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El próximo Presidente, 17 razones para considerar el voto

 

 

Estamos al día de hoy a cinco días de la elección del Presidente de la República, sus vicepresidentes y los 57 diputados.  Como todas la elecciones no es un día cualquiera. Es el día más importante del ejercicio de derechos políticos, de derechos ciudadanos, de ejercicio del sufragio, que en Costa Rica tiene una tradición histórica desde que se procedió a la elección del diputado Florencio del Castillo, para representarnos en las Cortes de Cádiz.

Ciertamente, desde ese momento, aún bajo la dominación española, y luego, desde los días de Independencia, el proceso electoral se fue perfeccionando hasta hoy, que lo hemos llevado a amplios sectores de la población, prácticamente a todos los mayores de 18 años, que se consideran ciudadanos, que para estas elecciones suman poco más de 3.200.000 electores.

Lo hemos perfeccionado en el curso histórico para que todos los ciudadanos sin distinción alguna económica, racial, religiosa, de sexo, económica o política, hoy puedan ejercer este sagrado Derecho de Elegir y de ser Electos.

Lo que suceda el próximo domingo 4 de febrero es un evento más de la afirmación democrática de nuestra sociedad, de la madurez cívica y ciudadana que hemos logrado desarrollar, en que con tranquilidad y confianza en el sistema electoral, en sus autoridades administrativas, organizativas y declarativas, en la noche de ese día domingo podemos acostarnos sabiendo que todo el proceso electoral ha transcurrido en paz, sin alteraciones, y con seguridad de saber, provisionalmente, alrededor de las 10 de la noche, de si tenemos Presidente electo, o si se irá a una segunda vuelta.

En cualquiera de los dos escenarios, que salga Presidente ese mismo día o se vaya a una segunda vuelta, lo concreto es que el pueblo electoral costarricense se pronunció el 4 de febrero, y que aceptaremos su resultado, hayamos votado o no por el que resulte triunfador, o por los que resulten con pase a la segunda vuelta.

En todos los procesos electorales, desde 1953, y que yo recuerdo desde 1958, al día siguiente de las elecciones la vida nacional transcurre tan normal como si el día anterior no hubiera ocurrido gran cosa.

Los Presidentes electos acostumbraban ir al Palco de Radio Monumental, en la Avenida Central, a recibir a los ciudadanos, e improvisar un primer discurso, ya como Presidente electo, de plaza pública desde ese balcón, y algunos se trasladaban a visitar la Virgen de los Ángeles, la Patrona Nacional, en la Basílica de Cartago, en agradecimiento espiritual, por sus convicciones religiosas cristianas de tradición católica.

Inmediatamente, también se iniciaban esos mismos días siguientes al resultado provisional de elecciones reuniones del Presidente ganador, para empezar a formar su gabinete y  a establecer relaciones con los otros partidos políticos, especialmente aquellos que habían elegido diputados, para iniciar conversaciones y coordinar posibles proyectos de ley a ejecutar y discutir a partir de mayo.

En esta campaña electoral, primero Rodolfo Piza, y luego otros candidatos, señalaron que integrarían un Gobierno de Unidad Nacional, para lo cual contemplarían llevar en su Gabinete miembros o personas destacadas de otros partidos, o de sectores económicos, políticos y sociales del país que consideraran, para pedirles su colaboración en este esfuerzo de unidad nacional.

Si hay una segunda vuelta, más urgente se volvería para los partidos y candidatos que vayan a ella, sobre todo si se han comprometido en esto, la integración posible de ese gabinete antes de que se realice la votación el Domingo de Resurrección, o del primer domingo de abril, para lo cual estaría fechado el día de votación entre los dos candidatos que vaya a disputar la Presidencia de la República. Ya estarán electos los diputados, que sí resultarán escogidos el próximo domingo. Esto pondría ante los electores de la segunda vuelta a optar entre posibles equipos de gobierno. Si así llegare a suceder esto sería totalmente nuevo en nuestro proceso electoral y vida democrática. No se ha dado esta situación desde 1953.

En este sentido hay que esperar el resultado que tendremos el próximo domingo.

¿Cómo escoger el candidato presidencial? Sin lugar a dudas, cada persona tendrá sus propias valoraciones.

Me parece que se escogerá candidato para darle el voto en razón, entre otros aspectos, de los siguientes elementos, valores y situaciones:

1.- Su persona, sus cualidades profesionales, personales, familiares, laborales, que ha exhibido para conocimiento de sus electores.

 

2.- Su personalidad, la que ha demostrado durante toda la campaña y durante los últimos debates, donde posiblemente ha mostrado su carácter, su templanza, su voluntad, su firmeza, su seguridad, su carisma, sus cualidades de liderazgo.

 

3.- Su mayor conocimiento de los problemas del país y sus posibles soluciones a los mismos, el dominio informativo de estas temáticas.

 

4.- Su paso por la función pública, política e institucional y su experiencia en este sentido.

 

5.- Su buena fama de no haberse visto involucrado, de ninguna manera, en escándalos, denuncias o situaciones que pudieran manchar su expediente de vida pública, y también privada, así como su honradez pública conocida.

 

6.- Se puede escoger el candidato y votarle por la tradición familiar de sufragar por un partido político, aunque pareciera que cada vez pesa menos este elemento. Las encuestas han valorado la figura presidencial y a los partidos en su apoyo o intención de voto. En este sentido prácticamente todos los partidos con candidatos presidenciales tienen más de un proceso electoral en su historia, pesando más fuertemente en ellos aquellos que han sido partidos gobernantes, o que responden a la imagen de ciertos líderes históricos de sus partidos, o de los fundadores de sus partidos, como los partidos Liberación Nacional, la Unidad Social Cristiana y el mismo Acción Ciudadana. En esta ocasión, por el desempeño mal percibido del gobierno de Acción Ciudadana, hay un celo entre los electores de considerar una improvisación nuevamente de otro partido, que no haya gobernado, al ejercicio del Poder Ejecutivo.

 

7.- Se puede escoger candidato por afinidad teórico política, o ideológica, siguiendo corrientes de pensamientos: socialcristianos, socialdemócratas, socialistas. No hay otras expuestas en el escenario electoral, aunque estas corrientes  no hayan sido temas sobresalientes de la campaña electoral, ni los candidatos hayan enfatizado este aspecto, excepto el del Partido de los Trabajadores, John Vega, en su posición socialista.

 

8.- Se puede escoger candidato siguiendo criterios de progresismo o conservadurismo, lo que está definido por la discusión de ciertos temas que se han introducido en la campaña electoral. En este sentido los partidos “progresistas” se reducen, en el plano de la elección presidencial, a tres: el Frente Amplio, el Partido de los Trabajadores, el que tiene, a mi modo de ver, el planteamiento más radical de carácter socialista, y el Partido Acción Ciudadana, al que por temor a los partidos evangélicos se le han ido “sumando votos” de “progresistas” de otros partidos, especialmente arrancándole votos al Frente Amplio. El resto disputa matices de conservadurismo, donde no se produce un transfuguismo dramático de electores.

 

9.- No se ha planteado en la campaña electoral un escenario de izquierdas y derechas, ni de Socialismo vs. Capitalismo, ni de una arremetida contra el modelo neoliberal imperante desde el punto de vista económico. Lo más cercano a esto lo ha hecho sostenidamente el planteamiento del Partido de los Trabajadores.

 

10.- No se ha hecho de la campaña electoral tampoco un escenario de jóvenes contra viejos, de juventud contra personas mayores, de millennials vs. el resto de la sociedad. Al fin y al cabo, la población mayor de 40 años significa el 60% de la votación, y los nuevos votantes, los que votan primera vez, son menos de 200.000. Todos los electores, a partir de los 22 años al menos, han votado una vez y todos los menores de 40 han votado por lo menos 4 o 5 veces.

 

11.- Los grandes temas de discusión nacional apenas se han abordado muy tangencialmente. Los encuentros de candidatos programados no permiten debates, tan solo exposiciones muy sucintas  de algunos de  sus planteamientos y soluciones, o de manifestar algunas de las acciones que podrían impulsar.

 

12.-Al día de hoy, miércoles, a cinco días del día de elección, pareciera que el número de abstencionistas se va a reducir. Hoy se publicarán las últimas encuestas que todavía no conozco. Aún no sabemos cuanto, pero eso es lo que parece. De ser así, probablemente afecte más a los partidos tradicionales que han gobernado, que a los nuevos que no han ejercido Gobierno. Y dentro de esos el más perjudicado podría ser Liberación Nacional, y los más beneficiados podrían ser Integración Nacional, Acción Ciudadana y las que se presentan como nuevas opciones como Nueva Generación y el Republicano. Del mismo modo, si el abstencionismo tiende a subir los mayores beneficiados son Liberación Nacional y la Unidad Social Cristiana.

 

13.- Los temas morales que se han puesto en la discusión  como temas principales durante muchos días, convoca a los electores por sus creencias cristianas, fragmentados en dos grandes bandos, los evangélicos y protestantes, de nuevas iglesias y de las Mega Iglesias, y a los cristianos católicos, que se ven arrastrados a esas tiendas electorales sin mucha capacidad de decidir e incidir con el riesgo que para el catolicismo signifique la posible llegada de un líder cristiano evangélico  de estas iglesias anticatólicas, o lo que es igual, que un evangélico que representa un 28% de la población religiosa de tradición cristiana no católica, dirija un país de 72% de población con tradición católica.

 

14.- Si se parte del proceso histórico que se ha construido hay que entender que hemos evolucionado y crecido de lo menor a lo mayor, de la discriminación, exclusión y marginación a espacios cada vez más amplios de participación y de democracia, de la restricción de libertades y derechos a la ampliación de las libertades y derechos, del no reconocimiento de libertades y derechos al reconocimiento de libertades y derechos, de la inexistencia de libertades y derechos a la promulgación de esas libertades y derechos. En este sentido podemos valorar cuales partidos y cuales candidatos ofrecen continuar este desarrollo, cuales partidos y candidatos ofrecen y garantizan este avance de la democracia costarricense donde se goce de mayor igualdad, de mayor democracia, de mayor plenitud de libertades y derechos y de mayor equidad social, y cuales partidos y candidatos se perciban como amenazas a esta evolución democrática.

 

15.- Probablemente influirá el día de las elecciones, el domingo próximo, la capacidad organizativa de los partidos para movilizar su gente, para participar en el propio proceso electoral hacia y desde los sitios de votación. Aquí, sin lugar a dudas tienen ventaja aquellos partidos como la Unidad Social Cristiana, Acción Ciudadana y Liberación Nacional, que inscribieron respectivamente 12.000, 10.000 y 7.000 miembros de mesa, lo que significa seguramente un apoyo similar fuera de las mesas. Pero, también, para los partidos de tradición cristiana evangélica no católica, posiblemente influyan ese día los más de 3.000 templos religiosos que tienen y la Alianza Evangélica Nacional, alrededor de la cual se organizan, para llamar a sus miembros y contribuyentes económicos  a ir a votar por sus tiendas, y probablemente por su principal candidato. La Iglesia Católica desde sus púlpitos no alcanza esta magnitud, además de que ha girado instrucciones públicas de que los sacerdotes no influyan directamente en la conciencia de los electores, sin poder competir con los pastores, líderes y agitadores evangélicos y protestantes de las mega iglesias y las iglesias de garaje que tienen, muchas veces, como clubes de recaudación de diezmos.

 

16.- Siguen pesando en el resultado electoral varios cantones que concentran la mayor cantidad de votantes, así como la Gran Área Metropolitana, por su concentración de población, pero la periferia y las zonas rurales no se pueden descuidar de la atención electoral, porque también suman a los votos presidenciales y eligen diputados.

 

17.- En el movimiento de las encuestas los tradicionales abstencionistas o indecisos parecieran moverse hacia las nuevas opciones no tradicionales, buscando parar el posible ascenso del Partido Restauración Nacional, de Fabricio Alvarado, y hacia aquellos partidos que también pueden disputarle el triunfo y la posibilidad de ir en una segunda vuelta, la Unidad Social Cristiana, Liberación Nacional, Integración Nacional y el mismo Acción Ciudadana.

 

Finalmente, la decisión que cada quien tome debe hacerse sobre la mejor valoración que cada quien haga, sobre estos elementos, o sobre otros, pensando en que el escogido es el mejor de todos los candidatos, de todas las opciones programáticas que se presentan o que representan. De esta manera nadie pierde en su decisión. Así por ejemplo, si yo escojo un candidato presidencial para darle el voto, y se lo doy, y al resultado no resultó ganador, no debo pensar que perdí. Puedo pensar que los otros votantes perdieron porque no votaron por el que yo consideraba mejor. De esta manera, si así pensáramos todos, todos ganamos, pero más gana con ello Costa Rica, su proceso electoral, su régimen democrático.

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