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El régimen cubano y su obsesión con el dinero de los otros

Los voceros del régimen no ven otra cosa que dinero de EEUU en los deseos de libertad y mejoría de los cubanos, sean peloteros, activistas u opositores.

Los voceros del régimen cubano sacan a relucir el dinero cada vez que intentan desacreditar a quienes están en su contra o abandonan la Revolución, como los 12 peloteros que se quedaron en el Mundial Sub-23 de Béisbol. La estrategia no es nueva y es una de las tantas consignas que repiten desde hace años, como echar la culpa de todos los problemas en la Isla al embargo de EEUU.

«No duden que esos inescrupulosos traficantes de personas al servicio de los enemigos de la Revolución van a seguir insistiendo. Lo menos que les importa a ellos es que esos peloteros triunfen. A esos mercaderes, lo único que les importa es su dinero y a sus jefes, a los que pagan esta maniobra, menos todavía les importa el futuro de nuestros atletas. Ellos solo buscan ridiculizar a nuestros equipo y por consecuente a nuestro país», dijo la semana pasada el periodista oficialista Pável Otero.

Este lunes, ya en la Isla con solo 12 peloteros de los 24 que fueron a Méxicoun portavoz de la delegación cubana dijo que «la actividad de los traficantes que contaminaron los escenarios de la competencia tiene sustento directo en la anulación de la implementación del acuerdo firmado por la Federación Cubana de Béisbol con las Grandes Ligas (MLB)».

«Los mercaderes de peloteros fueron a la búsqueda de atletas prometedores y lograron su cometido. ¿Acaso es tan difícil aprender, desde la cuna, que no se va tras los sueños o proyectos personales dejando a un lado valores universales como el compromiso, la responsabilidad y el patriotismo?», dijo el medio oficialista JIT, perteneciente al Instituto Nacional de Deportes Educación Física y Recreación (INDER).

Para el Gobierno de Cuba, y cualquiera de sus instancias, no hay términos medios ni existen sueños ni aspiraciones personales más allá de las que estén a tono con la «continuidad de la Revolución», impuesta por Miguel Díaz-Canel, el heredero de Raúl y Fidel Castro. Según ellos, en la Isla no hay ningún problema ni en el béisbol, ni en la cultura, ni en el día a día. Cada vez que alguien se va o alza su voz contra el régimen, detrás ha de existir dinero, según el gastado discurso de La Habana de la subversión.

Mucho antes de la huelga de hambre del Movimiento San Isidro y el enfrentamiento de los artistas al régimen que comenzó en noviembre de 2020, la estrategia de La Habana con la oposición fue presentar los vínculos y la supuesta ruta del dinero desde EEUU a la Unión Patriótica de Cuba (UNPACU), las Damas de Blanco, Yoani Sánchez, el fallecido Oswaldo Payá y a cualquier otro que pidiera libertad en la Isla o desde el exilio.

Tras la sentada pacífica del 27 de noviembre de 2020 al frente de la sede del Ministerio de Cultura (MINCULT) en La Habana, el habitual guion fue repetido hasta el cansancio por medios oficialistas y voceros como Humberto López en la televisión nacional. «Todos o casi todos recibían fondos», según el advenedizo periodista que terminó siendo miembro del Comité Central del Partido Comunista de Cuba (PCC).

López y todo el aparato de propaganda de La Habana arremetieron contra el Movimiento San Isidro, los manifestantes del 27, el grupo creado a partir de ese día (27N) y cualquier otro que se atreviera a alzar la voz contra el régimen. En el camino acusaron a Yotuel Romero, Gente de Zona, Descemer Bueno, Maykel Castilo (Osorbo) y Eliécer Márquez (El Funky) de sacar «Patria y Vida« por dinero y no por un legítimo «sufrimiento por la situación y las faltas de libertad en Cuba», como dijo Yotuel a DIARIO DE CUBA.

También la artivista Tania Bruguera fue una de las dianas predilectas de los medios controlados por el PCC y la Seguridad del Estado. En el programa Razones de Cuba se llegó a cuestionar las cualidades artísticas de Bruguera y a acusarla de pedir cambios en Cuba solo por dinero y «su ego». La fundadora del Instituto Internacional de Artivismo Hannah Arendt (INSTAR) aguantó durante meses la campaña de descrédito y finalmente presentó denuncias contra Humberto López en el Tribunal de La Habana y el Tribunal Supremo.

La Habana aplicó igualmente la lógica del dinero a los cubanos que salieron a manifestarse el pasado 11 de julio en más de 50 ciudades, sin reconocer del todo el creciente descontento en la Isla por la crisis económica y el desabastecimiento. Aparte de los llamados «confundidos», la propaganda del PCC insistió en presuntos pagos y recargas a los organizadores.

Ahora la policía política ya empieza a enfilar los ataques hacia el dramaturgo Yunior García Aguilera por crear el proyecto Archipiélago y convocar, junto a la sociedad civil, una marcha pacífica por el cambio el próximo 20 de noviembre en Cuba. «Es increíble como alguien puede generar una obra de arte, escribir guiones, actuar con originalidad y a la misma vez ser capaz de vender a los suyos por tan poco. ¿Cómo puede un supuesto actor y guionista traicionar a su Patria y a su pueblo con tanto descaro?», dijo el medio oficialista Razones de Cuba.

El activista Dariem Columbié contó este martes que la policía política insistió durante un interrogatorio en el supuesto financiamiento de la marcha del 20N. Columbié estuvo detenido más de tres horas en Santiago de Cuba al intentar notificar a las autoridades.

Para el régimen, además, todos los medios independientes que reportan la verdad de Cuba, que ellos ocultan, solo se sostienen por dinero recibido de los enemigos de la Revolución.

Sin embargo, La Habana no cuestiona en ninguno de sus medios el dinero recibido, incluso de EEUU, por el Centro Nacional de Educación Sexual (CENESEX) que dirige la hija de Raúl CastroMariela Castro Espín. Tampoco los 120.000 euros que recibió el CENESEX en 2019 por la procastrista Asociación Euskadi-Cuba en 2019, por solo mencionar los más de 24 proyectos por los que el Gobierno de Cuba recibe cientos de miles euros desde al menos 2010, según el portal de la cooperación pública vasca.

Y eso es solo un ejemplo del dinero que se desembolsa el régimen cubano de proyectos internacionales. Hay muchos más de la UNESCO, la ONU, Rusia, China y hasta de EEUU que terminan en algún rincón de la Isla con resultados escasamente divulgados por la prensa oficial.

El pueblo, que siga en las colas, sin sueños personales y sufriendo la escasez en Cuba. Si alguno alza la voz en contra, la propaganda de La Habana ya tiene preparado el discurso de «mercenarios».

 

 

 

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