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El PP gana en Castilla y León pero necesitará pactar con Vox para gobernar, con el 99% escrutado

Con el 99,02 por ciento escrutado, el PP habría ganado las elecciones autonómicas en Castilla y León con 31 escaños solo dos más, y sin alcanzar mayoría absoluta por lo que necesitará pactar con otras formaciones para que el actual presidente de la Junta, Alfonso Fernández Mañueco, vuelva a ser investido presidente.

La cita, en cambio, fortalece a Vox, su gran rival, que se convierte en la única opción de los populares para alcanzar la mayoría absoluta y gobernar. El partido de Santiago Abascal es el gran ganador de la noche al dispararse y pasar de un escaño a 13. Además de ser decisivo para la gobernabilidad de la región, esta formación se convierte en la tercera fuerza política de Castilla y León, sustituyendo en esta posición a Ciudadanos. Los populares, por tanto, tendrán muy complicado negar a Vox el mismo peso que tenía la formación naranja en el gobierno regional.

La suma de PP y Vox alcanzaría los 44 diputados regionales, tres por encima de los 41 que marcan la mayoría absoluta. Abascal ha puesto precio a su apoyo y ha señalado a su candidato Juan García-Gallardo como próximo vicepresidente de la Junta. Será la primera vez que el grupo de Abascal entre en un gobierno ya que hasta el momento ha venido apoyando a los candidatos populares desde fuera.

Los populares avanzarían así dos escaños frente a los 29 escaños de la convocatoria de 2019, y superando en otros cuatro escaños al candidato socialista y anterior ganador de las elecciones en esta comunidad, Luis Tudanca, que se queda con 28. Los socialistas resbalan así de posición y se colocan como segunda fuerza política de la región, al dejarse siete escaños, frente a los 35 obtenidos en la última cita.

Unidas Podemos, sigue a la baja

Unidas Podemos, por su parte, vuelve a confirmar su tendencia a la baja en una contienda en la que la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, no ha querido exponerse y solo ha participado en un mitin. La formación morada pierde un escaño de los dos que tenía y resbala hasta la sexta posición desde la cuarta que ocupaba hasta ahora.

Los comicios de Castilla y León dan así continuidad a los fuertes retrocesos encajados por esta formación en Galicia y País Vasco en 2020, convirtiendo los comicios catalanes y madrileños como un mero paréntesis en el fuerte desgaste de esta formación, que sigue sin lograr sacar rédito de su presencia en el Gobierno central.

Podemos obtiene el mismo resultado que Ciudadanos, que encadena un nuevo desplome electoral y logra un escaño frente a los 12 que ostentaba. La formación naranja no solo pierde su posición como socio de los populares en el gobierno de la región sino que su posición se convierte en irrelevante para la gobernabilidad, como sucedió en Madrid.

En cuanto a las fuerzas de la España Vaciada, logran siete escaños que se reparten en tres diputados para Unión del Pueblo Leonés, que sube dos; tres escaños para Soria Ya, que no tenía representación y se convierte en la fuerza más votada de esta provincia; y uno para Por Ávila que repite resultado. La plataforma política no logra representación en Salamanca, Palencia, Valladolid y Burgos en su estreno. No obstante, la convocatoria electoral le sorprendió con el proyecto político por hacer en la mayoría de las provincias.

En términos de bloques, el de la derecha alcanza los 45 diputados regionales sumando PP, Vox y Ciudadanos; casi el doble de los 29 que suman en la izquierda PSOE y Podemos.

El presidente del PP, Pablo Casado, y el secretario general del partido, Teodoro García Egea, han acudido a Génova esta tarde para seguir el escrutinio junto a otros miembros de la dirección nacional. Fuentes de la formación ponen el acento en que la tendencia política se mantiene a su favor al lograr una nueva victoria electoral. «Misión cumplida», destacan.

El PP intenta minimizar daños

Sin embargo, éste no era el resultado que el PP perseguía al convocar esta cita. Génova aspiraba a alcanzar una mayoría absoluta que restara peso interno a la victoria que la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, obtuvo el pasado mes de mayo y que lanzara la proyección de Casado de cara a las próximas elecciones generales bajo la fortaleza de la marca PP.

El resultado no logra la meta fijada y evidencia que las dos mayorías absolutas con las que el PP gobierna en autonomías, Galicia y Madrid, no son fruto de la fortaleza de la marca sino de los liderazgos personales que existen en esas regiones -Ayuso en Madrid y Alberto Núñez Feijóo en Galicia-.

Los populares encajan un segundo revés al verse obligados a cambiar su alianza con Ciudadanos por un pacto con Vox. Una modificación que moverá su imagen hacia la extrema derecha y que puede perjudicar su estrategia en las próximas citas electorales, generales incluidas. No en vano, el partido de Abascal ha advertido que exigirá entrar en el gobierno de Castilla y León para apoyar la investidura de Fernández Mañueco, con la mirada puesta, precisamente, en tener experiencia de gestión para las próximas generales.

En esta idea han incidido precisamente los socialistas. Fuentes de Ferraz aseguraban que la «decepción» no es que su candidato haya perdido siete escaños y haya resbalado hasta la segunda posición después de haber ganado en 2019 sino que el PP «cambia de socio para peor». Aún así, Casado ha señalado en Twitter que la victoria en Castilla y León confirma que «el cambio de ciclo en España es imparable». Tudanca, por su parte, se ha salido de la versión de Ferraz y ha admitido que el resultado obtenido «queda lejos» del objetivo que tenían los socialistas.

El jefe del Gobierno, Pedro Sánchez, está siguiendo la noche electoral desde Moncloa y no prevé trasladarse a Ferraz. Al cuartel general de los socialistas sí ha acudido la vicesecretaria general, Adriana Lastra, el secretario de Organización, Santos Cerdán, y el secretario de Acción Electoral, Javier Izquierdo. También se han trasladado allí el ministro de la Presidencia, Félix Bolaños, y la ministra de Hacienda, María Jesús Montero.

En cambio, el presidente de Vox, Santiago Abascal, quiso trasladarse a Valladolid y siguió la noche desde el hotel Santa Ana.

 

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