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El PP se dispara y se coloca a solo dos escaños de la mayoría absoluta en Andalucía

Con 53 escaños, trece más que toda la izquierda junta, podría gobernar en solitario sin incorporar a Vox

 

El PP se encuentra al borde de lograr la mayoría absoluta en las elecciones andaluzas del próximo domingo 19 de junio. Tan sólo dos escaños le separan de tan ambicionada cima, según una encuesta realizada por GAD3 para ABC a diez días de las votaciones. El tirón electoral del actual presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno, se traduciría en 53 escaños y un 41,2% de los sufragios. La campaña personalista que ha ideado, con todos los focos puestos sobre el candidato más allá de las siglas, le habría servido para aventajar en más de 15 puntos a su principal rival. Ni cambiando de cabeza de cartel, el PSOE consigue remontar y recuperar la confianza perdida de los andaluces.

El umbral de la mayoría absoluta está en los 55 diputados en un Parlamento con 109 asientos. De celebrarse hoy las elecciones, el PP sacaría más del doble de los diputados que en los anteriores comicios del 2 de diciembre de 2018 (26 representantes y el 20,8% de apoyos), en los que Susana Díaz se llevó la victoria, pero sacó los peores resultados de la historia para su partido. Por primera vez las derechas (PP, Ciudadanos y Vox) sumaban más que las izquierdas, lo que provocó que los socialistas fueran desalojados del Palacio de San Telmo, la sede de la Presidencia autonómica, donde habían estado cómodamente instalados durante casi 37 años consecutivos desde la Transición.

Ahora, los conservadores no sólo vencerían en las urnas –y por primera vez lo harían en las ocho provincias andaluzas–, sino que incluso batirían la marca de 50 escaños que logró Javier Arenas en las autonómicas de 2012, la única vez que los populares han ganado en Andalucía, un territorio tradicionalmente hostil a la derecha.

La gran amenaza de la jornada electoral bajo el azote del calor es la desmovilización. GAD3 ha realizado su predicción de voto sobre una participación estimada del 64%. En 2018, se situó en un 58,7% y fue atípicamente baja. Entonces, el PSOE perdió 400.389 papeletas porque muchos de sus potenciales votantes se quedaron en casa. Los andaluces parecen haber actuado con más previsión ahora: el voto por correo se ha disparado un 98%.

Ciudadanos, del ‘sorpasso’ a la debacle

Después de tres años y medio de gestión compartida con Cs, el PP miraría al PSOE empequeñecido desde el retrovisor y se comería electoralmente a su socio de Gobierno. El vicepresidente de la Junta y candidato del partido liberal, Juan Marín, protagonizaría la debacle del 19-J al quedarse fuera de la Cámara con sólo el 2,2% de las papeletas, según la encuesta de GAD3. Sería un epílogo dramático para Cs. Pasaría de aspirar a adelantar al PP en 2018, cuando alcanzó los 21 escaños, a caer en la irrelevancia política, aun habiendo manejado carteras notables con cuantioso presupuesto, como Educación, Empleo, Políticas Sociales o Turismo.

El escenario que dibuja el sondeo, basado en mil entrevistas realizadas entre el 7 y 9 de junio, representa un vuelco histórico. Moreno, que ha cultivado un discurso moderado y transversal durante su mandato y en la campaña, habría roto por completo con la desconfianza que aún suscitaba el PP en el electorado andaluz más inclinado hacia posiciones de centro-izquierda.

La cosecha debería bastarle al PP para gobernar en solitario al rozar con los dedos la mayoría absoluta. Su candidato no ha dejado de reclamar a los andaluces una mayoría amplia para mandar sin ataduras y no depender de Vox. En su afán de convertirse en la gran referencia del centro-derecha, Moreno no ha dudado en presentarse como un dique de contención para evitar que los diputados de Santiago Abascal entren en su hipotético Gobierno.

Moreno habría alcanzado su objetivo de concentrar por sí solo más escaños que toda la izquierda junta. El PSOE sacaría 33; Por Andalucía, 4, y Adelante Andalucía, 3. En total, 40 diputados. Al presidente le bastaría con que los 16 diputados (14,1% de sufragios) que obtendría la candidata de Vox, Macarena Olona, se abstuvieran y no hicieran ‘pinza’ con la izquierda para bloquear su investidura. Olona mejora los resultados del juez Francisco Serrano en 2018, cuando Vox se estrenó en la Cámara con 12 asientos y el 11% de los votos. Sin embargo, no alcanzaría los 20 escaños que les auguraba el CIS de José Félix Tezanos. Corre el riesgo de no cumplir las expectativas generadas. Abascal se ha tomado la entrada en el Gobierno andaluz como un peldaño más en su carrera para editar un pacto a nivel nacional con el PP de Alberto Núñez Feijóo.

Normalizada la alternancia política en Andalucía, el PSOE, con el exalcalde de Sevilla Juan Espadas como cabeza de cartel –un desconocido para buena parte del electorado–, registraría un ligero retroceso en sufragios que no le restaría escaños. La explicación a esta paradoja está en el sistema de cálculo proporcional de la Ley D’Hondt, que hace que esa cantidad de votos sin traducción parlamentaria acabe en la cesta de las listas con más respaldo. Lo mismo ocurre con ‘Jaén Merece Más’. La nueva marca electoral de la Andalucía vaciada no sacaría acta por esta provincia, con el 0,2% de los votos que arroja el sondeo electoral. En las circunscripciones menos pobladas se necesita al menos un 7% para obtener representación.

Izquierda dividida

La amalgama de formaciones a la izquierda del PSOE pagan muy caras su fragmentación y las disputas internas antes y durante la elaboración de las listas electorales, aunque en su caso el voto no está tan decantado como en el bloque de la derecha.

Según el retrato demoscópico que ofrece la consultora que preside Narciso Michavila, Por Andalucía, la marca que aglutina a Izquierda Unida, Más País y Podemos, entre otros, sólo sacaría cuatro escaños, un resultado muy pobre para la plataforma que abandera la vicepresidenta segunda del Gobierno y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz. Adelante Andalucía, la formación nacionalista de Teresa Rodríguez, podría mejorar su cosecha y arañar tres escaños. Pero no igualan los 17 escaños de 2018, cuando concurrieron juntos. Un PSOE estancado, con una izquierda atomizada, no tendría ninguna opción de recuperar la Junta.

 

 

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