Democracia y Política

El hombre con más derechos por metro cuadrado en toda Venezuela (en torno al señor Diosdado)

pp28-1100x618Se supone que debo hablar temerariamente sobre el ciudadano Diosdado Cabello. Pero no lo haré, no hablaré de él porque le tengo miedo… No, mejor no decir que le tengo miedo. En realidad no hablaré mal de Diosdado porque resulta que Diosdado es el ciudadano con más derechos en Venezuela por metro cuadrado. ¿Cómo puede uno meterse con el ciudadano con más derechos por metro cuadrado en Venezuela? ¡No se puede, sencillamente uno no puede acometer tal villanía!

————————————————————-

Es verdad, no es el miedo lo que me coacciona. Son los derechos de Diosdado. Cuando Diosdado se para junto a usted, o si apenas usted lo nombra, de inmediato todos sus derechos (suyos de usted) son succionados por aquel ciudadano altamente moral que posee más derechos por metro cuadrado en el país. Diosdado es una máquina de chupar derechos. Y no porque él sea un vampiro de los derechos. No, ¿cómo le voy a decir vampiro a ese señor? Diosdado es el ciudadano con más derecho por metros cuadro en Venezuela porque es un héroe moral revolucionario que tiene muy claro el fin de la revolución: hacer valer todos nuestros derechos de pueblo libre.

Diosdado está allí, a la cabeza de la Nación, sacrificándose, luchando, porque él, quizás siguiendo las enseñanzas del maestro Simón Rodríguez, considera que estamos en el tiempo 0 (cero), en el tiempo nuevo, en el tiempo de ruptura en que un grupo de iluminados por la razón republicana (revolucionaria mejor) ha de hacer el dibujo de una nueva historia. Por eso está allí, exponiéndose al público y a la calumnia de la canalla. También podríamos decir que es un dirigente de vanguardia, como lo entendía el Che Guevara, para así estar más acordes con los tiempos. Guevara decía que en la construcción del Socialismo, en ese período de fundación y crecimiento, el hombre nuevo va naciendo. Pero este hombre nuevo que va mostrándose necesita ser educado, pues si va solitario por el camino, comenzará a dejarse llevar por las ambiciones (por el capitalismo salvaje, pues). Para evitar tal descalabro, no deberá ir solo, sino que ha de seguir la vanguardia, «constituida por el partido, por los obreros de avanzada, por los hombres de avanzada que caminan ligados a las masas y en estrecha comunión con ellas». Así dice Ernesto Guevara en El socialismo y el hombre en Cuba. ¿Ven? Por eso Diosdado está allí, exponiéndose al oprobio, y por eso, a su vez y con el fin de protegerse de mal, ha sido ungido como el hombre con más derechos por metro cuadrado en Venezuela. He allí a nuestro hombre altamente moral que forja los ejemplos para que el pueblo le siga. Diosdado es un ejemplo, así es, sí señor. Si queremos ser hombres nuevos en la revolución, debemos hacer todo lo que hace Diosdado. Por cierto, ¿vieron lo que ha estado pasando en los Valles del Tuy?… Bueno, lo cierto es que Diosdado tiene una alta moral, y si usted se atreve a dudar de su alta moral, pues él, con toda razón —con todo derecho—, usa todos sus… derechos, y lo acusa a usted de difamador.

En estos días alguien me dijo que los altos mandatarios de la revolución eran como los acusetas llorones del salón. ¡No es así! ¡Cómo se atreve! Lo que pasa es que los altos mandatarios de la revolución tienen un altísimo grado de moralidad, y por lo tanto, derechos a montón para siempre hacerlos valer. Por eso es que el señor Diosdado y muchos del gobierno, siempre andan diciendo con qué moral habla tal país, con qué moral habla tal funcionario extranjero, con qué moral hablan los de cuarta República, con qué moral hablaban esos tales Gandhi y Mandela…

Nuestros héroes-funcionarios no son acusetas o llorones, sino que hacen valer sus derechos, y lo hacen con dolor, con profundo dolor moral, casi al borde de su llanto. El que no llora no mama de la teta de la libertad, ¿no es cierto? También podría decirse que el que no llora no mama de la teta de la revolución.

En fin, se supone que debía hablar mal del señor Diosdado Cabello, pero no lo haré. Todo lo que él hace se justifica por un fin superior. Él sabe lo que nosotros necesitamos. Y no vaya usted a sentirse coaccionado por sus acciones, él nos muestra el camino de nuestra libertad. Nosotros, sumidos en la ignorancia, debemos seguirle e imitarlo. Por eso Venezuela es cada vez más cómo es, porque cada vez hay más venezolanos que siguen el modo de obrar de nuestro dilecto Diosdado. Miren como presenta Isaiah Berlin este proceder en «Dos conceptos de libertad»: «Si es mi bien, yo no soy coaccionado, porque lo he querido, lo sepa o no, y soy libre (o “verdaderamente” libre) incluso cuando mi pobre cuerpo terrenal y mi pobre estúpida inteligencia lo rechazan encarnizadamente y luchan con la máxima desesperación contra aquellos que, por muy benévolamente que sea, tratan de imponerlo».

En fin, nada hay que decir del hombre con más alta moral y con más derechos por metro cuadrado en toda Venezuela. Le hice perder el tiempo, lector, disculpe usted estas palabras jaculatorias.

 

Botón volver arriba