llegó cuando se la esperaba, entre el 19 y el 23 de diciembre de 2019, pero sí lo hace a principios de año. El 19 de enero de 2020, mismo día que sospechaban pero de un mes después, por la mañana, la terminal ejecutiva recibe el correspondiente reporte del vuelo, como debe hacerse con toda aeronave que va a tomar tierra en próximas horas.

Orden de vuelo

En ese documento aparecen ocho personas: cinco venezolanos -entre ellos Delcy Rodríguez con su verdadera identidad- y tres miembros de la tripulación (piloto, copiloto y azafata). En la comitiva política está Félix Plasencia, ministro de Turismo de Venezuela que venía a Fitur y que tiene amistad con José Luis Ábalos. El aparato es un Dassault Falcon 900LX con matrícula TC-AKE y propiedad de una compañía turca. Como desveló ABC, la intención de la entonces vicepresidenta de Nicolás Maduro era pasar unas horas en Madrid para reunirse con José Luis Rodríguez Zapatero, que la viera un médico y hacer unas compras. De haber salido del aeropuerto, era un objetivo de la inteligencia española, pero lo cierto es que con su identidad real sólo podía entrar en España incumpliendo la ley.

El aparato aterriza en torno a las 00:15 horas del 20 de enero, más de doce horas después de recibirse el reporte. Según los testimonios recabados por ABC, en las horas previas al aterrizaje hay un gran trasiego de jefes policiales en la terminal, todos sabedores de que tenía prohibido pisar suelo nacional, pues el veto aparece en el sistema. Acuden el comisario jefe de Barajas, Jesús María Gómez, y el comisario operativo, Fernando Villegas. Ambos serían luego ascendidos, como se dirá. Más tarde llegan en un mismo coche José Luis Ábalos y su entonces asesor, el controvertido Koldo García. Como desveló este diario, allí, en el aeropuerto, se encuentran con Víctor de Aldama, el comisionista de las mascarillas, al que Koldo hacía favores desde el ministerio.

El empresario estaba contratado por Globalia para intentar recuperar una deuda del Gobierno de Venezuela con Air Europa que ascendía a 200 millones de dólares. Firmó una comisión a éxito de cinco millones de euros que no cobró al no lograrlo.

Una vez aterriza el avión, Ábalos, Koldo y el comisario jefe de Barajas se montan en un coche y se acercan hasta donde está estacionado el charter privado. El entonces ministro de Transportes accede a la aeronave, rodeada por policías y guardias civiles. Permanece en el avión menos de una hora. También llegan, según los testimonios recabados por ABC, dos o tres furgonetas negras Mercedes-Benz modelo Vito. En una se suben los venezolanos y son trasladados a la terminal ejecutiva. En esas furgonetas se carga un cantidad de maletas «desproporcionada, una exageración para la gente que viajaba», según testigos presenciales. «Cuarenta no eran, como se ha dicho, pero sí muchas», dicen a este diario.

Eludieron el escáner

Las maletas deben pasar por el escáner que está en la entrada de la terminal ejecutiva, pero se elude este paso. Bordean la terminal «por la verja anexa, a la izquierda mirando desde la pista de aterrizaje, que se abre para que pasen». Las competencias del control de equipaje son de la Guardia Civil. «Alguien tuvo que dar la orden de no revisarlas», aseveran las fuentes consultadas.

Se ha especulado con que las maletas fueran cargadas de oro, pero ésta es una hipótesis plenamente descartable. Una maleta de viaje cargada de oro pesaría cientos de kilos. La densidad del metal precioso es 20 veces la del agua. No se podrían coger a mano ni el avión habría despegado con un montón de maletas cargadas de oro en la bodega.

Delcy Rodríguez sí entró en España: atravesó el control de pasaportes, pero en la sala VIP estuvo custodiada por Policía y Guardia Civil

Los pasajeros entregan sus pasaportes al policía del control pero, cuando los va a coger, se los arrebata de la mano una persona que iba de paisano. Por su actitud, podría ser un mando policial. No se sellan, aunque el de Delcy en ningún caso se podía sellar, pues tenía prohibida la entrada. Los venezolanos son conducidos a una sala VIP que se ubica a la izquierda. Eso es territorio nacional, considerado «tierra», pues la zona de «aire» termina en el control de pasaportes. Éste es un hecho objetivo, pese a las negativas que dio el Gobierno: Delcy Rodríguez sí pisó suelo español, aunque es cierto que pasó la noche en esa sala, en zona de ‘tierra’, custodiada en todo momento. El Gobierno considera esa sala como zona de «tránsito», pero las fuentes vinculadas al aeropuerto consultadas coinciden en un hecho: una vez que se atraviesa el control de pasaportes, esa persona ha entrado en España.

Ábalos la acompaña un tiempo en esas dependencias, pero ya avanzada la madrugada, el mismo Koldo lo lleva a casa. El asesor ahora investigado en la operación Delorme regresa de nuevo al aeropuerto. A los presentes les llama la atención su comportamiento, pues «daba órdenes a todo el mundo como si fuera el jefe», algo que no le correspondía. Es el propio Koldo quien se encarga de buscar billetes para Delcy Rodríquez y su pareja. En el avión que llegaron no podían continuar por el descanso que debía hacer la tripulación. Los colocan en un vuelo de Qatar Airways, el QR2147, con destino a Doha, la capital de este emirato, en el que se suben con sólo una maleta de mano, una trolley, cada uno.

Promocionados

Las distintas versiones del entonces ministro José Luis Ábalos generaron una tremenda crisis que el Gobierno intentó aplacar por tierra, mar y aire, incluso ordenando condicionar la publicidad institucional de las empresas públicas a las críticas de los medios sobre el ‘Delcygate’.

Por otro lado, el comisario jefe de Barajas, Jesús María Gómez, fue ascendido a comisario principal y jefe superior de Canarias. El comisario operativo, Fernando Villegas, fue ascendido a comisario jefe del aeropuerto. Javier Cuesta, jefe de Fronteras, fue ‘premiado’ con un destino en la embajada de Níger, donde se cobran unos 12.000 euros mensuales. El golpe de Estado de julio del año pasado en el país africano hizo que permanezca en Madrid.

 

 

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