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El liderazgo según Kissinger

 

Leadership: Six studies in world strategy es el más reciente libro de Henry Kissinger, el famoso ex secretario de Estado de los Estados Unidos. En esta ocasión, el nonagenario diplomático se alejó de la fórmula de sus libros World order Diplomacy, en los cuales discurrió extensamente sobre el orden internacional y el sistema westfaliano, para centrar su análisis en las personas icónicas que encabezaron a los Estados nación tan protagónicos de sus otras obras: los líderes.

Comparto la opinión del autor de que hay una tendencia a invisibilizar el accionar humano en el devenir de la historia, atribuyéndole una cualidad casi accesoria en una suerte de avance inexorable y fatídico, cuando la realidad demuestra que no es así. El Reino Unido posiblemente no habría enfrentado el embate del nazismo sin Churchill, Mandela fue invaluable en la lucha contra el Apartheid y la independencia pacífica de la India no habría sido concebible sin Gandhi a la cabeza.

La premisa

Kissinger señala que los líderes son figuras atípicas. Los políticos comunes esperan a gestionar a las crisis luego de que estas tengan lugar, cuando cuentan con más información sobre los hechos, pero también cuando ya pasó el momento para tomar decisiones significativas. Los líderes, en cambio, son aquellos que tienen la visión para prever qué pasará y cuál será el curso de acción correcto, y actúan en ese delicado momento donde la información es escasa, pero cuando se pueden alcanzar los mayores logros.

El autor destaca que hay dos tipos de líderes a través de la historia: los estadistas y los profetas.

Los estadistas son aquellos que encauzan los cambios a los que se enfrenta la sociedad que lideran. Si bien no necesariamente son quienes desatan la marea del cambio, saben remontar su ola, navegando las aguas con destreza y cuidado, atemperando las cosmovisiones a menudo conflictivas y disonantes en la sociedad. Ellos entienden las limitaciones del entorno en el cual se encuentran insertos y se plantean un proyecto que pueda sobrevivir a las adversidades. Su foco está puesto en la superación de las transiciones y las épocas turbulentas y en la perduración del país que encabezan.

Los profetas, por otro lado, son los originadores del cambio. A menudo revolucionarios, son aquellos que portan el estandarte de una transformación radical del orden o sociedad que los engendró. A diferencia de los estadistas, no buscan mantener el

Los protagonistas

Kissinger centra su análisis en seis figuras: el canciller alemán Konrad Adenauer, el presidente francés Charles de Gaulle, el presidente egipcio Anwar al-Sadat, el presidente estadounidense Richard Nixon, el presidente de Singapur Lee Kuan Yew y la primera ministra británica, Margaret Thatcher.

El autor sigue a estas célebres personalidades de la historia a través de los momentos que los pusieron a prueba. Konrad Adenauer tuvo que enfrentar la ardua tarea de encabezar una Alemania recientemente restaurada a la personería jurídica y reinsertarla como una nación legítima y ecuménica en un mundo que todavía la veía como un paria internacional.

De Gaulle no sólo tuvo que lidiar con los oscuros años de la guerra y el exilio, sino por añadidura con la crisis que postró a la Cuarta República francesa y llevó a la Constitución que dio a luz la Quinta República. Nixon tuvo que enfrentar una desescalada histórica al dar marcha atrás al involucramiento estadounidense en Vietnam y luego encaminó su país a una reconciliación histórica con la China de Mao.

Sadat tomó las riendas de Egipto tras la muerte de Nasser, tuvo todavía que lidiar con los efectos de la debacle de la Guerra de los Seis Días y terminó logrando la restitución del Sinaí y un acuerdo de paz con Israel. Lee Kuan Yew tuvo que encabezar los primeros pasos de Singapur como nación independiente luego de que se quebrase el proyecto de unión con Malasia, le dio una identidad nacional a la ciudad-Estado y la convirtió en una potencia económica en su región. Y Thatcher tuvo que presidir sobre la reconfiguración del Imperio Británico, enfrentando los desafíos de la Guerra de las Malvinas/Falkland, la cuestión de Hong Kong y los atentados del IRA, a la vez que encauzaba a su país hacia una reforma económica.

Desafortunadamente oportuno

El libro de Kissinger no podría haber llegado más oportunamente. Es precisamente en estos momentos, en un contexto de guerra y crisis climática, en que el futuro es incierto y la decisión correcta, no inmediatamente aparente, cuando brillan los líderes.

La invasión rusa a Ucrania pone de relieve la vigencia de esta premisa. En una guerra donde un error de cálculo podría llevar al incremento de la muerte de civiles inocentes o, en el más siniestro de los casos, a una escalada nuclear, se requiere el coraje y la sabiduría de un líder para tomar las decisiones correctas y evitar que una agresión impune se imponga sobre la pasividad internacional.

precario balance del statu quo, sino que procuran acabar con el statu quo de raíz y dirigir a su país a una nueva era.

Lo interesante de estos dos tipos de liderazgo que propone Kissinger es que no son incompatibles per se y, a menudo, los grandes líderes de la historia han alternado entre una y otra modalidad. ¿Cómo? En parte engendrando cambios, en parte encauzándolos con sabiduría y viceversa. El libro trata precisamente sobre figuras como las descritas anteriormente: individuos que se animaron a dar su impronta y su viraje al entorno en el que se encontraban y que cambiaron, con su conducción, la trayectoria de su país.

 

ARTÍCULO PUBLICADO EL 8 DE AGOSTO DE 2023

 

 

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