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El Papa defiende la libertad de prensa en su audiencia con los periodistas

León XIV ha indicado que «sólo los pueblos informados pueden tomar decisiones libres» y ha pedido a los profesionales que promuevan una comunicación diferente

Papa León XIV a los periodistas: "Desarmemos las palabras - El Oriental de  Monagas

 

Para el Papa León XIV, la audiencia de este lunes con los medios de comunicación acreditados para el cónclave ha supuesto su piedra de toque en un evento más abierto a la improvisación y el contacto directo, más allá del estricto protocolo y la ceremoniosa liturgia de los actos que la agenda y la tradición imponen a un Pontífice tras ser elegido.

Aunque incluso en ese contexto, y tras bromear con los periodistas sobre el cerrado aplauso de más de un minuto con el que lo han recibido, no ha perdido tampoco la posibilidad de reivindicar la libertad de prensa —«sólo los pueblos informados pueden tomar decisiones libres»— y reclamar a los periodistas que promuevan una comunicación diferente, que «nunca separe la búsqueda de la verdad del amor con el que humildemente debemos buscarla».

Un largo aplauso para el Papa

La llegada del Papa León XIV ha sido recibida con un largo aplauso de los casi cinco mil periodistas congregados en el aula Pablo VI del Vaticano. Sonriente, el Papa ha agradecido el recibimiento y, en una estrategia de buen comunicador, ha bromeado en inglés: «Se dice que si te aplauden al principio no tiene mérito, pero sí si consigues que sigan despiertos al final. ¡Muchas gracias!». Una hábil estrategia comunicativa para romper el hielo y captar la atención.

En su discurso, el Papa ha comenzado agradeciendo el trabajo realizado estos días por los periodistas y, en referencia a las bienaventuranzas, ha reclamado «promover una comunicación diferente, que no busque el consenso a cualquier costo, que no se revista de palabras agresivas, que no adopte el modelo de la competencia, que nunca separe la búsqueda de la verdad del amor con el que humildemente debemos buscarla». «La paz comienza con cada uno de nosotros: desde la forma en que miramos a los demás, escuchamos a los demás, hablamos de los demás; y, en este sentido, la forma en que comunicamos es de fundamental importancia: debemos decir «no» a la guerra de las palabras y las imágenes, debemos rechazar el paradigma de la guerra», ha añadido.

Libertad para los periodistas encarcelados

Entre periodistas, el Papa ha reivindicado a continuación la libertad de prensa, y ha manifestado «la solidaridad de la Iglesia con los periodistas encarcelados por haber buscado y relatado la verdad», para los que ha pedido «su liberación». «La Iglesia reconoce en estos testigos —pienso en aquellos que narran la guerra incluso a costa de sus vidas— el coraje de quienes defienden la dignidad, la justicia y el derecho de los pueblos a estar informados, porque solo los pueblos informados pueden tomar decisiones libres», ha enfatizado.

Una frase que recibió un largo aplauso, que interrumpía el discurso de un Pontífice sorprendido que, hasta ahora acostumbrado a otro tipo de entornos para sus palabras como la universidad o los templos, todavía está aprendiendo sobre la forma de interactuar con este tipo de audiencia. Así, con una paciente sonrisa ha esperado de nuevo al silencio de la sala para reclamar con contundencia que «el sufrimiento de estos periodistas encarcelados interpela la conciencia de las Naciones y de la comunidad internacional, recordándonos a todos la necesidad de custodiar el valioso bien de la libertad de expresión y de prensa».

En esa línea, el Papa ha agradecido a los medios presentes «su servicio a la verdad» en el tiempo en que han estado en Roma para «narrar la Iglesia, su variedad y, al mismo tiempo, su unidad». «Vivimos tiempos difíciles de transitar y de relatar, que representan un desafío para todos nosotros y que no debemos eludir. Al contrario, exigen a cada uno, en nuestros diversos roles y servicios, no ceder jamás a la mediocridad», ha añadido.

En ese sentido, en lo que se puede interpretar como un ejercicio de autocrítica, ha explicado a los medios que «la Iglesia debe aceptar el desafío del tiempo y, de la misma manera, no puede existir una comunicación ni un periodismo fuera del tiempo y de la historia». Y en esa línea, su formación agustiniana se ha hecho evidente con una cita de los sermones del santo de Hipona: «Vivamos bien y los tiempos serán buenos. Nosotros somos los tiempos». «Gracias, por lo tanto, por lo que han hecho para salir de los estereotipos y los lugares comunes, a través de los cuales a menudo leemos la vida cristiana y la misma vida de la Iglesia. Gracias, porque han logrado captar lo esencial de lo que somos y transmitirlo con todos los medios al mundo entero», ha agradecido a los periodistas acreditados ante la Santa Sede en estos días.

Una comunicación para escapar de la «torre de Babel»

En sus palabras también ha mostrado sus dotes académicas para hacer un análisis de la situación actual del mundo de la comunicación. «Hoy, uno de los desafíos más importantes es promover una comunicación capaz de sacarnos de la ‘torre de Babel’ en la que a veces nos encontramos, de la confusión de lenguajes sin amor, a menudo ideológicos o parciales». De ahí que ha recordado a los periodistas que «las palabras que usan y el estilo que adoptan, son importantes», ya que la comunicación «no es solo transmisión de información, sino creación de una cultura, de ambientes humanos y digitales que se conviertan en espacios de diálogo y confrontación».

Una misión que, en medio de la actual «revolución tecnológica», se vuelve aún «más necesaria». «Pienso, en particular, en la inteligencia artificial con su inmenso potencial, que, sin embargo, requiere responsabilidad y discernimiento para orientar las herramientas al bien de todos, de modo que puedan generar beneficios para la humanidad», ha añadido. Una responsabilidad que «concierne a todos, en proporción a la edad y los roles sociales», ha añadido el Papa, que en su etapa como obispo y cardenal ha demostrado su habilidad con las redes sociales y un hábil manejo de un teléfono de última generación, conectado incluso a su ‘smartwatch’.

«Pienso en la IA con su inmenso potencial, que, sin embargo, requiere responsabilidad y discernimiento para orientar las herramientas al bien de todos, de modo que puedan generar beneficios para la humanidad»

«Queridos amigos, con el tiempo aprenderemos a conocernos mejor», les ha dicho en este primer encuentro a los periodistas, a los que ha deseado que los momentos vividos juntos estos días les hayan «revelado un poco del misterio de nuestra humanidad, y que nos han dejado un deseo de amor y de paz».

Tras recordar la última invitación del Papa Francisco a los periodistas para desarmar «la comunicación de todo prejuicio, rencor, fanatismo y odio», ha pedido eliminar la agresividad de los medios. «Desarmemos las palabras y contribuiremos a desarmar la Tierra», ha concluido, para terminar con una nueva alusión a la paz, que empieza a ser una de las cuestiones principales de su mensaje. «Ustedes están en primera línea narrando los conflictos y las esperanzas de paz, las situaciones de injusticia y pobreza, y el trabajo silencioso de tantos por un mundo mejor. Por eso les pido que elijan con conciencia y valentía el camino de una comunicación de paz».

Durante los saludos personales ha firmado una pelota de béisbol, ha rechazado hacerse selfies y se ha detenido con varios enfermos. La directora de comunicación de una fundación ligada a las misiones, las Pontificias Obras Misioneras, le ha propuesto organizar un partido benéfico de tenis contra Agassi. «Es una buena ideapero no traigas a Sinner», ha respondido riendo el Papa. Hacía referencia a que Sinner es el número uno y es demasiado fuerte y que su nombre, «Sinner» es la misma palabra que «pecador» en inglés.

Su visita a Chicago «no será pronto»

En cuanto a los futuros viajes, un periodista de EE.UU. le ha preguntado si visitará «pronto» Chicago, y el Papa ha respondido que «no será pronto», aunque sí que ha dicho que tiene «muchos mensajes» para el país donde nació. Le han recordado que tiene una invitación abierta para viajar a Nicea (Turquía), para conmemorar los 1700 años del último concilio en el que participaron todos los cristianos antes de los cismas. «Lo sé, estamos preparándolo, para poder hacerlo», ha dicho. También le han recordado que el cardenal Prevost tenía en agenda un viaje a Fátima (Portugal). «El cardenal había decidido ir, pero han cambiado los planes», ha contestado el Papa sonriendo.

Como sería imposible que el Papa saludara a todos los periodistas, se ha hecho un sorteo entre los vaticanistas que trabajan en Roma para que la suerte decidiera quién lo haría. Por eso, uno de los corresponsales de ABC ha podido saludar al Pontífice, y le ha dicho que «no piense que los periodistas somos sus enemigos, pues somos aliados». León XIV ha recogido el guante y ha respondido: «Somos aliados porque buscamos la verdad».

También estaba en el Vaticano la corresponsal de ABC en Perú, Paola Ugaz, que le ha entregado una chalina de los Andes peruanos de lana de alpaca, tejida por mujeres de comunidades con bajos ingresos. El Papa le ha reiterado la solidaridad con los periodistas y se despidió con un misterioso «que esperen pronto noticias sobre mí en el Perú», en referencia a un posible viaje.

Al ser la primera audiencia del Papa, en algunos momentos León preguntaba a sus colaboradores cómo debía comportarse. «¿Entrego yo los rosarios a las personas que saludo?». «No, no, los entregamos nosotros», le ha respondido un monseñor. «Todavía estoy aprendiendo a ser Papa», se ha justificado mirando a los periodistas.

 

 

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