El PSOE pierde más votos en favor del PP que de toda la izquierda
Moreno ganaría (45-47 diputados), pero necesitará a Vox (17-18) para alcanzar la mayoría absoluta. Espadas (31-33) se afianza en el «suelo» de Susana Díaz
La campaña electoral en Andalucía coge vuelo y las encuestas proyectan de manera unánime una foto fija que sitúa al PP en cabeza, a una distancia de diez puntos de su inmediato perseguidor, el PSOE. La clave, por tanto, parece no residir tanto en quién va a ganar, sino en cómo va a ser esa victoria: con qué contundencia y con cuánto margen para gobernar. Juanma Moreno necesita un triunfo aplastante en el fortín socialista que le permita presentarse a la investidura con las manos libres. Juan Espadas, por su parte, aspira a aguantar el tipo.
Cuando restan dos semanas para que las urnas resuelvan el futuro de Andalucía, es la demoscopia la que dibuja el horizonte electoral. El último sondeo de NC Report para LA RAZÓN mantiene la línea general, los populares ganarían los comicios del próximo 19 de junio, con entre 45 y 47 escaños, pero necesitarían a Vox (17-18) para alcanzar la mayoría absoluta, que reside en los 55 diputados.
Juanma Moreno acariciaría así su objetivo de sumar más que la izquierda, que se queda entre 42 y 46 escaños, como ese umbral psicológico que escenificaría la falta de alternativa. De este modo, el líder del PP se presentará a la investidura para intentar retratar a Vox –que ya ha avanzado que no prestará sus votos a cambio de nada– y trasladar la presión a los socialistas sobre una posible abstención. En Ferraz ya han cerrado, anticipadamente, este debate y no están dispuestos a asumir la responsabilidad de que la ultraderecha llegue a las instituciones, una responsabilidad que le confieren en exclusiva al PP.
Los populares son la fuerza más votada en todos los rangos de edad y mantienen la fidelidad de voto más alta de las fuerzas que concurren a estas elecciones, un 85,9 por ciento de quienes votaron a Moreno en 2018 repetirá el 19-J. Pero su crecimiento de entre 19 y 21 escaños y más de 710.000 votos radica en las nuevas incorporaciones.
El presidente andaluz ha cultivado la moderación durante estos últimos cuatro años, pese a haber sido el primer líder territorial en pactar con Vox. Moreno no genera rechazo y apela a un voto sin ideología. Las principales fuentes de las que se nutre son los ex votantes de Ciudadanos (64,4%) y los nuevos electores (29,7%). Además, su pugna con Macarena Olona se resuelve con un saldo positivo en favor del PP, capta un 17,6% de voto a su derecha, por el 8,8% que cede a Vox.
Pero uno de los datos más sustanciales, que demuestra el cambio de ciclo en Andalucía, es la cuantía de voto que es capaz de captar del PSOE. El PP se convierte, en esta encuesta, en la principal fuga de votos de los socialistas, que ceden a Moreno (8,5%) más votos de los que pierden en favor de toda la izquierda (4,5%). Esto se cuantifica en 86.000 electores al PP, que se elevarían hasta los 121.000 a los tres partidos de derechas.
Esta es una de las cuestiones que preocupan en el cuartel general del PSOE, que enfocaron la campaña como un plebiscito para que Vox no llegara al poder y ven cómo los electores consideran que el «voto útil» para hacerlo es reforzar la mayoría del PP, en lugar de la de Juan Espadas. Los socialistas pasarían de ganar las elecciones en 2018 a ser ahora segunda fuerza, con entre 31 y 33 escaños, afianzándose en el «suelo» histórico que marcara Susana Díaz.
Entonces, sus 33 diputados fueron suficientes para ganar, pero no para retener la Junta. Espadas lograría arañar hasta 70.200 votos, pero serían por su flanco izquierdo, sin ensanchar el espacio ideológico. De hecho, es significativo que, de la sangría de votantes de Ciudadanos, el PSOE apenas se nutra de un 2 por ciento.
Los socialistas enfocan sus esfuerzos en movilizar a los suyos y lograr los 400.000 votantes que votaron en las municipales y las generales pero que en las pasadas autonómicas se quedaron en casa. Sin embargo, hay algunos flancos débiles. Además del desconocimiento de su candidato, el PSOE tiene un problema en las zonas rurales, donde Vox le hace daño. Es sintomático que los socialistas cedan en favor de la ultraderecha a la que quieren combatir, lo mismo que en favor de sus socios naturales. Tanto Olona como Por Andalucía le «roban» un 2,5% de votos a Espadas.
Punto de inflexión
Pero, ¿cuándo se produjo el cambio de paradigma en Andalucía? El histórico de encuestas de NC Report ubica ese punto de inflexión, cuando el PP comenzó a superar al PSOE en su feudo hegemónico, en mayo de 2021. Dos hitos se produjeron entonces, la victoria de Isabel Díaz Ayuso el 4-M y la convocatoria, anticipada por parte de Sánchez, de primarias en Andalucía para forzar el relevo de Susana Díaz al frente del partido. El bloque de derechas se ha reforzado desde entonces, también debido al impulso de Vox, que subiría hasta en seis escaños y que ya ha avanzado su intención de entrar en el Gobierno, si sus votos son imprescindibles para investir a Moreno.
El frente de izquierdas, por su parte, ha ido en retroceso. La división de los partidos a la izquierda del PSOE no ha servido para ensanchar la base electoral. Inmersos en infinitas cuitas internas, primero con la escisión de Adelante Andalucía de Podemos y ahora con la creación de Por Andalucía –como un espacio de confluencia de Izquierda Unida, Podemos, Más País, Equo, Iniciativa del Pueblo Andaluz y Alianza Verde– no logran despertar un movimiento de ilusión en el electorado. Por Andalucía conseguiría entre ocho y nueve diputados y el partido de Teresa Rodríguez, Adelante Andalucía, se quedaría con entre tres y cuatro. Un saldo inferior a los 17 que consiguió Podemos en 2018.
Sin embargo, el partido en descomposición lo representa Ciudadanos. La formación naranja, que consiguió 21 escaños y la vicepresidencia de la Junta hace cuatro años, lucha ahora por sobrevivir y entraría por la mínima en el Parlamento con entre uno y dos diputados. Juan Marín aspira a reeditar el gobierno actual, pero su falta de vigor electoral lo dificulta. Conscientes de la trascendencia de estas elecciones, también para la escena nacional, la participación subiría 7,4 puntos, hasta el 64%.