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El rival de Evo Morales en las elecciones denuncia «un fraude gigantesco»

El opositor Carlos Mesa acusa al presidente de "romper sistemáticamente el orden constitucional"

Evo Morales compareció este miércoles muy temprano para denunciar que en su país «está en proceso un golpe de Estado» y para decretar un estado de emergencia que no existe en la legislación boliviana. Para culminar su estrategia, el líder del Movimiento Al Socialismo (MAS) cantó una victoria fantasma, ya que ni siquiera el recuento electoral había terminado en ese momento. Una cascada de acusaciones contra la oposición, que contaría con ayuda extranjera en su objetivo de sacarle del poder, según el discurso presidencial.

«Hasta ahora hemos aguantado y soportado con paciencia para evitar la violencia», aseguró el presidente, pero ya es hora de «defender la democracia que ha costado sangre recuperar», para lo que llamó a sus seguidores a mantenerse alerta «en estado de emergencia y movilización pacífica». Una forma muy revolucionaria de escalar en el conflicto, ya que la Constitución realmente sólo hace referencia al estado de excepción.

No fue el único desliz constitucional del presidente, quien se dio por ganador antes de tiempo («Ganamos democráticamente, ganamos en seis departamentos, tenemos mayoría absoluta en senadores y diputados»), lo que provocó la amonestación de la misión electoral de la Organización de Estados Americanos (OEA). Transcurridos casi tres días del cierre de las urnas, el conteo se volvió a paralizar al 96,78% del escrutinio, en un momento que ni siquiera otorga el triunfo al candidato revolucionario: Morales necesita una ventaja de 10% sobre su rival para no acudir al desempate, pero en el nuevo frenazo sólo aventajaba al opositor Carlos Mesa en 9,48 puntos.

Reunida en sesión extraordinaria, la OEA apostó por la realización de la segunda vuelta electoral en diciembre, conclusión a la que llega después de un informe muy duro. «La misión pudo constatar que varios de los principios electorales (transparencia, legalidad, certeza, equidad, independencia e imparcialidad) han sido vulnerados por distintas causas», señala. La organización panamericana está dispuesta a llevar a cabo una auditoria sólo si sus conclusiones se aceptan como vinculantes por ambas partes.

En términos aún más contundentes se pronunció el candidato Mesa, indignado por la «increíble acusación (liderar un golpe de estado). Si hay alguien que rompe sistemáticamente el orden constitucional se llama Evo Morales. El presidente controla y ordena todos los poderes del Estado», arguyó el líder de Comunidad Ciudadana, que también sufrió desde Caracas el ataque directo de Nicolás Maduro, principal aliado continental de Evo.

«Está claro que hay un fraude gigantesco en marcha. Vamos a presentar los elementos para demostrarlo en las próximas horas. El pueblo boliviano no tiene ninguna duda de la forma grosera de revertir los resultados para eliminar la segunda vuelta», añadió Mesa. Su candidatura niega que los votos que faltan por escrutar provengan todos del campo, como dice el presidente.

La dimisión de Antonio Costas, vicepresidente del Tribunal Superior Electoral (TSE), al considerar que se había desacreditado todo el proceso electoral, atizó aún más las protestas. En sus últimas declaraciones, Costas desveló que el TSE decidió dejar de publicar los resultados, aunque siguió procesándolos en silencio.

Mientras tanto el paro cívico se extendió este miércoles por seis de los nueve departamentos, aunque fue en Santa Cruz, capital económica del país y bastión de la oposición, donde más se dejó sentir. Un grupo de manifestantes prendió fuego a la sede del Tribunal Electoral Departamental y al edificio del Registro Civil durante la madrugada.

 

 

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