El líder laborista destituye a la presidenta del partido por los malos resultados electorales
Las alcaldías de Londres y Mánchester lavan la cara a la formación en el ‘Superjueves’
El laborismo sufrió en el llamado ‘ Superjueves’ una derrota histórica: la elección de un diputado conservador por primera vez en la ciudad de Hartlepool, al norte de Inglaterra, desde 1964. Jill Mortimer, la candidata conservadora, ganó el escaño por 15.529 votos contra los 8.589 de los laboristas, una mayoría de casi 7.000 votos en uno de los últimos pilares del llamado ‘Muro rojo’, que cada vez se tiñe más de azul, al igual que algunas de las alcaldías que se disputaban en Inglaterra. Keir Starmer, líder del Partido Laborista, admitió este sábado que su formación había «perdido la confianza de los trabajadores» y destituyó a su segunda, Angela Rayner, de sus cargos como presidenta y jefa de campaña, aunque seguirá siendo su adjunta, ya que fue elegida por las bases del partido.
La decisión abrió una fractura en la formación, ya los seguidores de Rayner acusaron a Starmer de usarla como cabeza de turco en lo que calificaron como una «evasión cobarde de responsabilidad».
En medio de este oscuro panorama, que fuentes del partido justifican diciendo que debido a la pandemia de Covid-19 el nuevo líder no ha tenido la oportunidad de presentarle a la población su plan para el país, dos líderes locales de la formación son la única esperanza: por un lado, Andy Burnham, reelegido alcalde en Mánchester, y Sadiq Khan, que se esperaba que revalidara como alcalde de Londres, superando al candidato conservador Shaun Bailey, cuyo desempeño superó las expectativas.
El ‘rey del norte’
Burnham, con una emoción que fue incapaz de contener, agradeció a su familia, al equipo de campaña y a sus compañeros el haber conseguido el triunfo con el 69,7% de los votos. «Seguiré siendo una voz para todas las personas y todas las comunidades», dijo, y agregó: «Continuaré adoptando un enfoque en el que la comunidad sea lo primero, y no el partido primero».
El alcalde cobró protagonismo en octubre del año pasado cuando mantuvo un pulso de varios días con Boris Johnson por la imposición unilateral del primer ministro de ubicar a la ciudad en el máximo nivel de riesgo de contagios de coronavirus, una decisión con la que el laborista estaba en desacuerdo. Burnham, bautizado en aquel momento por la prensa local como el ‘rey del norte’, en alusión a un personaje de la serie ‘Juego de Tronos’, hizo ayer autocrítica en una entrevista con Sky News diciendo que el partido del que forma parte necesita «un cambio sustancial», y no descartó presentarse como sucesor de Starmer en el futuro, aunque aclaró que no está haciendo campaña contra el que calificó como «su amigo» con el que ha trabajado codo a codo. «El partido tiene que hacer un gran examen de conciencia para comprender estos resultados», aseguró.
En Londres, la carrera por la alcaldía resultó mucho más reñida de lo esperado, pese a que las encuestas preveían una victoria holgada para Khan en la primera ronda, debido a la preferencia de los votantes por candidatos de partidos más pequeños y a la baja participación.