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El oficialismo se prepara para una batalla campal en la Cumbre de Lima

Represores castristas golpeando y pateando a Leticia Ramos y a Jorge Luis García Pérez ‘Antúnez’ durante la VII Cumbre de las Américas. (marporcuba.org)

Las imágenes de las tropas de choque del oficialismo cubano en la Cumbre de las Américas en Panamá, en 2015, se quedarán cortas este abril. El Gobierno de la Isla se prepara de cara a la cita de presidentes y al Foro de la Sociedad Civil en Lima, Perú, como si el evento fuera un campo de batalla en el que planea dominar por el volumen de sus gritos.

Parte de ese enfrentamiento comenzó este miércoles durante el Diálogo Hemisférico, un encuentro previo para ajustar agendas y presentar las numerosas delegaciones de la región. El discurso que llevó a la reunión el embajador cubano, Juan Antonio Fernández, adelanta parte de la estrategia que desplegará la delegación oficial en pocas semanas.

Fuera de toda la compostura que su cargo de diplomático exige, Fernández lanzó una frase de tono vulgar, más digna de una pelea callejera que de un evento internacional. «Con Cuba no te metas», le espetó tras una intervención a Jorge Luis Vallejo, miembro de la Red Latinoamericana de Jóvenes por la Democracia.

La amenaza de Fernández, además de ser un anticipo del aquelarre de mal gusto, ataques y hasta golpes que planea la Plaza de la Revolución, incurre en una esperpéntica generalización, al definir a la Isla como sinónimo de una ideología, un Partido y un hombre en el poder, ahogando la pluralidad y la diversidad de ideas que existen en el país.

Sin embargo, más allá de la pataleta del embajador, vale la pena alertar a los organizadores de la Cumbre, a los anfitriones peruanos que tendrán que lidiar con estos intolerantes, sobre las señales que apuntan a que la nomenklatura castrista buscará deslucir el evento, reventar el Foro de la Sociedad Civil y hasta generar disturbios.

Durante los últimos tres años, la Seguridad de Estado ha entrenado a sus huestes para el nuevo enfrentamiento y ha pulido su discurso para hacerles encajar en la terminología del Foro

En Panamá, esas hordas de extremistas hicieron del hotel donde estaban hospedadas ambas delegaciones (la oficialista y la independiente) una trinchera política en la que gritaron, empujaron, dieron un feo espectáculo de agresividad y hasta atemorizaron a otros invitados que nada tenían que ver con Cuba.

Durante los últimos tres años, la Seguridad de Estado ha entrenado a sus huestes para el nuevo enfrentamiento y ha pulido su discurso para hacerles encajar en la terminología del Foro, para lo cual secuestraron conceptos que hasta hace unos años consideraban «burgueses», como los de «sociedad civil», «comunidad» o «gobernabilidad».

Esta simulación camaleónica les permitirá presentarse como entes cívicos autónomos, llegar hasta la sala de plenaria y los paneles de debate. Una vez allí, se quitarán la máscara y explotarán las discusiones con sus obcecadas consignas. Con ellos no hay espacio para los matices, porque piensan de forma binaria: «aliado o enemigo», «fidelista o mercenario», «pobre o rico», «norte o sur».

Quieren mandar un mensaje alto y contundente de que el castrismo sigue «vivito y coleando» a pocos días de que Raúl Castro termine su segundo mandato y entregue la silla presidencial a un sucesor elegido a dedo. La cita de Lima es el escenario para que esta vetusta gerontocracia se finja moderna, renovada y con futuro.

Entre los que llevarán ese mensaje, está la vicepresidenta de la oficialista Unión Nacional de Juristas de Cuba, Yamila González Ferrer, quien aclaró que no compartirá «espacio alguno con elementos y organizaciones mercenarias». Sin embargo, no precisó si pensaba retirarse del evento, expulsar a golpes a los activistas independientes o impedir que se realicen las sesiones del Foro.

La mejor manera de «enfrentar» a este pelotón de gritones es con datos, información y pruebas que demuestren lo que ocurre puertas adentro del país

Ferrer sabe que una conducta destacada en Perú es una garantía de ascenso futuro, tal y como ocurrió con la psicóloga Susely Morfa que fue catapultada a secretaria general de la Unión de Jóvenes Comunistas tras vociferar en el vestíbulo del hotel El Panamá contra decenas de disidentes y periodistas independientes cubanos.

Ante la evidencia de la batalla que se avecina, a los miembros de la auténtica sociedad civil les tocará armarse de mucha paciencia y evitar las provocaciones. No responder al grito con gritos, ni al insulto con insultos. Las huestes oficialistas van buscando justo esa respuesta para iniciar la pelea.

La mejor manera de «enfrentar» a este pelotón de gritones es con datos, información y pruebas que demuestren lo que ocurre puertas adentro del país. Prepararse con ponencias o exposiciones que tengan menos adjetivos y más evidencias podría ser una buena estrategia defensiva.

Otra actitud recomendable es no quedarse solo en las quejas del presente ni en la victimización. En Perú, los activistas e informadores independientes de la Isla deben demostrar que tienen propuestas e ideas para la Cuba futura. Deben hacer saber que, a diferencia de la tropa de choque que los ataca, ellos proyectan un país donde quepan todos.

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