El PP exhibe la unidad entre la dirección y los barones frente al «caos» de Pedro Sánchez
Los líderes regionales elevan a Núñez Feijóo a la categoría de referente; Isabel Díaz Ayuso lo sitúa como «faro para toda España»
El PP exhibió ayer la heterogeneidad de su proyecto político, la diversidad territorial y la multiplicidad de sus discursos y matices sin que ello tenga que fisurar ni debilitar el relato en clave nacional. Lo escenificó alineando su poder autonómico, gobernante y en la oposición, con la dirección de Génova para mandar un mensaje de solidez frente al «caos» que, para los populares, representa el Gobierno de Pedro Sánchez para España. La imagen lanzada desde Galicia, con motivo del congreso regional que reelegirá hoy a Alberto Núñez Feijóo por quinta vez al frente del partido, tiene también mucho de simbólico en el plano interno: es la forja de una suerte de tregua, de armisticio, entre Génova y sus barones, de respeto de los espacios de unos y otros, tanto en el escenario autonómico de cada uno como el estatal.
La imagen de los cinco presidentes autonómicos del PP y otros seis líderes de la oposición en un congreso regional es, cuanto menos, muy poco habitual. Feijóo invitó a sus compañeros y muy pocos -por motivos de agenda- fallaron a su llamada. El decano de los referentes regionales del PP demostró su magnetismo. Dos pesos pesados, Isabel Díaz Ayuso y Juanma Moreno, dos primeros espadas como Fernando López Miras y Alfonso Rodríguez Mañueco. Y nombres propios como Carlos Iturgaiz -que apenas estuvo una hora en Galicia, ya que abandonó el congreso para asistir al funeral del padre de Carmelo Barrio- o José Antonio Monago. Además de la foto, de por sí elocuente, hubo constantes apelaciones a la diversidad, a las diferencias entre territorios, todas ellas perfectamente compatibles con un proyecto nacional bajo el liderazgo de Pablo Casado.
«Galicia tiene un modelo propio, el modelo Feijóo, que funciona y funciona muy bien. Ayuso tiene el modelo Ayuso, que funciona muy bien en Madrid. Y yo tengo el modelo de Andalucía», avanzó Juanma Moreno a su llegada, «cada maestrillo tiene su librillo y cada uno se tiene que adaptar a su realidad». El mandatario andaluz puso en valor las cuatro mayorías absolutas consecutivas de Feijóo, con el «modelo» del PP liderado por Pablo Casado, de «tolerancia, respeto, cercanía, compromiso, transformación y reforma», que es «el modelo del PP y el modelo del éxito de Alberto Núñez Feijóo».
El PP, reivindicó Moreno, a diferencia de Pedro Sánchez, sí tiene «modelo de partido y hoja de ruta», encarnados en el «futuro presidente que va a ser Pablo Casado», remarcó. De paso, Moreno defendió las «señas de identidad» del PP que se plasman en las autonomías «donde gobierna», como bajar impuestos y consolidar los servicios públicos. «Reivindico la capacidad de adaptarse a esa España diversa, plural, esa España diferente que en cada Comunidad tiene sus propias peculiaridades y singularidades a las que debemos respetar y amparar», sintetizó.
El referente gallego
«Galicia es un referente para España por muchas razones», apostilló Moreno. La idea es un hilo que cose el discurso del Partido Popular sin que ello represente una enmienda a Pablo Casado y su mensaje como alternativa a Pedro Sánchez. ¿Feijóo debería ir a Madrid?, le preguntaron a Moreno Bonilla: «Está bien donde está ahora mismo, donde quieren los gallegos que esté, que es en Galicia», replicó sin ambages. Los barones ensalzaron la figura de Feijóo y lo que representa dentro del partido, pero sin segundas intenciones ni lecturas conspirativas. «Eres un faro para toda España», apostilló Díaz Ayuso, «créeme que los demás presidentes te envidiamos».
Fue un frase repetida por el manchego Paco Núñez o el murciano López Miras. «Eres un lujo para el PP de Galicia y de toda España», reiteró por su parte el castellano leonés Fernández Mañueco. «Representas mejor que nadie la España de las autonomías», dijo este último, «siempre guiado por la moderación», y demostrando «exigencia, contundencia desde moderación». Abrazado a la presidenta madrileña y ante la mirada cómplice del resto de líderes regionales, Feijóo proclamó que «todos somos el Partido Popular de España, este es un partido unido y diverso porque España es una nación diversa». Flanqueado por sus compañeros, bromeó: «No soy Luis Enrique, pero esta es una gran selección».
Sobre todo los barones respaldaron ayer con sus gestos y palabras las formas de un PP gallego que en ocasiones marca perfil propio dentro de la homogeneidad en la que la dirección de Génova se encuentra más cómoda. Hasta el punto de que el equipo de Pablo Casado no escondió su malestar por un congreso que no sigue a rajatabla el guión nacional al adelantarse a los cónclaves provinciales -Galicia los pospuso al otoño-, a pesar de que este cambio estaba así pactado con la dirección del PP gallego. Es, sin duda, el brazo del partido que goza de mayor autonomía discursiva y organizativa, refrendada por las urnas. Y otros territorios, igualmente avalados por sus resultados electorales, quieren replicar el modelo.
La primera jornada de este congreso, con presencias más propias de una convención nacional, evidenció que las diferencias entre Génova y sus barones han quedado aparcadas. Se ha entendido que la colaboración entre las partes, lejos de debilitar la figura de Pablo Casado, refuerza su proyecto. Eso, sumado a la evidencia de que políticos como Díaz Ayuso, Moreno o el propio Feijóo no son silenciables ni enmendables.
Relajar tensiones
El mensaje de Génova, transmitido ayer por el secretario general del PP, Teodoro García Egea, es de comprensión, de asunción de esa multiplicidad de enfoques, de compartir la escena sin miedo a ceder protagonismo. «Feijóo antepone siempre Galicia al PP», subrayó en una de las primera intervenciones del congreso, «y esa es una idea que yo repito» porque «es la mejor forma de ser del PP». «Si a don Manuel [Fraga] le cabía el Estado en la cabeza, Alberto Núñez Feijóo lleva a Galicia en su corazón», glosó.
«Esta no es solo la cuna y parte fundamental de nuestra historia como partido», reconoció, «Galicia es mucho más, sois un ejemplo de partido y de gobierno». Pablo Casado ya estaba ayer en Galicia, pero sin embargo dejó que sus barones ocuparan el primer plano. Se reunió con ellos para cenar, con Feijóo como anfitrión. Y hoy tomará la palabra cerrando el congreso gallego, junto al propio Feijóo, el alcalde madrileño Martínez-Almeida y Mariano Rajoy, que reaparecerá una vez más en Galicia, partido que hoy lo nombrará presidente de honor.
Casado es consciente de que el escenario que propician Feijóo y el PP gallego es el de exhibición de alternativa frente a un Sánchez que hace siete días planteó una profunda censura a su gestión con la sustitución de siete integrantes del Consejo de Ministros, entre ellos sus más próximos colaboradores, en una crisis de gobierno sin precedentes.
García Egea se refirió a esta cuestión, asegurando que «Sánchez está atemorizado por las encuestas», y por eso, «ha ido a buscar culpables y los ha purgado». «Es un esfuerzo inútil porque los ciudadanos saben que el caos en que vive España es culpa de Sánchez», y ahora «hasta el Tribunal Constitucional les ha dicho que el diseño jurídico para luchar contra la pandemia ha sido un fracaso», y como consecuencia de todo ello, «hoy las Comunidades Autónomas no tienen armas para luchar contra el virus».
En esta coyuntura, García Egea sentenció que «la cuenta atrás de Sánchez ha empezado y solo Pablo Casado puede vencer a Sánchez en las urnas». «La ola del cambio político ha empezado, es imparable, estamos preparados para gobernar».