El padre Pedro Trigo (sj) a los negociadores: “No traicionar a los venezolanos”
En principio las negociaciones son necesarias para superar un estado de cosas invivible. Pero tienen que llevarse a cabo de modo que consigan su objetivo. Es claro que el gobierno no quiere salir de esta situación sino perdurar indefinidamente. Por eso sólo entablará negociaciones con este objetivo cuando no tenga más remedio, es decir, cuando tenga que pactar no ir a la cárcel y a cambio permitir una transición. Mientras vea posibilidad de durar, tratará de negociar para seguir.
Lo único que puede lograr que el gobierno acepte negociar para una transición es la situación económica, no, obviamente, de los venezolanos sino la suya propia. La gente se está muriendo de hambre y de enfermedades no atendidas por falta de medicinas e insumos médicos. El país se está paralizando porque no hay repuestos de nada. Esto, tan gravísimo, no llevará al gobierno a negociar su salida. Sólo lo llevará cuando él no pueda pagar sus préstamos y no tenga crédito con nadie y no pueda autosustentarse.
La causa de todo es que el gobierno no deja producir a la empresa privada ni es capaz de producir lo muchísimo y muy sustancial que él tiene entre manos, empezando por la empresa petrolera. El último cambio en PDV revela el porqué de esta incapacidad: la única condición para tener un cargo es la incondicionalidad. Así el gobierno tiene todo en sus manos, pero, como se decía en el siglo XIX, son “manos muertas”: improductivas.
El gobierno está siendo cada vez más consciente de que se le están cerrando todas las puertas y los caminos. Por eso va a negociar. Es capaz de dar casi todo a cambio del reconocimiento de la autoproclamada Asamblea nacional Constituyente, inconstitucional por su origen y por su desempeño. Si es reconocida, puede llegar a tener crédito. Va a negociar con ese objetivo.
La oposición y más en general los ciudadanos que no están con el gobierno, no podemos aceptar más negociación que la que se dé para superar la infamia que estamos viviendo. Si la oposición quiere representar a quienes no están con el gobierno porque les convence o porque hayan aceptado depender de él a cambio de la subsistencia, no puede entrar en una negociación que de un modo u otro convalide el régimen actual. Si lo hace, está traicionando a la inmensa mayoría de los venezolanos.
Si la oposición, cambio de lo que sea y con las restricciones que sea, reconoce a la Asamblea Nacional Constituyente, o son unos vendidos o son unos inconscientes que dan lo más a cambio de lo menos, que dan lo decisivo a cambio de paliativos. Todo lo que se logre, manteniéndose el gobierno en el poder, no son más que paliativos. Incluso la ayuda humanitaria. Son paliativos porque impiden la solución de fondo. La solución de fondo no la pueden gestionar ellos. Tiene que ser otro gobierno, un gobierno de concentración nacional concertada.
Los venezolanos tenemos que estar claros de lo que está en juego.
Sería gravísimo ceder precisamente cuando el gobierno está acorralado, en las últimas, por su planteamiento equivocado y por su pésima actuación. Por eso instamos a los negociadores a no traicionar a los venezolanos.