El Congreso dice «sí» a la coalición de Sánchez e Iglesias dependiente de Junqueras
ERC se crece ante la debilidad del nuevo Gobierno e insulta a los socialistas durante el debate
El gobierno de coalición encabezado por los líderes de PSOE, Pedro Sánchez, y Unidas Podemos, Pablo Iglesias, y soportado por el presidente de ERC, Oriol Junqueras, inicia su andadura.
El Pleno del Congreso de los Diputados ha decidido investir este martes al candidato socialista por mayoría simple, sin sorpresas, con 167 votos a favor (PSOE, Podemos, PNV, Más País, Teruel Existe, BNG, Compromís y NC), 165 escaños en contra (PP, Vox, Cs, JxCat, CUP, Navarra Suma, PRC y CC) y 18 abstenciones (ERC, BNG).
El resultado de la votación arroja una pírrica mayoría -tan solo dos votos más a favor que en contra- apoyada en la friolera de diez partidos lo que abre las dudas sobre la inestabilidad del nuevo Gobierno y su capacidad para llevar a término una legislatura que apunta, además, con convertirse en la más bronca de los últimos años.
Y es que fue el propio Sánchez quien decidió repetir las elecciones con el ya famoso argumento de que no podría dormir si Iglesias se sentara en el Consejo de Ministros, y con el razonamiento de que el Gobierno de España no debe depender del independentismo.
El comunismo entra en La Moncloa
Tras cinco votaciones de investidura fallidas, Sánchez logra así convertirse en presidente del Gobierno por primera vez por el trámite ordinario ya que cuando La Moncloa en junio de 2018 lo hizo mediante una moción de censura.
La presidenta del Congreso, Meritxell Batet, acudirá a las 17:30 horas de esta tarde a La Zarzuela para comunicar al Rey el resultado de la votación. Una vez que el Boletín Oficial del Estado publique mañana la superación de la investidura, Sánchez podrá jurar su cargo ante el Monarca. Tras él, podrán hacerlo los ministros del nuevo gabinete, entre los que se encontrarán, por primera vez, comunistas y republicanos.
Entre los nombres ya confirmados del nuevo Gobierno se encuentran el de Iglesias como vicepresidente, junto a la hasta ahora portavoz de Unidas Podemos, Irene Montero, como ministra de Igualdad; el coordinador de IU, Alberto Garzón, como ministro de Consumo; la diputada también comunista, Yolanda Díaz, como ministra de Trabajo; o el sociólogo catalán Manuel Castells como ministro de Universidades.
Sánchez, por su parte, mantendrá a Carmen Calvo como vicepresidenta y prometió antes del 10-N elevar a esta categoría a la titular de Economía, Nadia Calviño. Entre los ministros con más posibilidades de repetir en el nuevo gabinete suenan los titulares de Fomento, José Luis Ábalos; Interior, Fernando Grande Marlaska; Hacienda, María Jesus Montero; o Educación, Isabel Celaá, aunque ésta podría perder la portavocía del Gobierno.
Fuentes socialistas insisten en que el nuevo Ejecutivo iniciará su labor con rapidez y que entre los primeros proyectos estarán los nuevos Presupuestos del Estado pero también la subida del salario mínimo interprofesional. Para sacar ambos adelante necesitará repetir las alianzas de hoy.
Sánchez hace esperar a Casado
Tras conocer el resultado de la votación, el bloque de la izquierda ha estallado en aplausos a los que han seguido cánticos de «sí se puede» desde la bancada de Unidas Podemos cuyo líder, Pablo Igleisas, ha terminado llorando.
Tanto el presidente del PP, Pablo Casado, como la portavoz de Cs, Inés Arrimadas, se han dirigido hasta el escaño de Sánchez para darle la enhorabuena, aunque el líder socialista les ha mantenido varios segundos a la espera antes de estrecharles la mano.
Como ya hizo tras la moción de censura, el líder socialista ha saludado uno a uno a todos los diputados de su bancada después de una tensa votación sobre la que sobrevolaba el temor a que algún diputado del «sí» pudiera cambiar su voto al «no». Tanto la portavoz socialista, Adriana Lastra, como su homóloga, en Unidas Podemos, Irene Montero, han ido apuntando el sentido del voto de cada uno de sus diputados durante el proceso.
El PSOE vuelve a callar
La segunda votación de investidura ha estado precedida de un tenso debate en el que Sánchez ha vuelto a buscar la confrontación con la derecha como ya hiciera el pasado sábado, y en el que ERC se ha crecido aún más llegando a atreverse a insultar a la bancada socialista, dando prueba de la debilidad del nuevo Gobierno frente al secesionismo catalán.
No ha sido Gabriel Rufián el que ha intervenido en nombre del grupo independentista sino la diputada Montserrat Bassa para «dar voz a los presos» del procès. «Nos seguiremos movilizando porque no solo los jueces: ustedes también son verdugos porque está en sus manos cambiar las leyes», ha cargado Bassa.
Por si a algún socialista le quedaba la duda, la hermana de la exconsejera catalana Dolors Bassa (en prisión) ha advertido que le «importa un comino la gobernabilidad de España» y que la abstención de su partido solo persigue caminar hacia «la república catalana independiente». Sánchez bajó la cabeza.
También EH Bildu ha buscado la provocación, como ya hiciera el domingo. «Ni nos vencieron, ni nos domesticaron» espetó el diputado independentista Óskar Matute a la bancad del PP antes de reivindicar la máxima zapatista de que «el pueblo manda y el gobierno, obedece».
No le escucharon Abascal ni los compañeros de bancada de éste, que abandonaron el pleno cuando el político vasco tomó la palabra. Durante la intervención del líder de Vox fueron los parlamentarios de JxCat quienes salieron del hemiciclo.
El PSOE respondió a las provocaciones con silencio. Lastra cargó contra los líderes del PP, Pablo Casado, y Vox, Santiago Abascal, durante su intervención, pero no dirigió ninguna crítica ni siquiera puntualización a Bassa ni Matute.
«Hombre de paja», para Casado
Desde la tribuna de oradores, Casado dibujó a Sánchez como el «hombre de paja del nacionalismo» indepentismo y le acusó ade desertar de sus obligaciones constitucionales.
«Nos trae a sus socios sin dar una sola explicación por su engaño masivo a los votantes españoles. Mintió sabiendo que si decía la verdad perdería las elecciones. Ése es el estigma con el que nace el Gobierno contra España, el más radical de nuestra historia», cargó.
En la misma línea, el líder de Vox, Santiago Abascal, dijo ver al nuevo ejecutivo arrodillado ante el independentismo lo tildó de «ilegítimo» y lo enclavó como fruto «de la mentira y la traición».
Reforma electoral
El líder socialista ha utilizado su última intervención antes de la votación para anunciar que buscará de manera inmediata una reforma electoral que impida nuevas situaciones de bloqueo político en el futuro.
Durante el debate electoral previo a los comicios del 10 de noviembre, Sánchez ya anunció su intención de promover un cambio legal que permitiera al candidato más votado resultar investido en caso de bloqueo. Un movimiento con el que el PP se mostró de acuerdo el pasado mes de diciembre durante la conmemoración del aniversario de la Constitución.
A vueltas con el Rey
El Rey ha vuelto a convertirse en uno de los focos del debate después de que tanto el líder del PP, Pablo Casado, como el de Vox, Santiago Abascal, aprovecharan su turno de intervención para salir en su defensa tras el ataque lanzado el pasado domingo por la portavoz de Bildu, Mertxe Aizpurua, ante el permiso tanto de Batet como de Sánchez.
Iglesias ha replicado a Casado y Abascal acusándoles de ser la mayor amenaza para la Monarquía española, mientras el portavoz del PNV, Aitor Esteban, subrayó que el hemiciclo debe seguir albergando y tolerando intervenciones como la de Aizpurua.
Oramas: gran discurso, cero aplausos
La portavoz de Coalición Canarias, Ana Oramas, ha vuelto a convertirse en otra de las caras del debate a mantener su «no» a Sánchez contra del criterio de la ejecutiva de su partido.
Visiblemente emocionada, la política canaria ha arrancado su intervención pidiendo disculpas a su formación por no haberle comunicado de manera previa que no asumiría la orden de votar «abstención», y ha llamado a la reflexión a ambos bloques, derecha e izquierda, a los que ha pedido dejar atrás la crispación y la confrontación.
«Los que hoy me dicen valiente son los que hace una semana me llamaban de todo. Ni soy una facha ni esta gente del PSOE está con los terroristas. ¿Qué está pasando? No podemos contribuir a esto», ha advertido. Pese a la coherencia de su intervención, ningún diputado le ha aplaudido.
Azaña sobrevuela el debate
Durante su intervención, Sánchez rescató una cita del presidente de la Segunda República, Manuel Azaña, para atacar a la derecha. Pero la estrategia se le volvió en contra ya que tanto Casado, como Abascal y Arrimadas rescataron frases de este líder socialista para atacar a Sánchez. «Permito, admito que no os importe la República, pero no que no os importe España», le espetó Abascal.
Errejón e Iglesias vuelven a darse la mano
El debate de este martes sirvió la imagen de una pretendida reconciliación ante las cámaras, la del fundador de Más País, Íñigo Errejón, con su antes amigo Pablo Iglesias. El primero felicitó al segundo desde la tribuna de oradores por su entrada en el gobierno y éste le tendió la mano cuando paso por su escaño.
Lágrimas
Los nervios y la emoción han estado a flor de piel durante toda la sesión en la que tanto Lastra como la portavoz de Coalición Canaria, Ana Oramas, han concluido sus intervenciones al borde de las lágrimas.
No obstante, ha sido en la bancada de Unidas Podemos donde se han visto más llantos ya que al de Iglesias hay que sumar el de la diputada de En Comú Podem, Aina Vidal, que ha acudido a la votación pese a encontrarse gravemente enferma y ha sido aplaudida por ello no solo por sus compañeros de grupo, sino también por los socialistas, populares y los diputados de Ciudadanos. Al término de la votación el líder de Podemos le ha entregado un ramo de flores disparando la emoción de su grupo.