El Papa urge a los líderes musulmanes a condenar el terrorismo
Hace tiempo que se echaba en falta una declaración así de redonda y contundente: “Los líderes académicos, religiosos, intelectuales y políticos del islam deben condenar claramente el terrorismo fundamentalista. Se lo he dicho a [el presidente turco, Recep Tayyip] Erdogan. Tenemos la necesidad de una condena mundial por parte del islam que diga: ¡No, el Corán no es esto!”. La pronunció el papa Francisco durante el vuelo de regreso a Roma procedente de Turquía, donde durante los últimos tres días ha tratado de fortalecer los puentes con el islam y de acercarse un poco más a la unidad con los ortodoxos, separados desde el cisma cristiano de 1054.
Jorge Mario Bergoglio, de natural conciliador, había optado hasta ahora por un lenguaje más tibio para intentar urdir un frente común de católicos y musulmanes contra el terrorismo islamista. Pero las matanzas de cristianos en países como Irak o Siria se siguen produciendo ante “la indiferencia de muchos”, incluida la comunidad internacional y los principales líderes musulmanes. El Papa lanzó ayer junto al patriarca Bartolomé I una desesperada llamada de auxilio: “No podemos resignarnos a un Oriente Próximo sin cristianos”. Bergoglio añadió durante el vuelo que no ha abandonado su proyecto de viajar a Irak.
Más cerca que nunca desde que se separaron hace mil años, las Iglesias católica y ortodoxa, a través de una declaración conjunta de Francisco y Bartolomé I, denunciaron: “Muchos de nuestros hermanos y hermanas están siendo perseguidos y han sido expulsados con violencia de sus hogares. Parece incluso que se ha perdido el valor de la vida humana, que la persona humana ya no importa y que puede sacrificase a otros intereses. Y, de manera trágica, todo esto sucede ante la indiferencia de muchos”. La declaración fue precedida de una relevante declaración del Papa en pos de la reconciliación de católicos y ortodoxos. Durante su participación en una ceremonia litúrgica en la catedral ortodoxa de san Jorge, Bergoglio dijo que “no pretende imponer ninguna exigencia” para la unión con los ortodoxos. Preguntado por el asunto durante el vuelo de regreso a Roma, durante el cual concedió 45 minutos de rueda de prensa sin preguntas pactadas, el Papa dijo: “Aunque hay resistencias tanto en un lado como en otro, la unidad depende de nosotros, porque si la dejamos en manos de los teólogos pasarán otros mil años”.
Las Iglesias católica y ortodoxa llevan mil años separadas y 36 intentando limar sus diferencias. El encuentro de Francisco con el patriarca Bartolomé I parece haber supuesto “un fuerte impulso” hacia la reconciliación, según palabras del padre Federico Lombardi, portavoz del Vaticano, sobre todo a raíz de las palabras del Papa en la catedral ortodoxa de Estambul: “Lo único que la Iglesia católica desea… es la comunión con las Iglesias ortodoxas”. El día anterior, Francisco se inclinó ante Bartolomé I y se dejó bendecir y besar en un gesto claro de una humildad hacia los ortodoxos que pocas veces han mostrado los católicos.