El Planeta bien vale una Misa
El papa León XIV ha ratificado la conseja popular de que una escoba nueva barre mejor, mostrando en su arranque una energía reveladora de que la eventualidad de su ascenso al trono de la cristiandad no le parecía tan remota y se había preparado para imprimir su estilo. Incluso antes de que el humo blanco se disipara completamente del cielo vaticano.
Con sencillez y buen humor se reunió cuatro días después con un millar de corresponsales acreditados en Roma para expresar su solidaridad con los periodistas encarcelados y exigir su liberación, reconociéndoles como testigos valientes que, a
“El sufrimiento de esos periodistas detenidos interpela la conciencia de las naciones y de la comunidad internacional, pidiéndonos a todos custodiar el bien precioso de la libertad de expresión y de prensa”, afirmó,evocando la invitación del papa Francisco a desarmar las palabras para contribuir al desarme de la tierra, con una comunicación “libre de cualquier prejuicio, fanatismo y odio, exenta de estridencia y capaz de recoger la voz de los débiles que no tienen voz”.
En línea también con una de las preocupaciones más caras al papa Francisco, uno de sus primerísimos nombramientos recayó en el joven cardenal francés Thib
Y como un gesto adicional de respeto al interés que su predecesor mostró siempre por la ecología, al punto de dedicarle su documento más medular- la encíclica Laudato si– ha presentado el formato de una Misa por el Cuidado de la Creación, con énfasis en la protección ambiental, que entró en vigor el miércoles 9 de este mes. Precisamente en el Borgo Laudato si, el proyecto juvenil que el papa Francisco puso en marcha en los jardines de la residencia estival vaticana de Castel Gandolfo.
La ceremonia no introduce una nueva doctrina pero subraya la conexión entre la fe y el mundo creado y quedó oficializada en el Misal Romano que incluye 49 misas y oraciones para diversas necesidades y ocasiones, veinte de ella referidas a la Iglesia, 17 a los asuntos civiles y otras doce para diversas circunstancias.
Su idea central hace referencia a un Salmo y un pasaje del evangelio de Mateo como expresiones de gratitud y fe que invitan a responder con atención y afecto y un sentimiento de creciente admiración, reverencia y responsabilidad en las acciones cotidianas. Y no sólo en oraciones sino en el estilo de vida.
Cada capítulo del año litúrgico celebrará así el misterio pascual de la creación con acento en una relación de mutua responsabilidad entre los seres humanos y la naturaleza sin la cual, como escribió alguna vez el papa fallecido, nuestra actitud equivaldría a la de dueños, consumidores y explotadores despiadados de los recursos naturales.
Es decir que añade el suficiente basamento evangélico para elevar la encíclica del estadio de mera referencia ecológica, haciéndola parte integral del pensamiento teológico.
Voces escépticas no vacilarán en denunciar como vacía y carente de vigor esta iniciativa del nuevo pontífice pero su respaldo litúrgico, espiritual y por supuesto político, desciende como un bálsamo oportuno ante el desprecio y la ignorancia de los líderes de las grandes potencias por la agenda ambiental. Y dado el sentimiento cristiano que anima aun sector considerable de la población, es de imaginar que la aplicación sistemática del mensaje contribuirá a cimentar la conciencia y la solidaridad hacia nuestro infeliz planeta martirizado.
Varsovia, julio de 2025