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El régimen cubano, en bancarrota total

Los nueve sectores que más ingresos aportan a la economía nacional tuvieron pérdidas acumuladas en los últimos cuatro años de más de 29,000 millones de dólares, cifra similar a la deuda externa condonada por Rusia en 2015.

2022 será uno de los años más difíciles para la economía cubanaLa crisis económica derivada de la estrategia de continuidad implementada por el gobierno de Díaz-Canel seguirá golpeando la vida de los ciudadanos. El estatus quo de la tormenta perfecta que hoy azota con fuerza el país continuará vigente.

La merma de la pandemia no ha significado beneficios para la industria turística, el arribo de vacacionistas al país sigue siendo muy bajo. Por otra parte, el respaldo del régimen a la invasión rusa a Ucrania traerá consecuencias económicas: los turistas no se animarán a viajar a un destino que apoya dicha invasión, pues eso significaría apoyar las matanzas de población civil que ahora mismo lleva a cabo el ejército de Putin en ciudades ucranianas.

Las medidas tomadas por La Habana en los últimos dos años para tratar de salir de la crisis han sido un fracaso total. Entre las más erráticas podemos mencionar el modelo militar de dolarización de la economía impuesto a rajatabla, concebido para exprimir al máximo a los cubanos y la diáspora y de esta forma llenar las arcas de GAESA, no para desarrollar el país y mucho menos para satisfacer las necesidades básicas del pueblo, sino para enriquecer a esta nueva casta que se ha apoderado de las riquezas del país y que encabeza el general Luis Alberto Rodríguez López-Calleja.

A esto hay que agregar la Tarea de Ordenamiento Monetariola prohibición del depósito en dólares en efectivo en las cuentas MLC y la lúgubre ley de MIPYMES, las cuales, en su conjunto, han generado un súbito aumento de la inflación y una disminución considerable del poder adquisitivo de los cubanos.

Actualmente, una parte de la población sobrevive a duras penas gracias a las remesas que llegan en efectivo por medio de viajeros y por las mercancías que envían familiares y amigos, a través de las mulas, principalmente desde EEUU. Otra parte de la población vive del mercado informal, donde el dólar ya ha superado la barrera de los 100 CUP, y otro grupo ha optado por vender sus casas y autos para marcharse del país, pagando 5.000 dólares por un pasaje a Nicaragua e iniciar la larga ruta hacia EEUU.

La terapia de choque impuesta por el régimen cubano ha puesto a la economía en una situación de total bancarrota. El país está inmerso en una crisis de liquidez que le impide cumplir con sus obligaciones de pago de la deuda externa por tres años consecutivos, no solo con el Club de París, sino también con sus principales aliados, China y Rusia. También ha reducido sus importaciones, pues ha perdido muchos proveedores por falta de pago. Si el país ha sobrevivido a duras penas, se debe al suministro gratuito de petróleo que provee el dictador venezolano Nicolás Maduro.

Por otra parte, las exportaciones de la Isla han caído estrepitosamente. Rubros como la minería, el azúcar, los medicamentos, el tabaco, la producción agropecuaria y los servicios médicos han declinado considerablemente. Igualmente, el impacto de la pandemia ha sido otro factor de peso en esta debacle.

La industria del turismo, que fungía de locomotora comercial, fue sepultada por el Covid-19 y las malas estrategias del Gobierno. La misma suerte corrieron las remesas en efectivo y en mercancías. Ambos rubros descendieron sus niveles de forma crítica, hasta alcanzar el punto más bajo de su historia. La diversidad de la economía cubana es precaria y está permeada por la ineficiencia y el atraso tecnológico, sus industrias son obsoletas y están envejecidas. El sector que más aporta es la comercialización de los servicios médicos en el exterior, señalada por organizaciones de derechos humanos en la Organización de Naciones Unidas (ONU) como trata esclava.

Este panorama no es nada alentador. De no cambiar de forma urgente, presagia el avenimiento de una tormenta que pudiera superar los sucesos del pasado 11 de julio, cuando los cubanos se lanzaron en masa a las calles para pedir libertad y un cambio de sistema en más de 60 ciudades del país.

En estos momentos el país es una ruina total. Para mostrar esto, hemos tomado como base de esta investigación los nueve rubros que aportan la mayor parte de los ingresos de la economía cubana, a saber:

1. Exportación de servicios médicos

2. Remesas en efectivo

3. Ingresos del Turismo

4. Minería

5. Exportaciones de medicamentos

6. Exportación de tabaco

7. Exportación de azúcar y sus derivados

8. exportación de pescados y mariscos

9. Productos agropecuarios

Repasando las estadísticas correspondientes a la sumatoria del volumen de ingresos anuales del período 2008-2021 de dichos sectores, observamos que la debacle comenzó a gestarse a partir de 2015, en pleno apogeo del deshielo con Washington. 2014 fue el año que estos nueve sectores alcanzan el mayor volumen de ingresos, al registrar 17,703.93 millones de dólares. Seis años después, apenas suman 5,184.41 millones de dólares, lo cual representa una caída del 70.2%. Esto ha tenido prácticamente el mismo efecto sobre la economía cubana que el derrumbe de la Unión Soviética y del campo socialista de Europa del Este. Figura 1.

Figura 1. Ingresos en los nueve rubros más importantes de la economía cubana, 2008-2021.

Fuente: Elaborado por Havana Consulting Group a partir de información publicada por la Oficina Nacional de Estadísticas e Información (ONEI) y fuentes propias. Los datos correspondientes a 2021 han sido estimados.

Para entender que el Gobierno cubano está atrapado en las redes de su propia incompetencia, basta analizar el declive que han tenido los ingresos de estos sectores de la economía en los últimos cuatro años, en comparación con los ingresos obtenidos en 2013. Estos han tenido una pérdida acumulada de 29,064.75 millones de dólares, una cifra similar a la de la deuda externa condonada por Rusia a Cuba en 2015.

Los datos no mienten, ilustran una realidad que no puede esconderse.

Si hacemos un análisis del declive de cada uno de los rubros anteriores, es evidente que este caos no va a mejorar a corto ni a mediano plazo, a menos de que ocurra un cambio de sistema político y se instaure una democracia con una economía abierta de libre empresa.

Por ejemplo, la exportación de servicios médicos ha tenido una pérdida acumulada en los últimos tres años de 19,079.9 millones de dólares, si tomamos como referencias los ingresos obtenidos en 2013. Las remesas han tenido una caída acumulada de 4,001.15 millones de dólares en los últimos dos años, mientras la del turismo fue de 3,184.50 en igual período. La exportación de medicamentos ha tenido un declive acumulado de 1,624.07 millones en los últimos tres años, comparados con los ingresos obtenidos de 2013. Ver Figura 2.

Figura 2. Ingresos en los nueve rubros más importantes de la economía cubana, 2013, 2019, 2020 y 2021.

Fuente: Elaborado por Havana Consulting Group a partir de información publicada por la Oficina Nacional de Estadísticas e Información (ONEI) y fuentes propias. Los datos correspondientes a 2021 han sido estimados.

Como se observa, el declive se incrementó con el paso de los años. Las condiciones internas y externas del mercado cubano, bajo la cuales se obtuvieron esos resultados, no han mejorado, sino todo lo contrario. Las medidas aplicadas por el Gobierno para tratar de salir de la crisis han tenido el efecto contrario. Hoy el país vive una inflación que ha hecho disminuir considerablemente el poder adquisitivo de los ciudadanos.

La diversidad de las exportaciones no ha garantizado la estabilidad de la economía, ni la oportunidad de tener grandes ingresos. De forma conjunta, la exportación de productos agropecuarios, de pescado y mariscos, tabaco, azúcar, medicamentos, minería y turismo apenas sumaron en 2021 unos 1,300.2 millones dólares, casi lo mismo que aportaron las remesas en su peor resultado en los últimos 20 años.

La deuda externa sigue cuesta arriba y sin pagarse

Este profundo declive de ingresos, ha hecho que el país posponga el pago de su deuda externa con sus principales acreedores por cuarto año seguido.

Solo con el Club de París, La Habana ha dejado de pagar alrededor de 200 millones de dólares. Hay que recordar que en 2015 el Club de París le perdonó al régimen cubano 8,500 millones de dólares de 11,100 que le debían a sus miembros. El acuerdo dejó instrumentado que la suma restante se iba a pagar en cuotas anuales hasta 2033. Sin embargo, el Gobierno cubano comenzó a retrasarse con los pagos desde la mitad de 2019.

Lo cierto es que Cuba lleva varios años sin pagarle a sus principales acreedores. Por ejemplo, el Gobierno español tuvo que aplazar indefinidamente en octubre pasado una deuda por valor de 1,937.55 millones de euros.

Esta situación de impago también ocurre con sus principales aliados políticos, China y Rusia. Por eso las importaciones chinas cayeron el año pasado a 963.3 millones de dólares, muy por debajo de los 2,331.1 millones de dólares importados en 2015. Lo cual evidencia una caída del 58.67%. Una muestra clara de cómo el impago de la deuda ha desencadenado una disminución considerable de las exportaciones de productos de empresas chinas a la Isla.

El caso de Rusia es bochornoso. Moscú condonó a La Habana una deuda de 29,000 millones de dólares, quedando por pagar 3,200 millones, de los cuales todavía adeudan 2,300. Recientemente el Gobierno ruso otorgó una moratoria al régimen hasta 2027, a cambio del apoyo por la invasión a Ucrania.

Conclusiones

Cuba se encuentra en bancarrota. Los nueve sectores que más ingresos aportan a la economía tuvieron pérdidas acumuladas en los últimos cuatro años de más de 29,000 millones de dólares. Esto hace que el país no tenga recursos para pagar su deuda externa, por lo que nadie le otorgará una nueva línea de crédito.

La economía nacional apenas ingresó 5,184.1 millones de dólares en 2021. ¿Cómo es posible entonces que haya invertido más de 4,000 millones en la construcción de nuevos hoteles? ¿De dónde salió el dinero para realizar esa voluminosa inversión si Cuba ya no tiene líneas de créditos y su deuda externa se hace cada vez mayor?

El sistema sucumbió al desafío que impuso el enfrentamiento para detener y controlar el Covid-19. En este hundimiento se pudo constatar que la industria fue incapaz de proveer ningún tipo de medicamentos para ayudar a la población, además de poner una gran incógnita en la efectividad de las publicitadas vacunas. Miles de familias se enlutaron esperando por la solución milagrosa y efectiva del sistema de salud y su industria farmacéutica, que llegó tarde y con muchas interrogantes aún por resolver.

Si ponemos en perspectiva lo acontecido en la economía cubana en el período 2013-2021, todo indica que fue cuesta abajo, lo cual explica las protestas pacíficas y masivas de 2021, pidiendo libertad y un cambio de Gobierno.

Más allá del impacto de la pandemia en la economía, el verdadero mal radica en la obsolescencia del propio régimen y su incapacidad de reformarse. El período 2013-2021 mostró que de nada valió el deshielo con EEUU, la condonación de la deuda del Club de París, ni la de sus aliados políticos. Dicho período permitió comprender que la diversidad de la economía cubana es ficticia e inefectiva, víctima del atraso tecnológico y de la estatización. El régimen ha demostrado ser un parásito que solo subsiste por los subsidios de agentes externos, por el sistema de esclavitud que impone a sus ciudadanos y por la política de terror que aplica.

Lo que hizo la pandemia fue acelerar y profundizar el proceso de crisis que ya venía padeciendo la economía en los años previos. Los improvisados parches reformistas del Gobierno de Díaz-Canel han resultado un fiasco, desde la dolarización militar de la economía, pasando por la Tarea Ordenamiento y terminando con ley de MIPYMES.

Para colmo de males, el apoyo que acaba de dar el régimen a la invasión rusa a Ucrania va a traer serias consecuencias. Una de ellas es que acaba de cerrar la puerta a la recuperación de la industria turística nacional. Los turistas europeos y del resto del mundo no van a invertir un centavo en viajar de vacaciones a un destino donde el Gobierno es cómplice la de la barbarie que se lleva a cabo en el corazón de Europa.

La bancarrota cubana se debe a una burocracia incapaz de reformar un modelo obsoleto, y a la ambición de una nueva mafia que se ha apoderado de las riquezas del país. Un nuevo estallido social está al doblar de la esquina y puede que esta vez la represión no sea suficiente. La solución de Cuba no pasa por reformar su modelo económico, sino por terminar de enterrar al régimen que la tiene prisionera.

 

 

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